sábado, 30 de junio de 2007

Tengo mucha rabia


No es una emoción saludable, no me agrada y no la quiero. Pero en estos momentos se apodera de mi humanidad, me golpea, me recuerda que no soy buena, que no soy blanca, que así como puedo amar intensamento, también puedo herir y hasta matar. Y con qué gusto lanzaría en estos momentos unos cuantos dardos envenenados!!!

Siento rabia de mis piernas temblorosas, de mi frágil memoria, de esforzarme en entregar calidez y simpatía, recibiendo sólo frío e indiferencia a modo de pago. Siento ganas de gritar; mi cuerpo completo está maltrecho, convulsionado, mis manos rígidas, mis pies acalambrados. Mi mandíbula se atasca y me provoca un serio dolor de cabeza.

Me indigna este pesar, esta maldita tendencia a preocuparme de otras almas, mientras la mía se desgarra lenta y dolorosamente. Y más me enoja el no tener a nadie a quien decir, nadie que te escuche, que se ría por último de mis arranques de cólera. Hasta el gato me mira con cansancio, y ya dejó sus colmillos clavados en mi mano cuando intenté aplacar mi molestia haciéndole cariño.

Y si mi corazón se equivoca? Si donde veo luz sólo hay tinieblas, si sólo hay un inmenso vacío, en el que me esfuerzo por encontrar belleza y fortaleza? Si mientras envío bendiciones y pido a dios por su alma, simplemente encuentra aburridas mis buenas intenciones, y cuelga una etiqueta de "no molestar" ante mis preguntas?

Hasta un papel en blanco puedo triturar en estos momentos. Con la rabia que convulsiona mis ideas, que convierte mis ojos en fieros carbones encendidos. Con la impotencia de tener la boca sellada, y que mi suerte le importe un soberano carajo.

Quisiera reirme de mi propia delincuencia, pero es demasiado el esfuerzo. Tuve todo un día de lucha con mi espíritu, dándome ánimos, contando hasta diez, obligándome a buscar alegría en cada uno de los dubitativos pasos que daba. No tengo tanta fuerza. Llego a mi agujero y me desmorono, pierdo el control, mis manos tiemblan, y no puedo hacer nada. Ni siquiera despotricar contra los malos programas de TV, porque hasta mi sátira encuentra sólo bostezos y anuncios de desconexión inminente.

Tampoco encuentro una música que me aplaque. Voy a reventar si no encuentro algo que me calme, y terminaré como el individuo del dibujo, muriendo bajo la feroz mordedura de un animal enrabiado (que en este caso soy yo misma).

viernes, 29 de junio de 2007

No es fácil

No es sencillo levantar la vista cada mañana. Abrir los ojos, despertar la conciencia, y definir un motivo por el cual seguir respirando.

No es fácil buscar cosas sencillas que te den alegrías. Una nueva manía, ropa agradable, algo lindo que ponerte. Mirarte al espejo, buscando señales en tu piel de cómo el encierro y la ausencia de tóxicos te embellecen.

No es agradable salir a la calle con menos fluidez que otros días. La luz que hiere tus pupilas, el aire que se hace pesado, y cada paso cuesta un martirio, te cansa, te agota.

No es simple resolverlo todo, con la esperanza de terminar pronto y encontrar refugio en tu guarida. Porque te aguarda una nueva jornada de silencio, sin rostros que mirar, sin amigos con quienes hablar...

Y debes hacerlo. Debes levantar la vista, respirar cada día, ser feliz con cada detalle, caminar libremente, vivir con el peso de tu alma mirándote a la cara.

Porque nadie vendrá a auxiliarte, ningún espíritu buscará tu redención.

Sola, como una semilla que germina en la oscura tierra, tendrás que romper las barreras y encontrar consuelo en la oculta riqueza de tu corazón.

Amanda Cabot
Junio 29 de 2007.-
No es fácil... gritar tu nombre al viento y escuchar sólo el silencio...

Esta noche el frío no importa

Esta noche abrí la ventana, salí y miré las estrellas. Mi vientre se contrajo levemente, las luces parpadearon a la distancia.
No importan el frío, ni la oscuridad.
Sólo mi alma quiere saber que la tuya está en calma.

El primer paso

Hoy me declaro enemiga de las obligaciones. Ya no más despertador con alarma, no más cuadernos con punteos de las miles de labores que debo hacer.

Hoy le doy rienda suelta a mi memoria, y mando al infierno a quienes persiguen mis huesos. Le niego el agua a mis enemigos, guardo las sonrisas forzadas en un baúl sin fondo, y me río de mi propia desvergüenza.

Hoy le mando un beso con el alma a un espíritu inquieto. No busco su mirada, no espero sus caricias. Sólo le envío desde mi corazón una gota de mi aliento, y lo quiero, con sus silencios, sus ausencias, sus rutinas.

Hoy termino la gran proeza de tejerme un sombrero, y me declaro satisfecha de mi propia obra maestra.

Hoy respiro, con la calma que mi reposo exige. Lleno de color mi vida, me doy una vuelta en el aire, tiemblo de emoción ante el futuro, y le digo adiós a mis pesadillas. Adiós para siempre.

Hoy se inicia una nueva ruta para mis pasos.

Amanda Cabot.
Junio 29 de 2007.-
Adios a mis tormentos, y a mis ruinas.





jueves, 28 de junio de 2007

Hombre alado de ojos tristes

Hombre alado de ojos tristes, con la vista baja y los sueños perdidos. Cómo despertar en ti las ansias por ser feliz?
Cómo poner ante tu mirada un espejo, que refleje la belleza de tu alma y puedas reencontrar la voz de tu inspiración?

Hombre alado, de ojos cansados. Cómo borrar de tu frente las dudas y los temores, desafiar tu fortaleza y encender en tu pecho la ilusión de pasiones y esperanzas. Cómo llamarte a la distancia, poner mi fuerza en un abrazo e inspirarte para buscar una nueva ruta.

Hombre alado, de ojos grises acerados. Qué no entiendes que no logro seguir avanzando si te dejo olvidado a un costado del camino? Que no ves que tu dolor me clava sus puñales, y no debo entrar al foso a levantarte?

Hombre alado, hombre de piel salada y manos fuertes. Necesito que te pongas de pie. Necesito que des uno, dos pasos, y cierres la puerta a los miedos y las tormentas. Por ti. Y, tal vez, también por mí.

Amanda Cabot.
Junio 28 de 2007.-
Hombre alado... aleja el vértigo y protégeme del abismo...

De goles y puntos...

Hoy era uno de esos días que esperaba hacía tiempo. Medio desconectada de la realidad, pero recordando que a las 6 del miércoles Chile comenzaba su desempeño en Copa América. En un estadio nuevo que costó mucha plata al gobierno venezolano, que me imagino ve en el fútbol una manera de evangelizar a sus huestes con el sueño bolivariano. Lindo el estadio, igual. Nada que decir. Total, algo sabe Chávez de cómo mantener contenta a su gente...

Me complicó para la cábala que en el horóscopo de la Nena Borrero me saliera que el color del día era el blanco. Estaba totalmente decidida cubrirme de rojo, pero la sugerencia hizo que usara un suéter blanco, pantalones rojos, y ropa interior del mismo color. Todo sea por apoyar a chilito...

Tras una rápida salida para dejar a mi madre en la casa de mi hermano y comprar provisiones, me acomodé con la debida anticipación ante mi TV con el volumen muy alto. Sólo me acompañaba mi fiel Gatoku, quien en esta ocasión prefirió dormir a mi lado, en vez de seguir atentamente el juego.

Estaba tan ansiosa que tenía una mezcla de actividades, entre ellas seguir digitando un aburrido manual sobre enfermedades alérgicas. Al mismo tiempo, a mano el tejido de una linda bufanda roja, que me propuse terminar con motivo del partido. Se inició el encuentro, y yo métale puntos, derecho-revés, con un ojo en la pantalla y otro en los palillos. Se ponía cuesta arriba la cosa, con unos ecuatorianos demasiado altos, demasiado afiatados, mientras los chilenos se miraban las caras y no encontraban la mixtura.

Desesperación. Con furia iba pasando los puntos, sin entender por qué Acosta insistía en sus experimentos raros. El gol del chupete me dio una fugaz alegría, que rápidamente se alejó de mi espíritu con el segundo gol enemigo. El dominio amarillo se hacía evidente, y yo trataba de pasar la rabia cortando y poniendo flecos a mi bufanda, con la esperanza puesta en el segundo tiempo.

Comenzó el round, y mis gritos. Gatoku levantaba la cabeza, molesto por el desorden (mala suerte), y yo gritaba instrucciones, creyendo que alguien me iba a hacer caso. Hasta que ocurrió el milagro. C
hupete insistió, los ecuatorianos se cansaron, los cambios dieron resultado, y el momento mágico del día llegaría en los pies de Villanueva. Qué manera de gritarle mi adoración a ese individuo! No podía creerlo, por fin la situación al revés. Siempre somos nosotros los que vamos logrando la hazaña, y en el último minuto nos roban la película. Ahora no. De alguna manera, los alientos aportados por los recién ingresados prendieron fuego en las venas de los chicos, y nos quedamos con el triunfo, con los puntos, y con la alegría de un pueblo entero.

Y yo, con una linda bufanda nueva recién terminada, lista para ser estrenada junto con mis botas del mismo color. Grande la Roja!
Villanueva, mi héroe del día. Cuando se puso frente a la pelota le grité con toda mi alma floridana, pidiéndole que se hiciera la idea que estaba acá a pocas cuadras, donde juega habitualmente, para olvidar cualquier temor escénico y la metiera dentro del arco. Gracias, lindo!!!


miércoles, 27 de junio de 2007

Me estoy riendo mucho...

Hace mucho mucho rato que no veía TV, y hoy puse los programas de farándula. Creo que algo así como 30 min hablando de la próxima boda chilena de Cote López y el Mago Jiménez, otros 20 min sobre un posible tongo de Luli (personaje que descubrí recién hace como dos semanas) y ahora llevo unos 20 min con la nueva pareja de Fabrizio (sigue vivo ese niño?).

Qué increíble cómo se puede hacer programas de TV con cero contenido. Nada. Jaja.

No encuentro las palabras...

Por primera vez en mucho tiempo me quedé sin palabras para expresar lo que siento. Es difícil de entender, sólo puedo unir los puntos hacia atrás y tratar de ir armando el rompecabezas... descubriendo cosas sorprendentes, que me asustan y a la vez me avergüenzan...
Sólo puedo dar gracias por la paciencia, y el cariño. los que saben, saben.
Trataré de empezar a escribir en una nueva hoja, limpia de dolores y malas decisiones, esas que casi me cuestan un silencio prolongándose en el tiempo.
Abrir los ojos esta tarde habrá sido el inicio de una curación más prolongada?

martes, 26 de junio de 2007

Pusilánime

Encuentro que éste es el peor insulto que le puedo dirigir a un hombre:

Pusilánime!


Definición: Falto de ánimo y valor para soportar las desgracias o hacer frente a grandes empresas.


Sinónimos: cobarde, desdichado, gurrumino, lánguido, medroso, menguado, mínimo, pendejo.

Es como una manera bastante elevada de decirle a un gallo que vale callampa.

Tengo varios personajes en mi mente que se hacen acreedores de este calificativo. Partiendo por uno que inventa excusas para no pasar el fin de semana con su hijita... o no, amiga?

U otros, que a la hora de la verdad tiraron pa' colina, y ahora andan llorando por mi frialdad y el corte tan tajante que les di en mi existencia.

Pusilánime... qué bien suena esa palabra.

Espero no toparme más con bípedos de esa especie. Ya no tengo paciencia para hacer ojos ciegos ante tanta cobardía.

Hay hombres de verdad en este mundo? O es un mito que inventamos para hacer más entretenida la conservación de la raza?


Quisiera no estar aquí...


Tengo una adicción y es difícil de vencer. Cómo adoro el mar! Pero ese trozo de azul paraíso que veo desde la puerta de mi casa en Pichilemu. No otro, ése. Con sus olas bravas, con el viento que hace doler las orejas, con el sabor ligeramente picante de su brisa salada.
Quisiera cerrar los ojos y no estar aquí, en este foco de infecciones. Amo mi casa y sus vacíos rincones, pero este encierro me está asfixiando, y sólo veo un lugar donde ir sin sentir que estoy incomodando.


Cómo me gustaría caminar por esa orilla, tentando a la suerte de que alguna ola rebelde me eche en cara su espumosa alegría y arrastre mis zapatos con su fuerza. Andar, sin horas ni rumbos fijos, desde el barco de concreto hasta la subida que lleva a mi casa, sorteando las ocasionales rocas que emergen como figuras espectrales.

Y llegar... llegar sin prisas hasta La Puntilla, para ver a la distancia a los dioses griegos que hacen piruetas y juegan a dominar las aguas... poniendo sus vidas en jaque, por segundos, sin temor a nada, sin deudas, sin responsabilidades, sin compromisos. Sólo ellos, el viento, la ola. Y el silencio...

Mi bika... por dios que olvidada está, en esa bodega, esperando el minuto en que decida arriesgarme y salir a recorrer el mundo en ella. Con ella llegaba desde el mirador de Infiernillo, el último rincón perdido de la Costanera, hasta el inicio de la Playa Principal, subiendo a duras penas, asustándome con la velocidad de las cuestas... temiendo perder el control pero a la vez riendo por la rapidez con que iba dejando al mundo detrás de mí.

Quisiera estar ahora en Infiernillo, mirando hacia el oeste, viendo cómo las rocas pulverizan el paso del agua, escogiendo el rincón exacto donde quiero que arrojen mis restos. Pero prometiendo una y otra vez que serán cenizas y no otra cosa las que caerán en esas latitudes.

Quiero caminar por sus calles tranquilas sin estrés ni angustias. Comprar verduras en el almacén de la esquina, reirme de los rostros sonrojados de los lugareños, constatar que existe vida lejos de la ciudad, que puedo ausentarme un rato y no se caerá un edificio ni derrocarán gobiernos.

Este verano no vi ninguna puesta de sol. Estuve muchas horas, paseando, riéndome, bebiendo, conociendo gente diferente, pero no estuve en ningún momento frente al astro rey despidiéndose del día. Tal vez me faltó su fuerza.

Quisiera cerrar los ojos y estar ahí...



Gente rara

Me carga esa gente que se pone a darle consejos y recomendaciones a una sin que se los haya solicitado. Más aún, cuando son personas que uno no conoce, que no saben realmente quién diablos es una, que no comerán ni dejarán de comer por lo que una diga o haga, y peor, que utilizan la excusa de preocuparse por una para hablar de sí mismos y dar discursos que a nadie le interesan.

(Es por eso que creé este blog. Aparte del hecho de volcar mis ocasionales despliegues de creatividad y emoción, puedo decir lo que se me ocurra sobre quien o qué se me antoje, sin culpas. Total, al que no le guste lo que digo, simplemente hace webping. Además, es gratis, así que nadie lamentará después la inversión monetaria en palabras que no fueron de su agrado).

Como me he encargado de publicitar, tengo Skype (uno de los inventos más maravillosos de la genialidad humana), y bueno, el detalle adicional es que mucha gente te puede contactar, previa autorización, y preguntarle pavadas o cosas interesantes a una. Me he convertido en una especie de misionera captando almas para que lean mi blog (a eso le llamo marketing futurista: así, cuando algún día saque mi libro, tendré ya camino avanzado en la senda publicitaria), a todo el mundo le digo Sí, total, si me caen mal, es simple cuestión de poner "delete" a su nombre, y sin mayores penas lo elimino de mi millón de amigos virtuales.

Hay gente simpática, nada que decir, sobre todo me caen bien los que me tienen actualizada de sus historias románticas. Lo que me carga es que me empiecen a interrogar sobre mi estado civil, y más aún, a cuestionar por aquello. O sea, no les cabe en la cabeza que una pueda estar soltera sin hijos, sin ex marido, con una figura y rostros privilegiados como el que ostento (jajaja!). Es más, disto mucho de ser una cara linda, pero me da risa que ya en varias oportunidades me han preguntado si la foto del msn o del Skype (es la misma) es verdadera!!! Habrá mucha gente que pone fotos mulas?

Ok, una vez que se convencen de que sí, que es real, que un ser humano tan interesante y dotado de cualidades esté sólo acompañado por un gato (para variar, durmiendo acá a mi lado), comienzan los por qué. Si acaso estoy en guerra con el sexo opuesto. Si soy evangélica o similar. Si estoy despechada. Si no creo en el "amor" (qué shulo suena eso). Si sólo me gusta pasarlo bien (tomando Coca Light. Esa es otra cosa que nadie quiere entender). Si me asustan los compromisos. Si no ha llegado mi príncipe encantador, o si llegó pero pasó de largo. Si soy muy exigente. Falta sólo que alguno más valiente me pregunte si soy lesbiana poco menos (apuesto un ojo de Gatoku a que se les pasa por la cabeza), y ni mentir me serviría para que me dejaran en paz, porque como más encima a los muñecos les encanta esa imagen pseudo erótico sexual retorcida, más me perseguirían, para tratar de demostrarme que el lado bueno de la fuerza es mejor que el otro. Paciencia...

Pero el que ya me cargó fue uno que apareció hace unos días. Tocó la mala suerte de que el personaje era ingeniero medio computín, y había hecho un curso o capacitación en SAP, ante lo cual tuve la mala ocurrencia de acordarme de mis conocimientos tecnológicos. No sé cómo, pero en algún momento llegó a preguntarme cuál era la estrategia de marketing de mi empresa. Casi le digo "y qué xuxa te importa!", pero me contuve, y sólo le aclaré que estaba demasiado resfriada (y congestionada, y adolorida, y afiebrada, y apestada) como para ponerme a explicarle eso. O sea, me estaba tratando de ocupar de trampolín para hacer un despliegue de conocimientos sobre el mercado. Pobre, parece que en su pega no lo pescan mucho...

Ja! me acordé de otro. Hace unos días fui a visitar a mis padres (cosa nada extraña, ya que suelo apersonarme los sábado o domingo, para que no se olviden de que soy un cacho de por vida, y aprovechar de comer almuerzo rico una vez a la semana al menos. Cómo me devoré la última cazuela de pollo! y eso que me carga el chicken...), y bueno, en uno de los saludos de rigor me preguntaron por ellos. Bien, dije, ahí están, mi madre recuperada, mi padre aún medio resfriado. No sé qué extraño click gatilló eso en su mente, pero recuerdo haber terminado leyendo frases así como "qué bueno que no dejes de lado a tus padres".

Lo más freak fue la oración "debes estar con ellos siempre, así cumplirás con el cuarto mandamiento Honra a tu Padre y a tu Madre, y por eso dios te ayudará siempre en lo que hagas". No sé si es textual (mi memoria es un amasijo de frases ultimamente), pero bueno, casi. Aparte de sentir un cosquilleo de pánico en mi guatita (ante la posibilidad de estar poniendo parte virtual de mi vida en manos de un psicópata), no pude evitar molestarme por el tono de deber, así como "tienes la obligación de preocuparte de tus padres, si no, serás una mala mujer, dios te castigará, y nada en la vida te saldrá bien". Lo siento, no pude evitar saltar y hacérselo ver. Es decir, no necesito que me asusten con la amenaza de futura ruina para no olvidarme de mis progenitores, y menos aún, que un individuo que no conozco, que no me interesa, que no vendrá a traerme mi comida ni me pagará las cuentas, venga a dárselas de pastor de almas y me intente guiar por el "buen" camino.

Y otro más. "Si vienes a Providencia avísame y nos tomamos un café". Ya pos, te avisaré. Es decir, lo más probable es que sea en lo primero que piense cada vez que deba ir a hacer trámites o a reuniones en el sector oriente. Y claro, una es amable y les dice "te aviso", tal cual como en algunas pegas te dicen "te llamaremos", para dejar en claro que no fuiste seleccionado (o como algunas amistades, que utilizan el recurso "ahí te llamo más tarde" para asegurarse que una no empiece a llamarlos de nuevo). Pero no. El socio se lo toma a pecho, y comienza todos los días con el bombardeo "y vienes a Providencia?". "Eh, no, o sea, voy, pero súper apurada". Y así como por cuatro días. Como si fuera una obligación ir y tomarme el maldito café con su persona por el sólo hecho de que me inviten, sin considerar si afuera está helado, llueve como en el infierno, que medio Santiago está con gripe... al final salió con la pregunta del millón: "te da miedo conocerme?". Jajajaja!!! Qué lástima tener que explicar que si bien estoy sola no por eso estoy muerta, que un ser tan especial como yo mínimo debe tener una pasión oculta por ahí (escondida, vapuleada, a medio morir saltando, pero igual), a ver si se dejaba de joder y me liberaba de la odiosa obligación de rechazar sus convites. Santo remedio, no me escribió más.

Al único que adoro es a mi blogamigo Facundo, que me cuenta historias raras a través de su blog, y al percatarse que una dinosauria como yo no comprendía sus dibujos, se tomó la molestia de explicarme e incluso de hacer una nota al pie de página, con dedicatoria incluida, para que pudiera reirme sin dudas acerca del verdadero sentido de sus Karicroturas. Lindo, Facu!

Pd.- hace unos días de pronto me salió un personaje raro en el msn. Pensé que era un amigo que me estaba agregando, pues me lo había anunciado horas antes, así que lo acepté. Su saludo fue "Hola, te gusta el cibersexo?". Eh, mmm, no gracias. "No quieres verme masturbándome?". Eh, la verdad, no. No te conozco, y no me interesa. Ahí se desconectó. Aparte de eliminarlo, no pude evitar preguntarme "qué le pasa a la gente, que en vez de tener sexo de verdad anda mostrando sus cosas a minas desconocidas?". Cierto joven se reía de mí, diciéndome que si andaba en cosas raras, lo más probable es que me pasaran cosas raras. Pero yo no ando en cosas raras. O sea... de repente me aburro, pero no llegaría al extremo de ver adefesios masculinos en plena erección a través de internet... pa eso mejor veo tele.

Me alejo...

Desperté. Como si en un sueño distante me hubiera dejado seducir por miradas, canciones y sonrisas. Como si en las noches no existiera el descanso, y sólo hubiera lugar para su lento divagar y mi alegría acariciándolo.

Abrí los ojos. El cielo no estaba surcado por diamantes; eran sólo reflejos lejanos de otras fantasías y sentimientos irreales.

Es este frío que me envuelve la ruta obligada de mis pasos?
Es la gris jornada que me saluda la eterna derrota que debo seguir?

Se desvanece el espejismo.
Se aniquila la dulzura de mi faz embriagada.

Respiro, y dejo atrás la visión onírica de sus manos en las mías.

Me alejo... de su voz y su recuerdo.

Amanda Cabot.
Junio 26 de 2007.-
Huyo, para no sentir de nuevo su rechazo quemando mis labios.

domingo, 24 de junio de 2007

Y a todos

Las horas se escapan sin control desde mis dedos. Hay veces en que no podemos avanzar, el camino se llena de bruma, se despeja, volvemos a andar, pero la esperanza, esa que nos mueve, juega con las ilusiones y arranca de nuestras manos lo que estamos a punto de alcanzar.

Espero ponerme de pie. Aún no sé para qué. Sólo espero que si la luz vuelve a mi aletargada memoria, sea capaz de encontrar la vía a una ruta nueva.

Perdón por el dolor causado, por las molestias provocadas. Sé que pasarán, y que la Lily sonriente volverá alguna vez, bajo otro rostro, otra ropa, pero la misma en esencia. En algún momento.


Amiga, no lo logré.

Quise ser sol, luna, estrellas y cometas animando tu paso por la vida. Quise ser la diosa fuerza, contagiarte y ti y al resto con mis súper poderes, haciendo de este mundo un lugar más idílico, aunque fuera en nuestra mente.
Los árboles se caen, y el mío carga con muchos pesos encima. Perdóname amiga si te fallé, si no tuve la fuerza y el coraje para seguir aniquilando demonios. Sabes que hice todo lo posible.
Les fallé a todos, y más aún, a mí misma. No pude encontrar la clave, el secreto bien guardado. Los demonios me rodean, y estoy sin fuerzas, agotada, pidiendo auxilio pero sin respuesta.
Tal vez era lo que debía venir a hacer. Tal vez cumplí mi objetivo, tal vez en otras vidas tuve y desdeñé todo lo sagrado, y ahora me tocó vivir en carne propia esa carencia.
Y tal vez nos encontremos en otros designios, otra vez espalda con espalda, y pueda encontrar en mi interior la fuerza que ahora me falló.
Amiga, mi corazón y buenos deseos siempre estarán contigo. Siempre. Te quiero mucho, y siempre lo haré.

Me quedo con tu sonrisa

Me quedo con tu dulce gesto, con tus manos grandes sujetando las mías. Me quedo con tu sonrisa, amplia, segura, burlesca de mis dichos y cariñosa con mis arranques.

Me quedo con tus labios gorditos, golosos, que entre más mordía más me esclavizaban.
Me quedo con tu piel, con los contornos de tu cuerpo, limpio y sereno, con tus brazos fuertes que me llevaban hasta el éxtasis y el desmayo.

Me quedo con tus ojos cansados. Con el brillo que a veces logré despertar en tus pupilas, con el suave parpadear de tus horas relajadas.

Me quedo con tu aliento. Con tus dedos recorriendo suavemente mi vientre hundido.

Me quedo con tus manías. Con los pequeños estremecimientos cuando mis caricias recorrían tu espalda.

Me quedo con tu boca suave dibujando símbolos secretos desde la punta de mis pies.

Me quedo con mi mejilla apoyándose en tu pecho. Con la suave luz del sol de invierno que nos cubría, y el beso que en mi frente dejaste como despedida.

Me quedo con un jirón de tu alma, que se prendió sin buscarlo de mi sangrante corazón.

Por siempre, por la eternidad.

Marianela

Marianela, de Benito Pérez Galdós. Era una muchacha muy feíta (aunque seguro que en estos tiempos, con buena ropa y enchulada se habría visto re bien) que era lazarillo de un joven ciego muy guapo. El llegó a conocer hasta lo más profundo de su alma, y la amaba de corazón. Hasta que un día recuperó la vista, sin saber que era ella la encontró horrorosa, lo cual no se cuidó de decirle, y ese dolor la mató.

Hay quienes viven lo mismo, pero al contrario. Son personas muy bellas, atractivas, llenas de cualidades, capaces de despertar admiración y sentimientos en corazones ajenos, pero que al ser descubiertas en lo más profundo de su ser provocan distancia, enfrían los corazones, y se les deja ir. Una y otra vez.

Marianela, una vez muerta, tuvo un sepulcro hermoso, a manera de homenaje, por el dolor que se le causó. Le habrá servido de algo?

Y servirá, para los otros, ponerse una y otra vez de pie? Encontrar la nariz rota contra las piedras del camino tras cada nuevo paso? Hasta dónde dura esa fuerza?

sábado, 23 de junio de 2007

Actualidad

Parece que soy la única pájara que no tiene nada más que hacer. Reviso y miro los blogs que tengo en mis vínculos y favoritos y nada, con suerte uno que otro por ahí deja caer alguna palabrita nueva. Creo que mientras le doy vueltas mentales a las cosas, la gente se dedica a tener vida propia (y bueno, difícilmente a alguien le debe preocupar el proveer de material a estos ávidos ojos lectores).

Será que es sábado, que aunque haga frío hay cosas más entretenidas de hacer que estar frente a un computador relatando historias?



viernes, 22 de junio de 2007

Una y otra vez

Ya no puedo escuchar pacientemente las palabras finas, las frases amables, las buenas intenciones.
Ya no soporto saber que merezco el sol y una vida entera.
Ya no resisto la espera a que el tiempo amaine, y me traiga un par de bendiciones.
Ya no entiendo la porfía de mi cuerpo por seguir respirando.

Afuera es noche y llueve tanto... como si importara. Como si el agua que corre por la calle pudiera aislarme aún más del resto de la gente. Como si el frío que congela hasta los pensamientos tuviera alguna incidencia en la gélida temperatura de mi casa y de mis manos. Como si la oscuridad extraviase a un viajero que busca incansable mi puerta para salvarme y devolverme a la vida.

Después de unas horas de agonía el aire entrará de nuevo en mis pulmones, abriré los ojos, la luz herirá mi retina, la niebla se esfumará de mi memoria, y seguiré aferrada a la misma vieja esperanza.

Una y otra vez. En este círculo mareante de mi absurda existencia.

Ajena, perdida y olvidada.

Algo trajo la lluvia que despertó mis antiguos demonios, esos que se estaban adormeciendo, engañados por mis falsas promesas de sonrisas y juegos limpios.
Algo removió el aire y me enfrentó a los pesares de siempre, a los abandonos, los sonidos, las certezas de angustias y las voces del miedo.

De pronto me sentí ajena, perdida y olvidada. El mundo siguió su ruta, y me quedé varada en una maraña de pensamientos, viviendo sólo para sentir cómo mi pecho se inflama y contrae al compás de una dolorosa respiración.

Mi reflejo se pierde en el infinito y el silencio.

Amanda Cabot.
Junio 22 de 2007.-

Llueve… y mi espíritu se desvanece.

Momento simple.


Esta imagen grafica lo que yo llamo un momento simple. Este verano, en la casa de Pichilemu, creo que en febrero, junto a mi brother y mi cuñada chica. Era antes o después de almuerzo, no recuerdo. Cristian se obsesionaba buscando aves para fotografiar (gracias a su manía tenemos muchos recuerdos gráficos de esta temporada), Yani perseguía a Gatoku, que jugaba entre las plantas. Yo simplemente observaba, me reía, inspiraba el fresco aire salino, disfrutaba la vista de Infiernillo y su barco de concreto a la distancia.

Yani se internaba entre las plantas, corriendo delante de Gatoku, que saltaba una y otra vez jugando a cazar insectos (nunca lo vi comerse uno. A lo más les pegaba hasta que se quedaban inmóviles, tras lo cual se aburría y abandonaba la presa). Cristian seguía sus movimientos con la cámara, buscando el momento preciso para inmortalizar sus afanes de cacería.

Pinky Pinky, la cocker de mis papás, participaba del juego a lo lejos, con la paciencia que sus años le permiten, con su gesto humilde y enternecedor, huyendo de las garras de Gatoku, cuidando su comida, escapando cuando el desorden era demasiado.

Estaba en medio de una pausa. No había angustias por el porvenir. No me torturaba por los errores cometidos, ni por mi alma desgarrada. Simplemente disfrutaba de una tarde más junto a mi familia, sin preocupaciones, sin locuras, sin culpas.





Pirateando escritores...

Hoy llegó este escrito de Hugo Luis Londoño Cuervo. Me gustó tanto, que además de comentarlo le expliqué que patudamente lo publicaría en mi blog. Es muy bello, me conmovió y quiero compartirlo con quienes se dan el trabajo de echar una miradita a mis líneas.


TODO ME HUELE A TI.


Las dehesas, el coco, los tomates fritos, el mango maduro, el vino tinto, los bosques de pino, la papaya y el queso azul; todo me huele a ti y tengo hambre; ansias de tu torrente que tatuó mis labios para siempre, y mi centro te desea miel, humo alcaloide, lengua inquieta.
Qué tonto, qué esclavo.
Hace una hora que nos vimos y ya añoro tu piel cubierta en organza, el sándalo de tus sábanas y el aliento de primavera que se hundió profundo en mi boca felina.
Así es, mujer. Tengo hambre y huelo a que me socorrerás.

HUGO LUIS LONDOÑO CUERVO.

jueves, 21 de junio de 2007

Hasta cuándo!!!

Soy odiosa. O estoy odiosa. O ambas opciones. No lo tengo claro. Hoy es uno de esos días en que todo me parece un capricho del destino por el sólo placer de arruinarme la existencia. Hubo un sol esplendoroso, pero yo aquí arrumbada, medio deshecha entre tanto plumón y almohadones aplastados. Tras conciliar el sueño recurriendo al doping, acunada por dulces palabras y despedidas, desperté muriéndome a las pocas horas. Qué diablos tiene el Alprazolam, que te hace dormir en 4 horas lo que deberías descansar en mínimo 8? Y eso que hice trampa, agregando clorfenamina para poder respirar mientras soñaba visiones olvidables.

Ahí, despierta como las pájaras, pensando, pensando, cómo diablos resolver un problema menor, un dilema estúpido, que me hizo dar vueltas en la noche por calles desconocidas, con el pánico agarrapatado en mi estómago, perdida, loca, hambrienta, desorientada, furiosa y decadente.

El reloj corrió más lento que otras veces, miraba la hora en el celular y como con cansancio parecía ir cambiando de número. Por dios, esta mañana que no avanza, que debo llamar, ayer estaba durmiendo, ahora no puedo, qué pasa, qué ocurre? En qué dimensión estoy? Me perdí nuevamente? Era anoche un mal sueño del que aún no emerjo?

Dos llamados. Solución. Traspaso del problema a otras manos. Suspiro. Puedo dejar que la fiebre me invada. Tiritar hasta que el gato se aburra y se vaya. Puedo intoxicarme con más medicamentos. 1, 2, 3 píldoras distintas para empezar. Mi pieza ya parece una farmacia.

Ring Ring. El aseo. Como una bendición llega a mi casa la limpieza. Miel, limón; años que no era cuidada en mi lecho de moribunda. Escribo. Digito. Me aburro. Estornudo. Mis vecinos deciden echar abajo el edificio y me agreden con un taladro sobre mi cabeza. Correos. Nada importante. Juegos japoneses que sacan risas y me dejan indiferente.

Y espero. Que pase la jornada y nuevamente el sueño me venza. Que se cumpla el ciclo eterno, que las ojeras que me adornan se vuelvan menos oscuras, que la tos que me ahoga se aleje. Que resurja de los escombros la arrogancia, la prepotencia, la belleza, que mi alma vuelva a gobernar sobre mis pasos, y otra vez sea como la figura que siniestramente empuña un cuchillo ensangrentado tras la mujer con cajones.

miércoles, 20 de junio de 2007

Y juego...

Mi juego es peligroso. Pongo mis venas a merced de hogueras y lluvias, desafío las alturas y el viento que silba a mi alrededor. Tiento a la suerte, a las voces de pasados infinitos, que me dicen “detente”, y me lanzan dardos de temores absurdos.

Mi juego es perverso. Reviento la sed que ahoga mis palabras, cuelgo mi aliento de los clavos oxidados de un viejo muro, me dejo caer en manos de esbirros, y pido clemencia mientras llevo mi cuerpo al patíbulo.

Mi juego es intenso. Se alimenta del sudor y la sangre de mi pasión oculta, finge sonreír, y por dentro se atormenta con la duda de pesares y muertes, con las ansias de beber de su vertiente secreta, con la ruina y la belleza del elixir hecho vida.

Amanda Cabot.
Junio 20 de 2007.-

Y jugamos a esta eterna búsqueda, con las manos heridas y el alma hecha trizas.

martes, 19 de junio de 2007

Deslizo mis dedos, y espero...

Con los ojos cerrados, en silencio, busco con mi boca el sabor infinito de tus labios y tu sudor. Escucho los golpes de tu pulso en mis dedos, cada vez más rápido, cada vez más fuerte, mientras tus manos se convierten en cadenas, y me envuelven con vehemencia.

Siento a lo lejos el murmullo del mundo, que sigue su camino, mientras tu piel se mimetiza en mi piel. El cielo se esconde, el mar enloquece, mi sombra se enciende, la euforia se vuelve canciones y vuelo de aves nocturnas, mi delirio posee tus sentidos, el aire no basta, y mi cuerpo te esconde una y otra vez.

El pasado se hace polvo, los ídolos se desploman; un gentío amenaza con la muerte, y lo ignoro, me sumerjo, me inquieto, respiro, suspiro. Me elevo, sobre la fría complicidad de la hora que avanza, y veo tus ojos en llamas. El tiempo no existe; soy brisa, estoy viva, caigo en tus brazos y olvido mi nombre y mis promesas.

Amanda Cabot.
Junio 19 de 2007.-

Deslizo mis dedos y espero…

De tu risa y tu silencio...

Tu recuerdo no me basta para volcar sentimientos. Cerré la puerta, te dejé fuera, junto a espíritus molestos y voces de fantasmas que intentan irrumpir en mis sueños, y vacié de mi alma cualquier esbozo de cariño hacia ti.

No menciones ahora tu alma herida.

No perturbes mi paso a través de la niebla.

De tu vida y tus miserias en mi pecho ya no quedan huellas.

Amanda Cabot.
Junio 19 de 2007.

De tu risa y tu silencio… mi voz ya vuela lejos.

Fantasías...

¿Cómo vuelven a volar las fantasías desde una piel herida?

¿Cómo se entibia el aire con el sonido de mil voces, con el presagio de bendiciones, con la certeza de que en una cumbre cercana se encuentra la dicha?

¿Cómo se avanza dando la espalda a los miedos? ¿Poniendo el alma en cada paso, con los ojos abiertos y la fe en los labios? ¿Lanzándose al vacío sin temor, sin zozobras, confiando en que las ilusiones hallarán la melodía de su canción?

¿Esquivando sin huir las piedras que caen de las alturas?

¿Olvidando la huella del dolor, y la sangre vertida en el camino?

¿Suspirando…? ¿Riendo…? ¿Anhelando…?

Amanda Cabot.
Junio 19 de 2007.-

Fantasías… de rojo erotismo y ácido néctar latiendo en mis dedos.

Pa variar, debiendo el regalo...

Y pasó el cumple! Mi amiga Paz finalmente cumplió los xx que correspondían, se rió mucho, se lo bailó todo, recibió hartos regalos (pa variar, el mío está pendiente), y llegó a su casita como una lady, en un lujoso carruaje, con chofer y acompañante incluído.

En la imagen Paz se prueba una linda boina tejida que recibió. A su lado me muero de la risa, mientras esperábamos pacientemente que la mesera se dignara atendernos. Hasta pelea me salió al final... me carga cuando empiezan a ordenar las mesas encima de uno, como diciéndonos "ya chiquillos, vamos desalojando, que nos queremos ir". Si no les gustan las condiciones de su pega, por qué no se buscan otra?

Fue curioso estar prácticamente con gente que no conocíamos, pero nos reímos mucho, abracé un montón de veces a mi amiga, y hasta bailamos! claro que las mezclas musicales eran de lo más raras que he oído... Soda Stereo y merengue... es como pa decirme "señorita, si se la puede, baile, si no, vaya a sentarse a cuidar pertenencias ajenas".

Casi nos convertimos en prófugos de la justicia, ante la tentadora oferta de correr con una súper cámara que dejaron en nuestras manos...

Bueno, espero más fotos como para graficar la situación. Para mí, al menos, fue un fin de semana redondito, y mi amiga se divirtió de lo lindo.

Feliz cumple Pazcita!!!

sábado, 16 de junio de 2007

Beneficios y características de la gatokuterapia

Especialmente indicada para cuadros depresivos o melancolías agudas en personas que viven en departamento, la gatokuterapia viene a reemplazar las muchas veces estresantes y onerosas sesiones con psicólogos (que a no ser que estén cubiertos por el AUGE, se esmerarán en que el paciente no mejore, a fin de tener pega segura por más tiempo. Mal que mal, también tienen que ir al supermercado).

Se recomienda para casos severos el uso de un gato macho pequeño, ya que las gatas hembras son más inteligentes, y lo más probable es que se arranquen antes de ser víctimas de gritos y descuidos. El gato mayor de 5 años simplemente lo ignorará, por lo cual el tratamiento será menos efectivo.


El gato sólo requiere sus vacunas, alimento, leche, y arena sanitaria. Se calcula unos $10.000 mensuales, costo que disminuye en el caso de personas que viven en casas, ya que el gato siempre tendrá la gentileza de ocupar el patio de los vecinos (y no el propio) para hacer sus necesidades.

Se sugiere tener a mano algunos juguetes, peluches y elementos que el gato pueda destrozar sin agravar los síntomas de la patología.

Algunas características:

- Inodoro. Manteniendo la limpieza de la arena, el gato practicamente no emitirá olores, lo cual es altamente recomendable para personas con poca tol
erancia a los aromas no gratos.

- No se moja. A diferencia de los perros, el gato evita a toda costa mojarse, por lo cual puede subirse a sillones y camas sin dejar molestas evidencias. Esto es especialmente importante ya que gran parte de la gatokuterapia se desarrolla en estos lugares, debido a la reticencia de los pacientes a levantarse o caminar.

- No requiere baños ni cepillado. El esfuerzo para mantenerlo en forma es menor, por lo cual la sensación de responsabilidad que genera es mínima. No se sufre pensando en su bienestar, ya que el gato se las arregla solito.

- No necesita una casa especial. Basta con un suéter viejo, o
cualquier elemento peludo sobre el cual pueda dormir. No se recomienda el uso de la cama del propio paciente, salvo durante el día, ya que el gato tiene la tendencia a jugar o realizar actividades durante la noche, y se esmerará en hacerlo partícipe, despertándolo con gritos, movimientos, langüetazos o incluso pequeños manoteos. Para evitar esas molestas consecuencias, mantenga la puerta de su habitación bien cerrada mientras concilie el sueño.

Entre los beneficios se cuentan:

- Desestrés. El gato recibe inmutable los gritos y descargos verbales de cualquier índole. No le causará depresión una palabra fuerte (esta es una
gran diferencia respecto de la perrokuterapia), y si la avalancha de improperios es demasiado extensa, simplemente lo dejará hablando solo, y se irá sin penas a escarbar en su arena.

- Crisis de amor. Cuando viva episodios de crisis de cariño, y necesite con fuerza expresarlo, sólo agarre el gato y abrácelo bien fuerte. El gato estoicamente soportará el arranque, y una vez que haya pasado la crisis, lo soltará y se irá a lamer el pelaje en otro lugar.

- Despertador. Cada mañana habrá que renovar su alimento y leche, e idealmente limpiar la arena, por lo cual lo obligará a levantarse al menos una vez al día. Esto es beneficioso para que no se olvide del acto de caminar, y pueda estirar las piernas. Además, suele suceder que este movimiento despierta el apetito, por lo que el acto de levantarse es aprovechable para prepararse un desayuno, el cual obviamente será consumido en la cama, con una bandeja. En caso de que el paciente pase mucho tiempo sin moverse de las cobijas, el gato lo percibirá, y se esmerará en hacer algún
desastre, como dar vuelta plantas y esparcir la tierra, o botar vasos, a fin de estimularlo a ponerse de pie e ir a ver qué sucedió.

En etapas más avanzadas del tratamiento puede ser beneficioso complementar con dosis de Perrokuterapia. Esta variante implica la necesidad de sacar a pasear al animal, lo que incide en que el paciente obligatoriamente se levante, se vista y salga a caminar a la calle.

En la imagen, el modelo muestra una de las características de la gatokuterapia. Se grafica una de las actividades denominada "salvando al gato", momento en el que el animal se sube a un árbol y simula no poder bajar. Entonces, el paciente acude al rescate, le da un nuevo sentido a su día, y disfruta del beneficio de sentirse útil.



Tantos cumpleaños!!!

O hay mucha gente en el mundo, o es que el inicio de la primavera en septiembre trae como consecuencia un aumento desproporcionado de la procreación. No conozco la causa, pero me acabo de dar cuenta que hay mucha gente que cumple años este fin de semana, y bueno, haré el esfuerzo de acompañar aunque sea con una sonrisa a tanto festejado.

Mi abuela. La Toyita. Mirándonos desde las alturas, quiero que sepas que me acordé que ayer era tu cumpleaños (tendrías 95... por dios que estuviste harto tiempo con nosotros!). Cada año llegaba a tu casa, y me reunía con toda mi enorme parentela materna... esa prole que se tomó a pecho lo de la ascendencia italiana, y con su locura, voces fuertes y femenina hegemonía le daba a conocer a toda la villa que estábamos ahí presentes, contigo, en tu día. Te quiero mucho, Toyita, te extraño, y donde quiera que estés, espero que siempre pueda darte motivo de orgullo y no de penas.

Mi tía Quena. Hermana de mi madre, y la más cercana de todas las "Guerra" (ni en un casting nos habrían elegido mejor apellido. Qué mujeres más peleadoras!). Ayer estuviste con nosotros despidiendo a mi tío Luis, de quien también eras medio pariente por el otro lado de la familia, y olvidé darte un abrazo y desearte un feliz cumpleaños. Espero ponerme hoy al día, y darte las gracias por acompañarnos en tan triste momento.

Mi amiga Paz. Mañana cumples ... (no revelaré el misterio), y no te preocupes, porque jamás nadie creería los años que tienes. Esta noche levantaremos nuestros vasos de coca light (bueno, yo no más soy la fome), brindaremos porque las penas se ahoguen y queden en el ciclo anterior, y nos reiremos un rato de esta absurda pero perfecta existencia.

Mi tía Marta. Mañana también es tu día. No sabes la pena que me da saber que el destino te trajo el amargo regalo de llevarse de tu lado a tu compañero, pero hay en ti una fortaleza increíble, que admiro desde el fondo de mi alma. Sé que esto pasará, que las flores volverán a tu jardín, y que rodeada del amor de tus hijos y nietos convertirás la pérdida en conformidad y hermosos recuerdos de la vida que tuviste junto a mi tío. Te quiero mucho, tía.

Y mi blogamigo Facundo, quien ayer entró en un nuevo tramo de la adultez, y esta noche junto a sus amigos le dará un nuevo sentido a la palabra alegría.

Tanto cumpleaños junto. Tan distintas las realidades de cada uno. Igualmente, para todos, muchas felicidades. Ahora y siempre.

viernes, 15 de junio de 2007

Aún no tengo las palabras.

No tuve las palabras.
De alguna manera tu partida me tomó por sorpresa, con las prisas y la angustia dando vueltas en otros quehaceres, en otros rumbos.

Ayer reías con nuestras ocurrencias, con la voz acompasada y profunda de tu juventud siempre presente. Con el gesto amplio, los ojos comprensivos; jugaste con tus hermanos y su descendencia, mostraste tu lado duro, pero con visión de futuro. Abriste tu corazón a todos quienes nos sentamos en tu mesa, y sobre todo, después de muchos años, tuviste palabras dulces para esta oveja tan inquieta.

Hoy te dijimos adiós.
Recién ahora pude ver que era cierto; tus hijos lloraban, y yo junto con ellos.

Aún no tengo las palabras.
En mi memoria, sólo una imagen; tu figura, tu sonrisa, la mágica luz del verano que se iba. Cómo saber que también se llevaría tus pasos.

Lily.
Contigo y con los tuyos. Siempre.



miércoles, 13 de junio de 2007

Sombras que se desvanecen

Te di mi vida. Te di mis sueños, mis nostalgias; forjé castillos con tus aspiraciones, corrí ante tus pasos para alivianar tu carga.

Tomé riesgos, me encumbré al infinito. Quise ser sol y estrellas en tu horizonte, velar por tus ideales, ver tus hijos crecer en mi vientre.

Pero el amor se desvanece y agoniza ante la inercia. El impulso de vida, ese que tantas veces me hizo renacer tras llorar por tus infantiles designios, se agota con el tiempo. Me volví de hielo, te negué mis caricias, encontré en otros brazos la pasión abandonada, y me encerré en una prisión perpetua.

Ahora veo con claridad tu diminuta estatura. Tu carencia de ilusiones, tu cobardía extrema, la mezquindad de tu alma.

No más lamentos por el tiempo perdido. No más injurias por los sentimientos pisoteados. Me he puesto de pie, tambaleante, temblorosa, pero la esperanza mueve mis labios e ilumina mi ruta, y será ella la que me dé fuerzas para ver la belleza de un nuevo amanecer.

Amanda Cabot.
Junio 13 de junio de 2007.-

Morirás en mi recuerdo, como la sombra siniestra que desaparece con la aurora.

Preparando el cumpleaños de Paz


Llevamos como un mes preparando este magno evento. No sé qué fijación tiene mi amiga con los cambios de año, pero tiene grandes esperanzas de que el inicio de un nuevo ciclo cambie radicalmente su vida.

Este sábado (por fin!) celebraremos el cumpleaños de Pazcita, y después de múltiples consultas, se decidió que el lugar escogido es el Vitamina. No lo conozco.

Desde ya estamos pensando en lo que usaremos. No sé cuál es la obsesión con la ropa, pero me acuerdo claramente qué fue lo que usé el año pasado. Y esta vez no quiero repetir la tenida (al menos tengo botas nuevas!).

Amiga, espero que lo pases increíble, que se cumplan todos tus deseos (todos, incluso aquellos), que lleguen todos los amigos convocados, que se cierre un ciclo y se inicie otro, y que nos riamos como hace tiempo no lo hacemos.

Esta foto la sacamos este verano en un lugar completamente olvidable, pero lo importante es que fue premonitoria. De alguna manera hemos estado todo este último tiempo tal cual como en la imagen, espalda con espalda, apoyándonos, dándonos ánimo, y recordándonos que vinimos a este mundo a ser felices. Y no a otra cosa.

martes, 12 de junio de 2007

Mis nuevas amistades en línea

Mi vida ahora gira en torno a este aparato llamado notebook. El día no comienza si este artefacto está desconectado, y no me pongo a dormir hasta que siento que he expresado todas las ideas o emociones que me inspiraron en la jornada.

Pero una de las cosas más curiosas que me ha traído esta súbita pasión por acercarme al mundo virtual (bueno, llevo tiempo ya, pero hace como 2 meses empecé a traerme el compu a la cama) son nuevas amistades, surgidas de la nada, que me acompañan casi tan fielmente como Gatoku.

Todo comenzó con Skype. Al parecer la foto que puse fue muy buena (y eso que no salía en bikini), y comencé a recibir contactos de todas partes del país, para simplemente conversar. Como labia no me falta, yo feliz, y vamos intercambiando historias, vivencias, anécdotas, y lo mejor, buenos deseos.

Rodrigo Arturo. Es muy simpático este chico, que me trata de usted (espero que de cariñoso, no por la brecha generacional), y que me tiene en vilo con su historia de amor. Increíble, pero sabía que el viernes se iba a juntar con la doncella en cuestión, y no pude evitar acordarme el fin de semana, y desear que le fuera bien. Lástima que la chica le salió chúcara, pero le di unas cuantas recomendaciones para que tenga más éxito en la próxima oportunidad.

Harnold. De Quillota. También es muy amable, se toma la molestia de preguntarme todos los días cómo estoy, me manda buenas vibras para la jornada, y ya me tiene actualizada de su noviazgo, que hasta la semana pasada estaba en veremos, pero parece que ahora se compuso. Me alegro!

El ingeniero. No me acuerdo cómo se llama, pero es muy agradable. Se dio el trabajo de recomendarme lugares para el cumpleaños de Pazcita (en realidad, pocos lo hicieron, pero a esos pocos se los agradezco de corazón). También aparece de vez en cuando, y lo gracioso es que siempre me pregunta lo mismo. Parece que es más desmemoriado que yo. Ja! Acaba de aparecer.

Facundo. Este chico bonaerense, a cuyo blog llegué por esas cosas de Internet, tiene ideas bien originales y simpáticas, y me impulsa a seguir escribiendo. Aunque no lo tengo en el blog, pero cada tanto nos posteamos.

Y así tantos otros, compañeros de ruta literaria, de anécdotas e historias ficticias y reales, que me recuerdan que mi cerebro aún funciona, y que me alegran la vida con sus saludos.


La vida a veces puede ser sorprendente

Hoy tuve una experiencia empírica de aquello que mi amiga Paz dice a veces: "la vida es perfecta". O, si me pongo mística, una conexión con mi ángel de la guarda. O para los descreídos, una estupenda y afortunada casualidad.

Este era uno de esos días en que todo parece que va a salir atrasado, pero por algún motivo los sucesos encajaron. Salí muy tarde, contesté todos los llamados que recibí, me entretuve enviando respuestas y comentarios a mails de los escritores (con una bota puesta, y en el otro pie una pantufla), encontré estacionamiento donde nunca lo hay, me atendieron rápidamente donde siempre se demoran, hice una cola inexistente en el banco, me fui sentada en el metro, y al hacer el trasbordo, me di el gusto de esperar el siguiente tren, y no dar un paso más rápido de lo que mi comodidad me exigía.

Subí a uno de los carros, de esos que parecen orugas, y me fui un par de estaciones bailando sobre la plataforma movible del centro. En eso, miro hacia la puerta de mi lado izquierdo, y lo ví. Ahí, de pie, mascullando comentarios consigo mismo, Camilo Marks, el escritor y comentarista literario, quien fuera uno de mis mejores profesores en la Escuela de Periodismo, en el área de Redacción.

No tendría nada de mágico el encuentro, si no fuera porque ayer precisamente, al revisar mis apuntes y escritos, llegué a la conclusión de que debía seguir adelante, y pensé en que sería una buena y arriesgada idea tratar de ubicar a Camilo, a quien no veía desde que egresé de la universidad (estamos hablando de 10 años atrás. Mucho rato), para pedirle que diera una mirada a mis letras y me hiciera sus apreciaciones.

Nunca podré olvidar esas increíbles pruebas que nos hacía, en las que se daba el trabajo de contestar 1 y media a 2 carillas con puros comentarios sobre lo que escribíamos. Y estamos hablando de unas 25 personas por examen. Ni antes ni después vi tanta preocupación por los alumnos, y por nuestra capacidad analítica y expresiva.

Por supuesto que fue verlo y sentir que las nubes se abrían, dejando caer un rayo de sol ante mis asombrados ojos (esa sensación de las películas antiguas de la biblia, cuando dios le hablaba a Noé, por ejemplo). No alcancé ni a pensarlo, y salté a su lado, me presenté (mi nombre le sonó, pero no taaaaanto como para acordarse de mí), y conversamos brevemente sobre el rumbo que estaba tomando la Escuela que nos reunió alguna vez. Al despedirnos le pedí su correo, para establecer un vínculo, y poder llegar a mostrarle mis humildes creaciones. Accedió sin problemas ni divismos, y bajé del tren sintiendo que acababa de vivir un milagro.

Era tal mi alegría que no pude resistir llamar a Paz y contarle gritando. Además, le pedí que anotara el mail, para que no se me fuera a perder. Y de lo puro contenta que estaba me compré un increíble azucarero verde con forma de rana.

Puede que Camilo no encuentre de mucha calidad mis escritos. Puede ser que los considere horrorosos, me los haga pebre, y me aconseje dedicarme a vender chalecos. Puede ser que reencuentre esa chispa a la que aludía en mis tiempos estudiantiles. Puede ser que me ignore. Pero no importa. Lo que me llena de entusiasmo es que de alguna manera, de algún rincón ignorado de mi alma, saqué fuerzas y me motivé a seguir adelante, y el destino, dios, baghavan, san expedito, o quien sea, me puso por delante la oportunidad de dar un giro al destino. Y creo que la voy a aprovechar.


lunes, 11 de junio de 2007

Quiero...

Quiero…

Quiero ser dueña otra vez de mi destino; abrir los brazos al viento, gritar mi nombre y sentir cómo el viento juega con mis cabellos.

Quiero asombrarme con la luz de la mañana, distraerme con los gatos que corren en tejados ajenos, subir corriendo las escaleras y divertirme probando diferentes pañuelos en mi cuello.

Quiero que el agua bendiga mi cuerpo cada día, que las calles se abran a mi paso, y que el perfume que desprendo envuelva a las gentes que me observen caminar.


Quiero ver mi reflejo brillar en los ojos de un hombre que me ame. Quiero despertar en medio de la noche con sus brazos arrastrándome, su sudor resbalando entre mis senos, su boca mordiendo mis hombros, su aroma clavando mi piel.

Quiero convertir los días en locura; acariciar sus cabellos mientras recorre mi espalda, murmurar una y mil veces en su aliento, y dibujar símbolos secretos con la punta de mi lengua sobre su vientre.


Quiero cantar las alegrías y melancolías de mi vida; bendecir al sol que me ilumina día tras día, distraer mis sueños con las idas y venidas de un mar alborotado, bajar mis párpados, y emocionarme con la brisa que inunda mi ser.

Amanda Cabot.
Junio 11 de 2007.

Quiero que mi alma encuentre el camino hacia un claro amanecer, y deje atrás la penumbra que me envuelve.

Saquen a Benito por favor!!!

Me carga Benito. Lo detesto. Es más, no me cabe en la cabeza que lo hayan inventado.

Cómo a alguien puede parecerle gracioso un mono estú
pido, que no habla, que hace tonteras como si fuera un niño de 4 años, pero que tiene bigote?

Más encima, debo soportarlo obligada, mientras espero que comience la película del 4, porque si cambio de canal lo más probable es que pase de largo y me pierda el inicio.

Y aunque le quite el volumen a la TV, igual lo veo (total no habla!).

Mono desgraciado.

Historias

Me encontré hace unos momentos que pensaba en el tipo de escritos que me gusta hacer. Los temas que suelo abordar, de qué me es más fácil hablar.

Definitivamente no tengo imaginación. Numerosos comienzos de fantasías que tratan de dar sus primeros pasos por algún motivo son abandonadas, cuando no tienen visos de realidad, o porque no se basan en un hecho concreto específico que pueda recordar.

Pero hay algo positivo. Tengo tantas historias que puedo contar!

Creo que iré sacando de mi archivo parte de la memoria individual que me ata a esta tierra, y dedicando mis pensamientos a las heroínas y villanos (o héroes y brujas malditas) que han acompañado mis pasos. Hasta ahora.


domingo, 10 de junio de 2007

De ruinas e ilusiones

Soy demasiado orgullosa para soportar la compasión.
Mi tragedia es recibir un gesto amable pero distante sintiendo que un escozor carcome mis entrañas.
Estoy enferma de dolor y sueños pulverizados; en mi pecho se agolpan sentimientos encontrados, los que debería inspirar, pero que por alguna burlesca razón sólo quedan en buenas intenciones.

Tengo ruinas en vez de ilusiones, pero me declaro reina y señora de ellas, y me hago adorar por una fiel corte de gélido silencio.
No crucé con mi látigo el corazón de los mortales.
No vestí con mi manto las sublimes aspiraciones del alma humana.

Sólo me encierro en mi torre de hielo, y gobierno sobre las frías piedras que rodean lo que queda de mi espíritu.

Amanda Cabot.
Junio 10 de 2007.

Los dioses clamaron por mi sangre, y ahora con ella pagaré mis pecados y osadías.

La escapista.

Cuando pequeña era una diabla escapista. No podían sacarme la vista de encima un par de segundos, porque de alguna manera, en una maniobra inesperada, dejaba que mi instinto me guiara, y encaminaba mis pasos hacia adelante, en cualquier dirección.

Tenía algo así como 3 años cuando una tarde me encontraba junto a mi madre y hermano mayor (casi tres años más que yo) de visita en casa de una tía. Jugaba con mis primos y otros niños en el jardín de la casa, y mi madre, como guardia de palacio, junto al grupo y sin despegar de mí su atenta mirada.


"Déjala que juegue tranquila un rato, la Chica la cuida", le insistía una y otra vez mi tía a mi mamá, para que entrara a la casa a tomar un té, y me dejara en paz por un momento. Finalmente, ante tanta insistencia, optó por confiar el cuidado de mi persona a la citada prima, y dejó de mirarme por 2 minutos.


Entonces desaparecí. Primero recorrieron la casa, que era como las de campo, de grandes patios y muchas plantas y rincones. Al percatarse que no estaba, comenzaron a ver en la calle, en las casas vecinas, en los alrededores. Nada. Para mayor angustia, en esos momentos estaban construyendo los alcantarillados en esa villa, por lo que las calles estaban llenas de zanjas de 2 metros de profundidad. Organizaron una cuadrilla de búsqueda, y salieron en grupos a recorrer el sector.

Se hizo de noche. Ni luces de la pequeña. Mi madre lloraba y me llamaba por las calles, con mi hermano de la mano, quien al verla tan asustada, a modo de consuelo, le decía "no importa mami, después tienes otra guagüita", alternativa que no agradó a mi progenitora, y con más fuerza tiró de su brazo para seguir buscando.


Finalmente apareció la princesa. Estaba sentada en un boliche del sector, a una cuadra de la casa, tomando una bebida. En una de las tantas vueltas, mi madre entró al lugar para preguntar
si habían visto a una pequeña con ricitos perdida (había pasado varias veces por fuera, sin ocurrírsele pasar a consultar), y al verme sana, salva y sonriente me abrazó, me retó, y me llevó de vuelta a la casa.

Cómo había llegado ahí? Salí caminando libremente de la casa, y me atrajo un grupo de niños que jugaba en un pasaje. Al pasar la hora, comenzaron a ser entrados por sus familias, y al ver que yo quedaba sola y desorientada en la calle, los papás de algún niño me llevaron a la botillería, que era una especie de bar de pueblo, para que me encontraran si salían en mi búsqueda.

Al dependiente del bar le llamó la atención que yo no estuviera asustada ni llorosa, y me dio una bebida, para tenerme entretenida, y me hizo hablarle de cualqui
er cosa. Por eso estaba tan animada cuando mi madre me encontró.

Llegando a la casa casi hubo una paliza. Un hermano del marido de mi tía, al verme aparecer, dijo "bah, ésta era la niñita perdida que estaba en la botillería", ya que había pasado a tomarse una "cañita" previo a su visita, y el dependiente le preguntó si conocía a la pequeña que feliz tomaba una fanta mientras hablaba imparablemente. Lo que casi le costó unos buenos golpes fue su escasa perspicacia, al no relacionar la búsqueda de su sobrina con la niña perdida del bar.Esta foto es de la época en que me perdí. El de la izquierda es mi hermano Claudio; sus manos sujetándome son un claro indicio de mi manía escapatoria. De hecho, en casi todas las fotos de esos años sale él afirmándome de un brazo. El de la derecha es mi primo Alexis.
Por dios que era linda en esos tiempos!




sábado, 9 de junio de 2007

Soledad

Mientras me encerraba en mi piel, y evitaba mostrar mi rostro a quienes parecían verme a través de una vidriera, no noté, casi ni sentí lo sola que estaba. Me refugié en mi memoria dolorosa, reviví una y cien veces los diálogos, las lágrimas, los temores, clamando por un alivio que vendría de seres ajenos e inesperados.

Esta mañana abrí los ojos, moví mis manos, sentí el aire resbalar sobre mi piel. Pensé por un momento que estaba viva, que podía caminar tres pasos sin caer, que nuevamente era la dueña de mi destino, y que por sólo desearlo se abrirían ante mi paso las sombras y las tinieblas.

El mundo sigue su curso, y no espera a quienes dan vueltas sobre su eje. Estiro mis brazos, y sólo aferro el silencio. Alzo la voz buscando respuestas, pero un eterno rechazo ilumina de golpe el vacío que me envuelve.

Y al igual que cada noche, enfrento en el espejo los círculos oscuros que delinean mi mirada, la faz cansada que suplica una caricia, los cabellos alborotados, la sonrisa helada. Sin testigos, sin oídos, sin palabras de consuelo.

Pero esta vez, sintiendo en mi carne la crudeza de una soledad sin oportunidades.

Amanda Cabot.
Junio 9 de 2007.
Respiro, simulo, sonrío. Pero siento en mi pecho el dolor, como un viejo conocido, recuperando las horas perdidas.

jueves, 7 de junio de 2007

La pasión... en los labios del artista. III parte.

Recién mientras esperaba algo (qué era???) me acerqué a mi equipo de música, que lo he tenido bien abandonado, la verdad, e inmediatamente busqué dos canciones, que tras escucharlas y canturrearlas me di cuenta que tenía que mencionar como "especiales".

Preaching the end of the world, Chris Cornell. La primera vez que la escuché me llamó inmediatamente la atención por lo melancólico de la voz (más que en otros temas que conocía del mismo chico guapo), y al prestar atención a la letra sentí deseos de llorar (lo que no es de extrañar, ya que contrario a mi costumbre ultimamente lloro por muchas cosas). Cada vez que la oigo pienso en ese momento. Y bueno, en varias cosas que sucedieron inmediatamente después, y al tiempo.

"Sé que no quiero estar solo hoy, y si has estado sintiendo lo mismo, llámame ahora, estará bien".
Me encanta porque la letra es simple, directa, sin fantasías ni torturas rebuscadas, pero con alma.
Pd.- Apenas pueda y me acuerde devolveré el disco... pero a cambio de una copia, ya?
http://www.youtube.com/watch?v=C0bKW0l4rjk


One Last Goodbye, Anathema. Sí, se repite el plato, pero lo siento, es mi banda favorita. Esta canción pertenece al álbum "Judgement", y fue la primera que usé en mis clases de canto con la Geno, hace como 5 años. Me acuerdo que una vez me tocó interpretarla frente al resto de mis compañeros, y una de las chicas terminó casi llorando, pues decía que sin entender la letra, le daba pena (y no era que la cantara mal, jaja. Al menos esa me salía bien). Lo importante para mí es que este tema fue compuesto por Danny Cavanagh (guitarrista de la banda, y hermano de Vincent, vocalista y segunda guitarra, y quien cabronamente hace casi todas las canciones), y es en memoria de su madre, quien falleció mientras preparaban ese disco.

"De alguna forma supe que me dejarías de esta manera, de alguna forma supe que no estarías más, y con la temprana luz de la mañana, después de una noche silenciosa y pacífica, te llevaste mi corazón".

Me pongo un poco triste ahora al sentirla de otra manera. Cuando tantas veces la escuché e intenté cantar me conmovía por lo melancólica, pero ahora la siento un poco más cercana, tras la muerte de mi abuela. Pienso en ella y veo que en cierto modo ese sentir era el que me embargaba en ese momento, aunque no estaba consciente de ello (en verdad, ni por asomo me acordé de esta canción en esos instantes).

El link va a una versión en vivo. Por dios que se ve guapo Vincent Cavanagh! (sorry, puede darme mucha pena la canción, pero no estoy muerta. Cuando tocaron en Chile usaba una camisa roja, parecida a esta... Ay, ya le resté dramatismo a la cuestión!).
http://www.youtube.com/watch?v=t5jJO0uLHek

Pensaba en mi padre

Hoy recibí un lindo y triste texto, y me quedé pensando en las palabras que me dijo hace un año mi padre. Ahora no las puedo recordar bien... esperaré unas horas y tal vez mi mente me permita viajar hacia ellas.

miércoles, 6 de junio de 2007

Un tormento en cada paso hacia el abismo

Este cuadro de penumbras es lo que mi vida envuelve. El frío silencio me aquieta, las sombras me rodean, los espacios se hacen enormes y vacíos, sin ecos ni risas.

Esta extinta alegría es lo que me queda. Ya no hay misterios por develar. Ya no está la magia de una mirada penetrante, ni las promesas de un deseo contenido por las circunstancias.

Conoció mi mundo privado, y la esperanza se transformó en desilusión. No fue suficiente el pozo profundo de mis sueños. Mis anhelos no encontraron respuesta, mi silueta pasó inadvertida; mis ojos aún claman por su mirada, pero sólo encuentran su indiferencia.

Soy un tormento en cada paso hacia el abismo, y temo caer, mientras las dagas de su olvido clavan su dolor en las sienes. Mis puños hieren mis mejillas, mi vientre se contrae con espasmos; sólo queda esperar que la angustia pase, y me permita respirar nuevamente.

Y al igual que tantas otras veces, soportar la certeza del desprecio por mis manos extendidas, esconder la cara y dejar morir en mi garganta mi voz y su nombre.

Amanda Cabot.
Junio 7 de 2007.
Se esfuma el destello que alguna vez hizo renacer fuego de las ruinas humeantes de mi alma.

El más importante en mi vida

Hacía tiempo que venía pensando que le debía un espacio al ser viviente más importante en mi vida en estos momentos, pero el crudo y descarnado relato de mi amiga Ursula Iguarán me hizo ver que éste es el instante preciso.


Voy a hablar de Gatoku.

Cómo no voy a adorar a este especimen, que me despierta cada mañana con sus gritos desaforados, como si lo hubiera dejado sin comida por una semana?


Que cada día se acuesta a mis pies, o a mi lado, o como ahora, en que tiene apoyadas sus dos patitas delanteras encima de mi antebrazo izquierdo, creyendo que es muy fácil escribir con semejante peso.

Que me da vuelta los maceteros y esparce la tierra sobre la alfombra del living.

Que esconde bajo mi cama tesoros, como un desodorante vacío, un perfume, un joyero... hasta mi celular terminé encontrando allí anoche.

Que bota el pocillo del agua, y luego camina dejando sus patitas marcadas sobre la lavadora.



Que se cuela en el baño cuando me distraigo, y desarma el rollo de papel higiénico. O se mete a la tina y dibuja una travesía hasta el lavamanos.



Que juega con mis pantys cuando cuelgo la ropa recien lavada, y esconde los perritos bajo el limpiapiés de la cocina.



Que se obsesiona con mis lápices de mina, y los esparce por toda la casa (tenía 3, ahora no sé dónde los dejó).

Que desarma los diarios, y rasga cuanta servilleta o pañuelo desechable queda a su alcance.

Que se estira en las esquinas, y arranca trozos del papel mural.

Que bautiza mis botas y zapatos con las marcas de sus uñas y colmillos.

Que se cuelga de las cortinas, y me espera escondido bajo una silla cada vez que vengo con una bandeja, para saltarme a las piernas y asustarme.



Que se instala frente al televisor cuando están dando un partido de fútbol, y sigue con la cabeza los movimientos de la pelota.

Que me sigue a todos los rincones de la casa.

Que me espera cada mañana junto a la puerta del dormitorio.

Que se acuesta sobre mi espalda cada vez que ésta me duele, y aplaca con sus ronroneos, como una especie de masaje express, las molestias del cansancio y los años.

Que empuja su cabeza sobre mi frente cuando ya no soporto la tristeza.

Que roza mi cara con sus patitas cuando las lágrimas no me dejan respirar.







Esta foto se la tomó mi hermano en la playa. No sé cómo logró esa cara de susto.

No quiero la sal, ni sus caricias de mentiras amables.


Cada vez que entra el aire en mis pulmones, duele. Cada vez que el frío golpea mis mejillas, tiemblan mis sentidos; la habitación da vueltas, y sólo puedo observar las líneas de mis sábanas perderse a la distancia.

Miro mis dedos, sutiles instrumentos del deseo, adormecidos y frágiles. Miro mis piernas; mi piel hecha jirones, las venas palpitando, pequeñas marcas de amores pasados y ruinas futuras.

No quiero la sal, ni sus caricias de mentiras amables. No quiero su voz aquietando mis temores. No quiero su mirada comprensiva, ni su gesto cariñoso, ni la tranquilidad de su paso lento y amigable.

Quiero su sangre. Quiero la angustia de su éxtasis irrumpiendo en mis heridas. Quiero su boca sedienta apagando la tortura en mi cuello húmedo. Quiero sus manos apoderándose de mis rincones, y su locura sin amarras enseñorearse de mi voluntad.

Quiero su alma envenenada a merced de mis abrazos. Quiero sus noches y sus desvelos; que mi imagen atormente su consuelo y lo someta a mi destino. Quiero ser diosa y esclava, figura y ternura, quiero complacer sus caprichos y morder su vientre con el ácido néctar de mi soledad.

Pero en la penumbra he de cerrar los ojos y volver a mi oscura guarida. El día y su gris esencia me aguardan, y otra vez olvidaré, como tantos otros ritos; quemaré mis silencios, y esperaré que el espejismo vuelva a clavar sus garras en mi ruta abandonada.

Amanda Cabot.
Junio 6 de 2007.
Y esperé… junto a una hoguera, viendo consumirse mis deseos y los últimos ecos de mis ensoñaciones más ingenuas.