martes, 31 de julio de 2007

Todos esos años perdidos...

Esta noche cierro la puerta a las caricias falsas, a los viejos temores, a la sombra de desdichas y amores inciertos.

Todos esos años perdidos se han ido, y ya no volverán.

Los dejo atrás, sin una lágrima, con el consuelo de que ya sus dolores no me clavarán las manos.

Mi espíritu vuela lejos, tras el paso de otros ojos indomables, tristes pero verdaderos.

Horas de incertidumbre, salgan de mi lecho y esfúmense en la niebla.

En mi alma se abre el fuego de colores nuevos, y la llegada de agosto trae una brisa que enmaraña mi pelo.

Todos esos años perdidos se diluyen, quedan atrás, salen de mi ruta.


Amanda Cabot.
Julio 31 de 2007.-
Llévense todo, todo el dolor que laceró mi piel. Ya el sol brilla con un nuevo resplandor.

Pocas horas

Quedan pocas horas.
Quiero que te vayas, que tu sombra se aleje en el horizonte, que se lleve los temores, y permita que reluzca un nuevo sol en mi almohada.

Hombre alado de ojos tristes. II parte.

Hombre alado de ojos tristes... levanta tu mirada. Ya las nubes se marchan, y los astros buscan tu silueta para hacerla brillar. Ves su destello en la distancia?

Hombre alado, con las manos entrelazadas y los labios sellados. Las tormentas dejan oír a lo lejos su tronar, el aire se hace más liviano. Puedes sentirlo al respirar?

Hombre alado, hombre sabio y silencioso. La brisa seca tus brazos, la luna ilumina tu ruta para un nuevo andar. Vas a intentar ponerte de pie?

Hombre alado, deja atrás el ayer y encumbra hacia lo alto tu vuelo. Libera las cadenas que se empeñan en atarte a las tinieblas. Rompe la línea de fuego, toma mi mano, emerge entre los mortales, y sedúceme con tu voz enardecida.

Amanda Cabot.
Julio 31 de 2007.-
Hombre de piel y palpitar, olvida el pasado, mira hacia adelante. Sonríe al despertar.

lunes, 30 de julio de 2007

Plegaria de agosto

Ilumina mis mañanas con tu suave sol de invierno.
Deja atrás los martirios, y arráncame sonrisas cada día.
Llena de colores mi cuarto y mi vida.
Dale a mis manos el poder de sanar sus heridas.

Infúndeme el valor para enfrentar los temores.
Bendice mi mente con la claridad de los sabios.
Despliega en mi frente la señal altiva y serena de la confianza.
Devuelve a mi boca el calor de sus labios.

Dame una espada y un escudo para atravesar los obstáculos.
Pinta de armonías los paisajes a mi paso.
Regala sonrisas a mis seres bienamados.
Libra su espíritu del frío, y dale el calor de mi abrazo.

No me dejes caer en el abismo.
Siembra ilusiones en el campo fértil de mi corazón rebosante.
Lava mis manos de la sangre de mis pasadas batallas.
Dime que amarlo no es tiempo olvidado.

Porque en tu brisa confío. En tu tibieza, en tu aire fresco. En los juegos que surcan el cielo, en la esperanza de que pronto llegará la primavera.

Ponle fin a la espera, y dale a mi sentir la llama para inflamar su pecho y hacer sus sueños realidad.

Amanda Cabot.
Julio 30 de 2007.-
A ti te invoco, a él lo aguardo.


Una mujer y un gato


- No me pidas que te acompañe.

Corto y preciso. No alcanzó a salir una sola palabra de mi boca, cuando su negativa me hizo desechar la idea. Lo miré con cara de desafío, como diciendo "y quién necesita que la acompañen?", y me dirigí a la cocina.

Ahí estaba. Gordo como una vaca, Gatoku, mi fiel tormento, se tiraba al suelo, creyéndose bonito, y me hacía gracias para que jugara con él.

"Está demasiado obeso este gato. Tengo que hacer algo antes que reviente".

Tomé el arnés de cuero, comprado esa mañana en la feria de los martes (no voy nunca a una feria, pero esta vez tenía un objetivo bien claro), y comenzó la lucha por colocárselo y salir a la calle.

Reclamó, se movió, se ladeó, arrancó. Se devolvió. Finalmente, cuando logré mi misión, fui a buscar la plata necesaria para las compras de la tarde.

El me miraba de reojo. Fingiendo leer atentamente el diario, no podía ocultar su sonrisa burlesca.

"Y voy no más. No voy a dejar que al gato le dé un infarto por miedo al ridículo".

- Algún encargo?

En el silencio pude escuchar sus esfuerzos para no reirse a carcajadas.

- No, trae el pan no más.

Tomé el extremo de la cadena, y al pasar por el pasillo miré soslayadamente el espejo. A mi juicio me veía bastante simpática, con un gorro y bufanda tejidos a mano (de la misma lana, una de mis creaciones de día de lluvia), y el gato tironeándome del brazo.

Salí del departamento. Primera prueba: bajar desde el cuarto piso por la escalera. Creo que con suerte una vez Gatoku se me arrancó, y en un ataque de valentía corrió hasta el segundo piso. El gato avanzaba husmeando, como tratando de evaluar si el suelo estaba lo suficientemente limpio como para dignarse a posar sus patitas sobre él.

- Vamos, no tengo toda la tarde.

Cumplida con éxito la primera fase (pareció disfrutar los saltitos de un escalón a otro), debía afrontar un nuevo desafío: salir a la calle. Miré hacia el balcón, y ahí estaba su cara risueña, como queriendo constatar que me daba lo mismo la opinión pública. Le sonreí descaradamente, y decidida, salí con mi gato rumbo al almacén.

En la esquina estaba la pandilla de chicos raperos-reggaetoneros-colocolinos, los mismos que habitualmente me veían colgando la ropa recién lavada en la terraza. Mi súbita aparición los dejó mudos. Sentí un leve cosquilleo en el vientre, un ligero pinchazo de rubor. El grupo se abrió para dejarme pasar, y mientras me deslizaba seriamente entre ellos, el peso de sus miradas me clavaba en la nuca.

- Chuta que hay perros raros en el condominio.

Carcajadas al por mayor. Decidí que esa burla adolescente era una mínima afrenta en comparación con los enormes beneficios para la salud de mi felino, así que tomé aire y seguí con paso firme hacia mi destino.

Gatoku pareció no afectarse por la risa de los muchachos, y se dedicó a oler el suelo y caminar en zig zag hasta el almacén. Una vez allí, tuve que hacer una fila para esperar mi turno y sacar el pan recién salido del horno.

- Qué lindo el gatito! Cómo se llama?

Una niña de unos ocho años, vestida total y absolutamente de rosado, se inclinó sobre el animalito y comenzó a hacerle cariño.

- Gatoku, le respondí, con la más amable de las sonrisas.

- Y qué significa?

Dudé unos instantes. No podía decirle lo que realmente simbolizaba ese nombre, creado por mi hermano menor una noche en que el gato, cuando apenas tenía 6 meses, no dejó dormir a nadie en la playa por sus constantes entradas y salidas por las ventanas.

- Eh, gato curioso.

No me gusta mentir, pero era lo mismo que le había dicho a mi sobrino ante similar pregunta, así que lo asumí como cierto, y me quedé muy tranquila.

Terminé de hacer mi compra, y me retiré del almacén escoltada por las miradas de toda la clientela.

Una vez en la calle, pensé en darme una vuelta más grande y llegar al edificio por el otro lado, evitándome un nuevo contacto con la pandilla burlesca. Después de meditarlo unos segundos, miré al gato, y decidí que unos chiquillos malagestados no me apartarían de mi ruta, y menos aún, del objetivo de entregar una vida más saludable al pequeño animal bajo mi cuidado.

Con toda la seguridad del mundo me dirigí hacia ellos, que cuando me vieron venir se quedaron nuevamente en silencio. Ya esperaba una nueva pachotada, cuando de pronto apareció entre los arbustos un perro no muy grande, callejero, de esos que a simple vista uno calcula la cantidad de peleas que debe enfrentar a diario.

Mi primer impulso fue tomar el gato en brazos. Me di vuelta para cogerlo, cuando lo vi engrifado al máximo, con su lomo arqueado y los pelos parados, tiesos, haciendo un ruido amenazante. Casi me dio susto acercarme, y lo miré a él, y al perro alternadamente, tratando de pensar una manera digna y segura para salir del trance.

En eso el perro se le acercó, como pensando en atacarlo, y Gatoku le lanzó un arañazo. El perro dio un gemido, y se fue chillando.

- Buena, cacha el gato malas pulgas!

En ese momento me di cuenta que los chicos reían y hacían comentarios sobre la bravura de mi mascota. Pero su tono ya no era de burla, si no de un risueño respeto. Miré al gato, que ya volvía a su posición normal, y sonreí satisfecha.

- Señora, ta bonito su gato, me dijo uno de los muchachos.

Con amabilidad agradecí el piropo como si fuera para mí, y tiré de la cadena para dirigirnos a la casa. Miré hacia el balcón, y ahí estaba, mirando la escena con expresión de complacencia.

- Y quién dijo que necesitaba que me acompañaras?




Hazme feliz.

Hazme feliz un día.

Devuelve una sonrisa a mis palabras llenas de locura.

Desata las cadenas que clausuran mis delicias.

Responde mil preguntas sin dejar de mirarme...


Cómo pongo mi sentir en una flor, en sólo una flor, sin que el tiempo la marchite y olvides su poesía?


Hazme feliz una noche.

Cierra mis ojos con tus dedos húmedos.

Cubre mi espalda con la fuerza de tu abrazo.

Déjame soñar sin morir cada mañana.


Hazme feliz...


Amanda Cabot.
Julio 29 de 2007.-
Seca el rocío que brilla en mis hombros.

sábado, 28 de julio de 2007

Qué pasó con mi banda sonora?


Estos días son de dulce y agraz. A veces disfruto de la compañía de personas que me quieren, y la vida se llena de colores. A veces me miro en el espejo, y el ver que mis ojos ya no tienen esa expresión de tristeza furtiva me consuela y alivia. Y a veces la gris monotonía del cielo se refleja en mi alma, y comienzan las preguntas, los eternos por qué, la siniestra tendencia a enviar mis sentimientos al abismo y morir una y mil veces en mi piel despreciada.

Pero hay algo que me tiene inquieta, pese a que no turba mi espíritu, al menos no conscientemente. No sé qué pasó con mi música.

Ya mis discos están rayados de tanto pasar y repasar, y aún así no me motiva escucharlos. Los pesares de temas de dolores que antes me conmovían, ahora me dejan indiferente. Reviso las canciones que tengo guardadas, y ninguna quiero escuchar.

Habrá llegado el momento de llenar el vacío sonoro con nuevas melodías?

Ya no siento deseos de cantar. Olvidé lo que se siente cuando una letra traspasa su emotividad, y vibra tu cuerpo entero al entonarla.

Sólo me acompañan el ruido ocasional de mi TV, el ronroneo y los ronquidos de mi gato, y las alarmas bienaventuradas que me avisan que un nuevo mensaje me está llegando.

Tampoco tengo sonidos en mi retina...

Incluso estoy olvidando el eco de mi propia voz al susurrar mis sueños.

Me traerá agosto una nueva banda sonora? Aprenderé a sentir de nuevo cómo me ruborizo cuando un murmullo roza mi cara?

viernes, 27 de julio de 2007

Flacuchenta destripadora de jirafas

Me han dicho de esta manera hoy y no quiero que se me olvide... creo que alguna lección puedo sacar de eso. E insisto, no me arrepiento! Jeje...

Lo siento, creo que sólo Paz entenderá a qué me refiero... ahora dejemos que algo fluya.

Un conjuro

A la luz de la luna, y con los dioses como testigos, desato un conjuro, una llave maestra, que quite los muros que te apartan de mi dicha y devuelva el fuego a tus sentidos.

Que te traiga a mis brazos, y haga revivir tus ilusiones.

Que quite los demonios de tu camino y entregue una sonrisa a tu rostro.

Que encienda llamaradas en tu vientre al invocar mi nombre.

Que ahuyente los miedos, y te entregue la fuerza que no ves en tu ceguera.

Que alimente tu sed por mi sudor, y encamine tus pasos a mi lecho.

Que dibuje las formas de mi cuerpo cada vez que mires el cielo.

Que en mitad de la noche te recuerde el sabor de mi piel en tu boca.

Que te encadene a mi pecho desnudo, ansioso por poseerme y esclavizarte en mis dedos.

Por mi alma que estalla en mil direcciones, por mi sangre, por mi espada, por el cáliz derramado en mis manos, te conjuro, a ti, a tu espíritu. Despierta.

Amanda Cabot.
Julio 26 de 2007.-
Un conjuro que devuelva tus labios a mi voz enronquecida.






jueves, 26 de julio de 2007

Agosto

Ya llegará agosto. Nunca me ha llamado antes la atención tan poderosamente el arribo de este mes en mi calendario. Sólo recuerdo que en mi colegio básico se hacían actos por el natalicio de Bernardo O'Higgins (y más encima soy Carrerista, je).

Pero esta vez es diferente. No sé por qué siento que este agosto me traerá más de una bendición. No creo que en la forma de una fortuna monetaria (no ganaré mucha plata si sigo jugando en Xperto, aunque lo haré igual), pero es como si lo algo en el aire me lo susurrara...

Quizás es por la inminente batalla de color verde que comenzará a librarse en el jardín del lado de mi casa, que trae como visitantes cada año un par de caballos. En serio. Me produce una secreta sensación de bienestar ver esas apacibles criaturas paseándose en medio del prado. O tal vez porque los volantines comienzan a recorrer el cielo con sus piruetas de colores.

No lo tengo claro, y si miramos a mi alrededor hasta el momento no hay nada externo que me dé una señal. Es sólo mi corazón que me habla con una voz tranquila, inspiradora, que me insta a levantar la vista cada día, porque algo bueno llegará.

De partida hay muchas cosas que haré, y que hoy me di cuenta que las haría. Iremos con Ursula a vernos el tarot. También visitaremos el Parque de los Reyes en busca de un misterioso y sencillo sofá que me da vueltas en la cabeza. Saldremos por fin del encierro con Paz, y nos lanzaremos a la noche santiaguina para desarmarnos y bailar. Visitaré a mis amigas que no veo hace tiempo, y poblaré de nuevos colores mi hogar.

Y más aún... terminaré todos los tejidos invernales pendientes (para comenzar la producción de primavera), volveré a alentar a mi equipo en el estadio, y muy importante... me atreveré a ir al cine sola. Así es! Archivaré mi pavor al último escalón hacia la solterona empedernida (los dos primeros ya los di, la cadenita en la puerta y el gato), y no dependeré de ningún tipo de compañía, masculina ni femenina, para acercarme a la boletería, entrar y deleitarme con alguna película de mi agrado. Adiós temores! Total, soy soltera de más de 30. Y qué?

Será que el cumpleaños de Gatoku me trae motivos para celebrar? A lo mejor mi espíritu felino se está despertando, y saldré como gatita enamorada del amor a recorrer las calles y deslumbrar con mi sensual movimiento de caderas cuando circule entre la gente.

No lo sé. Sólo siento que agosto me trae cosas buenas, y quiero repartirme en mil sonrisas, para confortar a quienes necesitan de mi abrazo, para reír por la simple alegría de sentirme viva de nuevo, y para regalar mi corazón a un alma solitaria que lo esté esperando.

miércoles, 25 de julio de 2007

Horóscopodependencia

Comienza el día. Con gran dificultad abro los ojos, y me saco de encima el peso de las ridículas imágenes oníricas que me invadieron durante la madrugada. Qué hacía yo guardando unos palos de golf?

Apenas mi computador se echa a andar, descubro cuáles de mis contactos están on line y disponibles para conversar (aunque no tenga nada que hablarles, pero no sé por qué me gusta saber con quiénes cuento), y el vicio del día: revisar el horóscopo.

Pero no uno solo. Dos! Primero el de la Nena Borrero, www.nenaborrero.cl, que se actualiza todos los días. Ese más que todo me sirve con orientación para saber cuándo me esperan días malos, porque ahí sí que le achunta. También me sugiere el color... pero cuando me anticipa encuentros amorosos o suerte en lo sentimental nunca resulta. Así que eso no lo considero.

Después de eso, Lex Aquilla y su horóscopo de La Nación on line. Ese es seco. Ya le tengo miedo.

Y bueno, está también el del Domingo en Viaje, el de la Ya, y el de la Revista del Sábado.

Tanta información me marea, pero no puedo comenzar a vivir si no me alimento de ella.

Hoy me anticipan tareas prácticas, y que para encontrar un buen amor debo sanar mi alma. Será!

Lo que necesito escuchar...

Esta vez quiero respuestas, palabras claras, señales directas, que me inviten a comprender que no hay espacio en el mundo para mi corazón en llamas.

Esta vez quiero una luz, una mirada, la certeza de que mis sentimientos no valen nada, y que no cambiarán el curso de la existencia.

Esta vez quiero la paz, la calma, que me quite ilusiones de la frente, y me clave en el pecho la fuerza necesaria para tomar mi velo y seguir caminando, envuelta en el silencio.

Esta vez quiero que su voz diga lo que necesito escuchar.

Amanda Cabot.
Julio 25 de 2007.-
Lo que mi alma requiere para dejar de sangrar.

Vestida de rojo espero un encuentro

Esta noche tengo una cita. Después de muchos meses encerrada en mi cuarto, mirando el mismo cuadro de flores que adorna el muro enfrente de mi cama, tengo un motivo para ponerme bella y salir a enfrentar el mundo.

Es extraño volver a tener contacto con las personas tras haber mediatizado todo vínculo a través de Internet. Ya se me está olvidando lo que es que te hagan cosquillas, sostener una mirada, o simplemente callar mientras otra persona habla.

No, aún no soy una ermitaña, pero mi relacionamiento con el mundo exterior pasa sólo por reuniones de trabajo y acuerdos comerciales. He bebido más café que el que mi cabeza tolera, he dejado mi auto en todos los estacionamientos disponibles del eje Providencia/Las Condes (incluyendo esos horrorosos que en sus estrechas bajadas muestran la evidencia del paso de camionetas demasiado grandes), he puesto mi sonrisa a disposición de numerosas recepcionistas y ejecutivos, pero hace tiempo, mucho tiempo, que no me reúno con un hombre al que no me interese sacarle un contrato.

Como un salvavidas a tanta soledad y aburrimiento, esta tarde me sorprendió un e-mail del Señor de Mis Tormentos. "Veamos una película? Después te invito a un café". Escueto, sin adornos ni levantarme el ego. Me miré al espejo, en busca de excusas para escudarme en el temor e inventar un compromiso inexistente. Qué bruta! Me moría de ganas de verlo, de escuchar su voz grave y hacerlo reír con mis estupideces, pero al mismo tiempo me paralizaba el terror, miedo de cometer una torpeza, de ser más fría o más demostrativa que lo adecuado, de decir la palabra incorrecta en el momento inoportuno, de callar más que de costumbre y aburrirlo con mi súbito silencio...

Después de revisar una por una las inexistentes arrugas alrededor de mis ojos, de registrar mi closet combinando unas 6 posibilidades distintas de ropa (accesorios incluidos), y de levantar mis manos por minutos, verificando que no temblaran más de lo que pudiera esconder, tomé aire y respondí el correo.

"Vamos. A las siete en el cine?".

Me paré del escritorio y fui a la cocina a verificar labores inútiles. Pensaba y repensaba en las miles de posibilidades de que mi salida se estropeara. "No va a ver el correo y no va a pasar nada". "A lo mejor se arrepiente". "Capaz que llegue con otra persona". Y superando las probabilidades de que el encuentro no se materializara, mis demonios personales me arrastraban al abismo con otras sugestivas imágenes. "Quizás tiene algo que decirme. Habrá vuelto con la ex?". "Quizás se va a trabajar a otra ciudad y no lo veré más".

Cuando mi cabeza se cansó de buscar elementos de tortura, decidí que simplemente el joven se había acordado de mi persona, y después de darme un buen tiempo para que ordenara el caos de mi mente y mi vida, volvía a aparecer, tanteando el terreno.

"Debe haberse dado cuenta de que no puede vivir sin mí", pensé, con una sonrisa diabólica y dominante, y al mismo tiempo que me llegaba su respuesta confirmando hora y lugar, traté de no pensar más en el asunto.

5 pm. Ya era momento de decidir en qué me convertiría. Si me daría un aire angelical con un suéter blanco. O si sería una femme fatale de ajustado vestido negro y tacos muy altos. Después de estar media hora sentada meditando, me incliné por un infartante vestido rojo hasta la rodilla, botas negras y abrigo de cuero negro. Maquillaje suave, quería verme bien pero sin sobreproducirme (además que no iba a una fiesta. Era una inocente ida al cine).

6 pm. Salí de la ducha, y me dispuse a elaborar mi performance. La imagen que me devolvió el espejo me dejó más que satisfecha. Revisé una y diez veces el contenido de mi cartera (no olvidar celular, pañuelos, documentos, todas las llaves, dulces de menta y la plata necesaria para cubrir mis costos y hasta imprevistos), le puse comida y leche al gato suficiente para dos días (una nunca sabe), y salí a enfrentar mi destino.

7.15 pm. Como toda una lady, llegué justo quince minutos tarde a mi cita (la idea es siempre que te estén esperando, y poder caminar los 100 metros hasta el lugar del encuentro sabiendo que sus ojos estarán fijos en mi persona), tomé aire profundo, y me bajé del auto.

"Que sea lo que dios quiera".

Mis pasos fueron rápidos pero no apurados, miré fingiendo no mirar en todas direcciones, y llegué al lugar pactado. Nada. Sólo un perro vagabundo, enrollado en sí mismo, tratando de dormir apegado al muro exterior. Miré la hora en mi celular. 7.20. No estaba equivocada.

Mala cosa. Ya se me clavó una mala espina en la yugular, y mientras ponía cara de distraída (no sé por qué siempre me angustia que las gentes que pasan por la calle crean que me dejaron esperando. Qué ridícula! Pero es cierto) se me vinieron a la cabeza todas las posibilidades.

"No sea cosa que..."

En eso sonó mi celular. No alcancé a contestar, y el número era desconocido. Uy, qué rabia. Me juré a mí misma que no esperaría más de 5 minutos en esas condiciones (sólo una tiene el privilegio de llegar tarde a cualquier parte sin recibir reclamos), y vuelve a sonar mi teléfono, pero esta vez con un mensaje de texto.

"Sorry, se me complicó. Lo dejamos para otro día?".

Sentí que el pinchazo ya no atacaba mis venas sino mis sienes. Algo me decía que no iba a resultar...

Mentalicé la magnitud de la afrenta. Me vi a mí misma parada en la calle, rabiosamente bella, y plantada en mi primera salida post claustro.

Tomé el celular, y ante la eventual posibilidad de una súbita crisis de perdón, eliminé el número del personaje, tomé aire, y entré al cine, sola, a ver la película.




martes, 24 de julio de 2007

Corte en trámite



La vida suele ser perfecta, pero hoy se esmeró en demostrarme que también puede ser absurda.

Soñaba y soñaba con una cuenta de Metrogas por $78.000 que estaba con corte en trámite, y que iban a venir los enemigos de los morosos a cortarme el delgado hilo de gas que pretende satisfacer mis necesidades.

Desperté sobresaltada, y a eso de las 10 de la madrugada revisé la última cuenta. Efectivamente, la deuda era menor, pero el corte iba. Otra vez! Ya el año pasado un día me quedé sin almuerzo, debido a que un mes no se hizo efectivo el PAT, se acumuló la deuda y me encontré un día sin gas, como la más irresponsable deudora.

Ni desayuné tranquila por ir a pagar, y en el camino me di cuenta que podía pagar en Servipag sólo si estaba vencida, con corte en trámite debía ir a Las Condes. Así que me fui a pasear por el sector oriente, recordando mis antiguos barrios laborales. Qué asco! salí arrancando apenas terminé el odioso trámite.

Para compensar, al regreso me intoxiqué con 3 tipos distintos de lana. Si no me apuro estaré tejiendo hasta en primavera. Pero eran muy bellas...

Más encima, mientras en la mañana me alimentaba con Milo, que te hace grande, recibí una de las peores y más inesperadas noticias que podía llegarme.

Creo que el destino está un poco endeudado conmigo. Hace rato ya que vengo levantando la frente y tratando de verle el lado amable a la existencia, pero pasan y pasan las semanas y meses, y nada bonito pasa. No sé, una sorpresa agradable, una noticia positiva, una visita inesperada. Habrá que esperar a que se acabe el invierno para que la vida sea más agradable?

Más encima trato de salir y no me resulta (sólo para ir a pagar cuentas, plop!), encargo películas y no están disponibles, y se acabó el fútbol en la TV abierta.

Qué será de mí?

Quiero un respiro, por favor!

Pd.- El Pato Donald era mi ídolo en la época de universidad, por lo idiota y gruñón. Incluso llegué a tener una polera maravillosa, en que salía colisionando con un muro, por delante y por detrás. Por tonto, por bruto y mal genio. Qué lindo!

Pasará.

Con mucho cariño, para Ingers, que todo mi corazón la acompañe. Ahora y siempre.


Pasará.
Como todo rastro de furia en esta vida, pasará.
Como la nube que oculta el sol que brilla y luego sigue su ruta, pasará.

El aire volverá a ser cristalino, las aguas se aquietarán en tu almohada. El dolor se irá, y dejará en tu pecho sólo la ilusión de volver a respirar.

Y caminaremos otra vez como dueñas del mundo, radiantes, soberbias. Las gentes abrirán paso a nuestro andar, y las sombras quedarán atrás.

Porque todo asomo de desdicha pasará.

Amanda Cabot.
Julio 24 de 2007.-
Pasarán los días grises, y una nueva primavera se colará por tu ventana abierta.

Lo que el espejo me devuelve...

Hace unos días desperté tras pocas horas de sueño, me miré al espejo, y decidí volver a ser una triunfadora. Qué importaban las ojeras! Un toque ligero de maquillaje, lo suficiente para no tener la cara deslavada, y la compañía fiel de mi vestuario teatro-empresarial.

Sentada al volante, pensé en la cantidad de días que no me atrevía a cruzar Santiago a bordo de mi propio auto. Los neurotransmisores estaban en off, pero dicen que ahora se conectaron, así que a enfrentar el mundo se ha dicho, y partí, feliz, dueña de mi destino y con la carretera convertida en mi pista de baile.

Primer descuido, y pasé de largo por donde debía virar. Qué importa! A lo mejor en la otra ruta me esperaba un choque, un taco o una experiencia de esas olvidables. Decidí que ningún traspié me alejaría de mi objetivo diario de conquistar el planeta, y seguí por el camino largo hasta mi reunión de la mañana.

Estacionamiento completo. Definitivamente mi meta por mantener el espíritu en alto se ponía cuesta arriba.

- ¿Sabe dónde encuentro otro estacionamiento por acá cerca?

Ni idea tenía el hombrecito dispuesto por la administración sólo para bloquearme el paso. ¿Cómo es posible que a ese bípedo (no tengo otro adjetivo) no se le ocurriera que a la gente como yo, que va apurada al hotel porque tiene importantes reuniones de negocios, le sería más agradable la existencia si contara con esa información? Nada, enfrenta tranquilamente su vida sumido en su ignorancia, y peor aún, creyendo que lo hace regio. Bien por él. No me quedó más que darme la vuelta del perro, y encontrar en una calle lo que el World Trade Center me negó.

"Mejor, más barato. Puedo tomarme un café sin pensar en el parquímetro corriendo".

Entré por el vestíbulo como si fuese una pasarela, empinada en mis botas rojas, radiante con la seguridad del que sabe que lo esperan. "Buenos días", me decían, amables, los trabajadores del hotel. Y en el comedor principal, mi presa del día.

- ¿Cómo andás?
- ...
- Bien, por suerte.

En pocas ocasiones el acento porteño me cae en gracia, y ésta era una de esas escasas oportunidades. Me senté a tomar desayuno envuelta en mi halo de confianza, y tras el consabido café cortado (mi estómago no tolera otro) ya estaba hablando de las áreas de servicios que acabábamos de implementar.

- Mirá que interesante. En Buenos Aires subcontratamos las comunicaciones, y acá queríamos hacer lo mismo. No me imaginaba que vos hacías ese trabajo. Bárbaro!

Sentí que San Expedito u otro religioso de alcurnia me estaba echando una mano. Sin darme cuenta, haciendo gala sólo de mi don de labia, acababa de abrir una nueva posibilidad de contrato. Y lo mejor de todo, sin buscarla.

Salí del hotel con una sonrisa renovada en mi cara. Las flores del puesto de la esquina estaban más coloridas que nunca, las gentes se abrían a medida que caminaba entre la multitud. El aire frío y contaminado no bloqueaba mis pulmones.

El banco, vacío. Mi ejecutiva desocupada. Mi trámite, realizado. El préstamo cursado, y mi situación financiera al día. Más satisfacción de la que podía soportar en una mañana.

Me fui a buscar el auto flotando entre los semáforos.

"Son 1800 pesos, pero le marqué mucho después que usted se fue, si no, le habrían salido como dos lucas y media", me explicaba, coqueto, el controlador municipal. Le cancelé con toda la gentileza de mi alegría descarada, y me embarqué rumbo a mi nuevo destino.

... (continuará)

lunes, 23 de julio de 2007

En mi almohada...

En mi almohada brilla el alba, y te sueñan mis párpados al despertar.

En mis sienes vuelan mariposas, jugando a ser crisálidas, curiosas, perfectas.

En mi boca se funde el pasado martillando tu besar. Me inquieto, me desvelo, se unen mis manos con la suave letanía de mis suspiros.

En mi codicia tiemblan los demonios. Miro mi rastro, la ceguera en tu reflejo; soy arco de dudas, me vuelvo, me estremezco.


En mi almohada se ahogan voces de otras censuras. Mi sangre se aglomera en el vientre, inútil, intensa, preguntando por qué tu ausencia, por qué tu piel no la desea, por qué el agua bendita no corre por mi venas.

Se murmuran los recuerdos.

Se consume el compás de espera.

Amanda Cabot.
Julio 23 de 2007.-
En mi almohada se condena mi cuerpo en soledad.

El olvido.

Despierto, y me hallo atada al silencio. Sólo una tenue luz cubre mi cuerpo adormecido. Ya no siento, ya no exhalo, mis manos no sangran por la ausencia, y mi voz encuentra un nuevo color de madrugada.

Mi cabello ha mudado la piel de sus serpientes. Mi rostro se estremece, pero en mis mejillas no se reflejan gotas de inercia.

Es una puerta más que se cierra. Un día más que se quema en su derrota, ávido, presuroso por dejar el pasado atrás, y entonar una nueva canción.

Y el olvido...

El olvido me dejará sin agonías. El olvido cruzará mi aliento con un velo rasgado.

Sólo espero que mi corazón no se seque y encuentre una fuente para beber nueva vida.


Amanda Cabot.
Julio 23 de 2007.-
El olvido invocará mi nombre en un altar en llamas.

domingo, 22 de julio de 2007

Y ahora, qué nos queda?

Se acabó el Mundial, para variar ganó Argentina y nos dejó con las ganas de llegar a la final, los chicos se sacaron la mugre y se quedaron con el 3er puesto (siempre sube la moral terminar el tránsito con un triunfo).

Aparte del hecho que sin Copa América y sin Mundial mi espíritu sufrirá una sequía al no disponer de muchos partidos para ver desde la comodidad de mi casa (lo que me hace considerar seriamente la posibilidad de suscribirme al cable + CDF), me quedan dando vueltas algunas cosas en la cabeza, que si no las anoto se me olvidarán.


Cuando la actitud es lo que importa...

Salieron de Chile diciendo que querían ser campeones, y casi casi lo logran. Tenían un sueño, y nunca se escudaron en excusas para no cumplirlos. "Si queremos ganar el título tenemos que ser capaces de ganarle a cualquier equipo", decía Vidal en una entrevista, ante la pregunta por la posibilidad remota de encontrarse con Brasil en la segunda fase (fantasma que empezó a rondar por la mente de algunos periodistas y comentaristas pasados a susto, amigos de la calculadora y con una veneración casi demencial por los trasandinos y los cariocas).

Frente a Argentina les pasó la cuenta la inexperiencia y el oficio del rival. Se les pasaron las revoluciones (a veces cuesta distinguir entre pachorra y agresividad), pero corrieron hasta el último minuto, y no bajaron los brazos aún perdiendo 0-2, cuando Carcuro ya proclamaba el paso a la final de los argentinos.

Buena mentalidad, excelente actitud. Si se quiere empezar a pelear en las ligas mayores, hay que ponerse objetivos altos, y sobre todo, trabajar para conseguirlos, porque de puras ganas no vive el hombre. Pero de que ayuda, ayuda.


La prensa y su eterno conjuro de la mala suerte.

Nos hacen sentir que saber de fútbol es un privilegio sólo para pocos. Que si no se manejan datos estadísticos no somos nadie, mejor que no opinemos, y dejemos hablar a los que supuestamente "saben". Pero al momento de los quiubos el comentarista no "comenta", si no que repite lo que el relator ya dijo (y que todos vieron, y unos pocos entendieron). No se arriesga. No se proponen fórmulas.

Peor aún, son los primeros en subirse al carro de la victoria, y los primeros también en bajarse al primer inconveniente. No se la juegan, no son chicha ni limonada. Uno quisiera dos cosas: o que el comentarista se dedique a opinar estrictamente de lo deportivo, dejando de lado el color de la camiseta, o que de frentón se declare chileno hasta la muerte, y aunque nos vayan goleando por 6 a 0 (cosa que no es inverosímil, como quedó demostrado hace pocos días) rescate lo positivo, registre lo negativo, y por sobre todo, apoye al equipo y al país que está viendo.


No me los maleen, por favor!

Una cosa está clara, y es que la disciplina de los chicos de la Roja es excepcional. José Sulantay ha hecho un excelente trabajo en ese sentido (por eso sería ideal que me lo dejaran seguir trabajando tranquilo, y no lo echen a pique tratando de que por pocas lucas arregle en un pestañear el problema endémico del fútbol chileno), y ya están claras las consecuencias de aquello.

Pero por favor, le suplico a los mismos medios que hicieron un festín con el último episodio de Venezuela, dejen en paz a los chicos! Si todo el mundo critica a los adultos por faranduleros, si el exceso de carrete y las locuras le pasaron la cuenta a varios jugadores, si a todos nos molesta verlos más veces en las notas de SQP por la última conquista amorosa que en el resumen deportivo del fin de semana, por qué ahora tratan de hacer lo mismo con la sub 20? Casi se me cayó el pelo cuando vi a la polola de Gary Medel con sus dos hijos en Pasiones! Claro, muy lindo, muy emotivo, pero cuando se convierte a los muchachos en estrellas de rock antes de tiempo, lo más probable es que se repita la misma vieja historia: se les suben los humos a la cabeza, no respetan la autoridad de sus técnicos en los equipos (porque no va a estar Sulantay todo el tiempo encima de ellos), se les olvida todo lo que aprendieron, y al final, tenemos más ejemplos como Pinilla y el Mago Jiménez. Y hasta ahí no más llega el Dream Team, las ilusiones de soñar en grande, y el cambio de mentalidad del fútbol chileno.

Por favor, y esto va también para las familias de los jugadores, ni muy adentro que duela, ni muy afuera que no se sienta. Sean cordiales con la prensa, que mal que mal es una vía para estar en contacto con la gente que los quiere tanto, pero eviten andar ventilando sus cosas personales en la farándula. Ya está demostrado que por ese camino no llegamos a ninguna parte.


Agrandados... y qué?

Después de lo que pasó en Toronto mucha gente salió al paso diciendo que a los chicos se les "subieron los humos", que se agrandaron, que entraron a jugar con Argentina creyéndose ganadores, que se hicieron cambios de look y que se hiperventilaron. Mentalidad ratona. Cuándo vamos a ser grandes, si nadie quiere sentirse como tal? Qué tiene de malo que los muchachos se pinten el pelo como quieran? Tienen menos de 20 años! Yo mejor ni me acuerdo los inventos capilares que hacía en esa época...

Créanse grandes, cabros. Tengan las ganas, que si no se sueña no se logra la victoria, y a la señora que llamó por teléfono a un programa diciendo que ya se creían demasiado por hacerse trencitas... mejor preocúpese de su pelo y sus arrugas, porque para ser campeón hay que sentirse como tal.


Autoridades de mi país, no se olviden de otra promesa...

Dio gusto ver que no sólo para la Teletón se unen los políticos. Con lo que pasó en Toronto y su fucking real mounted police todos los colores del espectro salieron a exigir explicaciones (inspirados en Condorito, que lamentablemente también se fue preso), y la Presidenta salió al paso para exigir explicaciones formales al gobierno local.

Espero que no haya pasado de un exabrupto para ganar adherentes, que efectivamente al problema se le haga seguimiento, y que más temprano que tarde lleguen las ansiadas explicaciones y ojalá reparaciones (aunque sean morales), y que todo el país se entere y los jugadores puedan cerrar ese amargo episodio. Porque había que dar vuelta la página sólo para concentrarse en el partido, pero ya ganamos y ahora hay que cumplirse con lo que se prometió.

Ya la FIFA demostró una vez más que se lava las manos; nunca podremos contar con ellos, y sólo tenemos a nuestras autoridades, tanto del fútbol como políticas, para que este problema no quede olvidado y se haga justicia. Por nuestra salud mental, por la tranquilidad de los muchachos, y por el honor de un país entero.

Los adoro!!!

Yo confiaba en ustedes!!!
No hay mucho que decir, más que este triunfo es ultra merecido. Pocas veces he visto más fuerza, más garra, más poder para levantarse por sobre las adversidades, enfriar la mente y sacar adelante un triunfo.

Qué ejemplo.

Mis chicos bellos, aporreados, lesionados, lastimados en el orgullo deportivo y también en el corazón, igual se pusieron de pie, demostraron que nadie les regaló nada, que querían ser campeones, y que tenían argumentos de sobra para conseguirlo.

Hans, te pasaste. Un bellísimo gol, qué vuelo, qué salto. Eso sí que es un buen gesto técnico.

Y nada más puedo decir por ahora. Salvo que este domingo se tiñó de un hermoso color rojo, que no importa que sea de oro, plata o bronce, la medalla que recibirán es sólo un metal de recuerdo para la descendencia, porque el verdadero triunfo está en el espíritu, en esa capacidad de ponerse de pie, y porque estuvieron hasta el último día del mundial luchando y poniendo el nombre de nuestro país en alto.

Por ustedes, por sus familias, por todo un pueblo que siempre confía en ustedes. Viva Chile!

Cándida, iluminada.

Guarda el destino el instante en que mis ojos verán la luz. Cada paso, cada segundo, me dan un sentido nuevo, una quietud del alma.

No espero en las sombras. No aguardo una mirada.

Sola, en mi refugio, tejo mis ilusiones, cándida, iluminada, sabiendo que el fulgor del amanecer no puede llegar antes que la aurora.

Y desde el fondo de mi silencio comienza a crecer una llamarada, lentamente, en espiral.

Amanda Cabot.
Julio 22 de 2007.-
En espiral, en ascenso, aguarda el supremo devenir del día.


sábado, 21 de julio de 2007

Valor (II parte).


No sabemos lo que aguarda, no sabemos qué sucederá. Anhelamos respuestas y que los sueños comiencen a cumplirse, pero nada está dicho, y aún la luz llegará.

Valor. El mismo valor de la semilla que desafía los peligros y se convierte en flor. Hay que convertirlo en grito de lucha, y salir a enfrentar el destino que quisimos construir.

Valor. Que nada se pierde, y hay todo por ganar.

Respirar

Respirar.

Respirar de tu aliento, de las huellas que deja el viento en tu mirada. Con las manos abiertas, y la risa sutil, conducir mi sendero por tu vértigo en la arena.

Sentir el fuego de tormentas quemando mi garganta. Arrastarme por el fango y emerger rescatada por tu abrazo, cuidadoso, despiadado.

Iluminar la faz oculta, encender hogueras en nombre de la luna. Resbalar por tu piel sedienta, y dejarme morir en tu boca, devorada, predispuesta.


Doblegar.

Doblegar tus párpados dormidos, hacerlos cautivos de mi condena. Entonar coros de melodías sin fin, volverme hembra y carne, solícita, tirana.

Envolver tu silueta con el color de mi vientre. Botar las máscaras, derribar el cielo, dejarme caer en tus heridas y aliviar con mi sangre tu pulso enmarañado.

Simular que estoy exhausta, y volver a la batalla. Ofrendar mi cuerpo guardado, creerme santa, y en las sombras, descreída, beber de tu pecho sudando el silencio.


Como si no hubiera un mañana. Como si en unas horas el mundo volcara en mí la envidia, y tuviera que explotar, con el corazón en llamas, y la fe intacta en que nada nos detendrá.


Amanda Cabot.
Julio 21 de 2007.-
Respirar... en tu fuerza, en tu aliento, en tu vida. Amanece en las orillas.




viernes, 20 de julio de 2007

Soy futbolista, no delincuente...

Yo pensaba que más mal no nos podía tratar la suerte, pero nuevamente me equivoqué. No me voy a retractar, y mantengo mi apreciación sobre el engendro Wolfgang Stark (sres. de la FIFA, hagan alguna vez algo por el mundo, y eliminen a ese señor de cualquier competencia deportiva, y que no pueda arbitrar ni siquiera una pichanga).


Pero estos seres sonrientes que ven aquí son en realidad demonios. Sus trajes rojos los identifican como seguidores de una secta de adoradores de Satanás, y la misión que el maligno les encomendó hoy fue golpear a un país entero, representado por sus jugadores de fútbol.



Policías de Canadá. Si alguna vez alguien viaja a ese país supuestamente idílico, tenga cuidado con estos individuos, que si se enteran que son chilenos lo agrederán, le tirarán gas irritante, lo esposarán, y mantendrán detenido como el peor de los asesinos.

Espero de verdad que todas las autoridades pertinentes (Gobierno de Chile, dirigentes de la ANFP, sres. de la FIFA) hagan todo lo posible no sólo para limpiar nuestro nombre, si no también para que se castigue a los policías amargados que golpearon y detuvieron a nuestros jugadores. Al parecer ese país es tan tranquilo, y sus representantes de la ley se aburren tanto de no tener cómo hacer gala de sus artes marciales, que vieron como una amenaza que los integrantes del equipo se acercaran a los hinchas, que pese a la adversidad igual estaban ahí para entregar su apoyo, y botaron tensiones aplicando corriente a nuestros chicos.

Policias canadienses: háganse un cursito, pidan que los manden a misiones especiales, o dedíquense a salvar ardillas de los árboles, porque no saben distinguir si un joven es un futbolista o un delincuente, no conocen el calor de un hincha alentando a su equipo, no saben de sacrificio ni de esfuerzo, porque cualquier "problema" lo solucionan con un poco de gas pimienta.

Y ya no nos vengan con eso de que Canadá es un país ordenado. Si así tratan a los deportistas de élite que los honran con su visita, en realidad son un pueblo de gente sometida y atemorizada, que no levanta la voz por miedo a que sus autoridades les apliquen golpes de corriente por desacato.

Roja, todo el país te apoya.

jueves, 19 de julio de 2007

No importa, Roja, yo te quiero igual!

Qué rabia da cuando tienes todo para merecer limpiamente un triunfo, y un descarado arbitraje en favor de los argentinos, sumado a la inexperiencia y la mala fortuna, te arrebatan el sueño de llegar a la final.

Que no venga Carcuro a insistir en la "jerarquía" del rival. Ratones de porquería, no jugaron ni la mitad de bien que ameritan los pergaminos, y sólo a fuerza de maña, de actuaciones dignas de unos cuantos Oscares, y de saber aprovechar la calentura de los chicos, que ingenuamente cayeron en la trampa del juego sucio, se instalaron con goles feos en la final. Más les vale que ganen, porque República Checa no merece estar en esa definición.

No importa cabros, se sacaron la mugre y eso vale. Nunca bajaron los brazos, pelearon hasta el último minuto, y claro, se descontrolaron, pero los entiendo. La impotencia debe ser atroz cuando te roban el partido sin verguenza, te tapan de tarjetas amarillas, te cobran hasta las cuentas, y te dejan fuera a dos excelentes jugadores por un par de estupideces. Toselli, ídolo, no importan las 3 pepas. Lograste el record y eso ya es harto premio, estuviste hasta el final tratando de contener a los tuyos, evitando que asesinaran al árbitro (por más que se lo mereciera), tapaste todo lo que pudiste, y el resto, fue pura desaplicación de la defensa y mala suerte. Lo mismo Suárez, hizo un partido notable.

A Vidal igual lo entiendo, porque es frustrante ver cómo te esfuerzas al máximo, y que te cobren todo en contra, que se hagan los giles con un claro penal. Cualquiera se enoja, pero parecías mono corriendo por toda la cancha. Que no me venga a decir Carcuro que "saquen a Vidal, en estos momentos es un peligro". Mentalidad ratonil, está bien, se les pasan las revoluciones y eso tienen que aprender a controlarlo (lo mismo para Gary Medel), pero ese afán de tenerle miedo a los argentinos, me da vergüenza, y hasta Solabarrieta, que no me cae mal pero tampoco le prendo velas, se notaba que contenía las ganas de echarle unos garabatos por su maldita costumbre de no quedar mal con nadie. Estás mal, Pedro, al final sólo quedas mal por tu público, por lo pusilánime y poco jugado. Si a los 20 del segundo tiempo ya hablabas del triunfo enemigo! Cuándo va a cambiar la mentalidad del fútbol chileno, si ni sus comentaristas eternos se ponen la camiseta?
Me estoy hartando de esos árbitros ladrones, que parecieran tener un curso especial de "cómo embarrarse a Chile en un partido". Como que gozan amargándonos la existencia, o si tuvieran por misión facilitarles el camino a los equipos que juegan contra la Roja. El único árbitro decente fue el inglés del otro día (bueno, inglés tenía que ser, no estos africanos inexpertos o alemanes tarados), el resto, pa la casa, y el de hoy, tenía filtro argentino en los lentes, porque a los albicelestes les perdonó todo lo que pudo, y a nosotros nos tapizó a tarjetas y cobros indebidos.

Aunque nos sigan robando los partidos, aunque se rían en mi cara por un gol en contra, no importa, a la Roja la quiero igual porque se la juega con todo, porque no tiene futbolistas, si no gladiadores, y porque cuentan con un montón de tiempo por delante para aprender de los errores, superarse a sí mismos, y cambiar la historia. Y ahora, a guerrear el domingo, igual que hoy, mostrando los dientes y las garras, peleando hasta el último minuto, porque nos pueden quitar el derecho a ser campeones, pero no nos quitarán el espíritu de lucha.

Si ve a este individuo en la calle, escúpalo. Si se cruza delante de su auto, atropéllelo. Su nombre es Wolfgang Stark, es alemán y dice ser árbitro. Si tiene la oportunidad, elimínelo del planeta. Le hará un bien no sólo a Chile, si no a toda la raza humana.

Anoche me miré en un espejo...

Anoche me miré en un espejo. Del baúl de mis despojos escaparon secretos, verdades vergonzosas que envolvían con un manto fúnebre recuerdos y ansiedades. Condenas pueriles, que invocadas me aterraran con su presencia, de pronto, a la luz de una frágil llama, se desvanecieron en el silencio.

Anoche desnudé un capítulo amargo, entre lágrimas y frases a medias. Miré en el fondo de mis pupilas, y esa pálida imagen me devolvió una esperanza. Entre la niebla, entre jirones de sueños perdidos, una nueva faz me entregó una sonrisa, y me prendí de ella con una súbita fe renacida.

Y al volver el aliento a mis mejillas ya mi pecho no se hundió. Otra oscura piedra había sido quitada de mi ruta, y las caras retorcidas de los demonios no tuvieron la misma expresión de burla.

Anoche me sumergí en aguas mansas, y el cristal de la superficie mostró una imagen ondulante, casi coqueta, sin disfraces. Brillante en su marea, plateada bajo los astros.

Anoche mis labios se entreabrieron, y mis párpados cayeron rendidos. Una paz desconocida recorrió mi rostro, y encontré calor en mi propio vientre, con las manos blancas, aliviadas de su carga.

Anoche... un guerrero recogió mi cuerpo malherido y lo llevó en andas hasta el borde del camino.

Amanda Cabot.
Julio 19 de 2007.-
Y el espejo mostró una nueva silueta a la luz del amanecer.


miércoles, 18 de julio de 2007

Sólo un secreto...

No hay camino sin pasos. No podemos cerrar los ojos y emplear un sortilegio para que el dolor desaparezca. Créeme, la helada faz del miedo se irá, y aún estarás de pie.

No me pidas que florezca en un desierto. No esperes que sonría, atrevida, simulando que no hay pasado, que no tengo memoria, que mi cuerpo nunca se estremeció.

Porque el vacío consume mi aliento; un gran espacio gris se convierte en mi amenaza, me mira desde cerca y me recuerda que basta un paso hacia el lado para caer en un torrente sin destino.

Porque una llama está palpitando en mis sienes; un calor desconocido, milagro fecundo, me impulsa a avanzar, adelante, siempre de frente, pero no puedo caer de rodillas si tus manos no están para sujetarme.

Porque la historia se escribe con letras grandes, pero sólo si tu mente inquieta se abre para poder leerla.

Y porque la hoguera se volverá cenizas, en mi pelo, en mis dedos, si no cobras al destino la lujuria que te adeuda.

No supongas que mis ojos se iluminarán con otras estrellas. Sólo un secreto, un susurro de tus labios en mi frente, impulsará a mi alma por su ruta en espiral hacia el infinito.

Amanda Cabot
Julio 18 de 2007.-
Y estallarán mis ilusiones en una cascada inmaculada.


Valor.

(Hace rato que busco cómo explicar esto mismo, pero creo que estas palabras, plagiadas sin ningún tipo de pudor, representan de mejor manera mi pensamiento).


La semilla no puede saber qué va a suceder, la semilla nunca ha conocido la flor. Y la semilla no puede siquiera creer que tiene el potencial de convertirse en una hermosa flor. El camino es largo, y siempre es más seguro no recorrer ese camino porque el trayecto es desconocido, nada está garantizado.

Nada puede ser garantizado. Mil y uno son los riesgos del camino, son muchos los escollos – y la semilla está segura, escondida dentro de una dura coraza. Pero la semilla lo intenta, hace un esfuerzo, tira la dura concha que es su propia seguridad y comienza a moverse. Inmediatamente la lucha comienza: la lucha con la tierra, con las piedras, con las rocas. Y la semilla era muy dura y el brote será muy, muy suave y los peligros serán muchos.

No había peligro para la semilla, la semilla podía haber sobrevivido por milenios, pero para el brote los peligros son muchos. Pero el retoño emprende hacia lo desconocido, hacia el sol, hacia la fuente de luz, sin saber dónde, sin saber por qué. Enorme es la cruz que ha de cargarse, pero la semilla posee un sueño y la semilla se mueve.

El mismo camino es para el hombre. Es arduo. Mucho valor se necesitará.

Osho Dang Dang Doko Dang Chapter 4

martes, 17 de julio de 2007

Es la noche, sólo la noche...

En la noche sueño que eres mío, que tus manos me acogen, que tu aliento perfora los muros infranqueables de mi destierro.

Es la oscuridad mi cómplice y compañera; me trae de vuelta tu silencio, tus ansias de invadir mis rincones, tu presencia aún a la distancia.

Su profunda bóveda ahuyenta mis miedos, me dice que soy bella, hace brillar mi espíritu; juego a ser tu amante experta, y me dejo llevar por las huellas que dejó tu piel en mi boca trémula.

Llega la luz del día, y su pálido fulgor me estremece. No estás en mi retina, no hay marcas de tu paso por mi almohada, tu voz se pierde en el tiempo sin retorno.

La claridad del alba se burla de mi ensoñación, me recuerda que tu alma vaga lejos, que tu carne olvidó mi pulso cautivo. Me pone frente a un espejo, delata el paso de los años en mi faz.

Mi cuarto se llena con el reflejo de colores ajenos. Las calles bulliciosas me aíslan; camino perdida, con los ojos grandes y húmedos de nostalgia.

Y vuelve a mis sentidos el crepúsculo, y tiemblo por tu cuerpo adormecido, por la caricia de tus manos grandes, por la cálida plenitud de tus brazos rodeando mi silueta.

Con el despojo de mi corazón aún palpitante.

Amanda Cabot.
Julio 17 de 2007.-
Con la sangre corriendo impúdica por mis venas de mujer intensa.






lunes, 16 de julio de 2007

Cuando el invierno haya pasado...




Cuando este invierno haya pasado, cuando las nubes se abran y florezca la vida en otros jardines, qué me quedará?

Qué canción nueva se escribirá en mi alma? Qué sueños encontrarán su eco en mi almohada?

Serán ciertas las profecías, se irá el silencio, mi piel revivirá bajo el fuego tenue de unos dedos inspirados?

Cuando las tormentas hayan volcado su furia en mi ventana, cuando las esquinas se vistan de verde intenso, cuando el aire traiga el perfume de amores e ilusiones, qué rostro mis manos acariciarán?

Tendré un cuerpo fuerte entre mis brazos, convertiré el día en una eterna noche, se escucharán mis suspiros más allá de los muros que me rodean?

Cuando la escarcha abandone el camino que construyo, cuando los árboles frondosos protejan mi pecho de miradas lascivas, cuando el atardecer enloquezca de color en mis ojos adormecidos, qué nombre mis labios pronunciarán?

Qué silueta clavará en mi frente su marca y me hará suya?

Amanda Cabot.
Julio 16 de 2007.-
Qué ser descubrirá en mi mirada la luz que guíe sus pasos?

Cábalas

Me acabo de dar cuenta que tengo un par de cábalas para apoyar a los equipos de mis amores. Y lo mejor, es que hasta el momento han funcionado!

Durante la campaña de la Roja sub 20 me he esmerado en usar ropa interior roja, polera o suéter blanco, pantalones azules (jeans, pero bien azules) y gorro + bufanda rojos! La única vez que no seguí las instrucciones al pie de la letra, el equipo empató.

Pero le sumé una nueva variante que me deja bien satisfecha. Tejer! Mientras se desarrolla el partido, me armo de mis palillos y un ovillo, y métale puntos. Hoy fue terminar durante el partido un lindo conjunto de una maravillosa lana roja nevada. Y ganamos!!!

Incluso, recuerdo que en el partido de la Roja adulta frente a Ecuador, estaba esmerada en terminar otra labor roja, y en eso el equipo dio vuelta el resultado...

Como mi corazón tiene más colores, hoy tejí un gorro azul mientras la U jugaba contra el rival eterno en La Serena. Y ganamos!

Creo que terminaré con un closet lleno de prendas rojas y azules, porque no me atrevo de dejar mi cábala en lo que se desarrolle el Torneo de Clausura. Claro que tendré que seguir en primavera con hilos de algodón, porque no me veo en pleno noviembre con lanas abrigadoras...

Todo sea por seguir sonriendo.

domingo, 15 de julio de 2007

Los sueños pueden ser realidad...


Se tenían fe. Desde el momento que abordaron el avión rumbo a Canadá los chicos lo dijeron: "queremos ser campeones del mundo". Pusieron por delante su sueño de traer un título para nuestro país, y fieles a su mandato, han ido derribando vallas y superando todo tipo de obstáculos para cumplir con su anhelo.

Hoy eran gigantes. Los nigerianos, fuertes, rápidos, subcampeones del torneo africano. Y qué más daba, si ya le habían ganado al campeón del continente negro. "Vamos a ganar", anunciaron antes del encuentro.

Ya no son chicos. Qué ejemplo, qué manera de entregarse por entero; acalambrados, cansados, nada importaba. Isla se mandó una carrera impresionante para convertir el 3-0, como quien dice "vengo recién entrando", y ya llevaba más de 100 minutos jugando!

Qué lindo es soñar! Soñar con un triunfo, aunque te bajen a patadas, aunque los rivales se vean más grandotes, jugar con la ilusión en alto, y entregar hasta el último aliento por ver el sueño hecho realidad. Dijeron que llegarían hasta el final de este mundial, y así lo han hecho.

Y qué manera de darnos una lección. A todo nivel. No sólo para el presente de la selección adulta (qué bonito sería que los "díscolos" tuvieran una pequeña dosis de la humildad de estos chicos), si no también para todos, en general.

Tienen 18, 19 años; la típica edad en que uno sueña con el futuro, con ser artista, con tener una vida feliz y plena de significado. Ellos nos recuerdan que los sueños no se deben olvidar, que aunque hayamos dejado en el camino parte de nuestros ideales nunca es tarde para retomarlo y buscar con afán el arco contrario. Total, a veces los rivales, los contratiempos, la falta de plata, no son más que gigantes negros que podemos dejar mirando para el lado contrario con un buen taquito.

Este es mi héroe del día. Mathias Vidangossy. Pobrecito, chiquitito él, acalambrado, cansado, muerto, igual se las arregló para jugar hasta el final, y como premio a su esfuerzo se anotó el 4-0, en una linda definición. Gracias! A ti y a todos, por darnos una nueva sonrisa!

Pd.- La única lata es que perdí en el Xperto, porque ganaron en el alargue, y el resultado que vale es el de los 90 minutos, como me recordaron ayer. Pero qué importa! Esta alegría vale más que un juego de azar!!!

En tu boca me pierdo...

De tu boca, que me azota y me condena.

De tu boca, soñadora, que dibuja mis relieves, que me absorbe y me deja exhausta.

De tu boca, de la tuya, de tus labios que me despiertan, de tu aliento rozando mi piel en llamas, esclavizo mis manos, ofrendo mis ilusiones, apuesto una y mil vidas.

Fulgor en la noche, nostalgia en el alba, tu boca me seduce, se apodera de mi sangre, me quema, me tortura. Me lleva del cielo al abismo, en segundos, me suspende en el aire y me deja caer sin pausas.

Como en una eterna batalla, tu boca me recuerda quién es el que manda, y me entrega en sacrificio. Me incita a sucumbir. Me ilumina y me arroja a la penumbra.

Por tu boca pierdo la cordura. Por tu boca, por tu voz lejana, por su huella tatuada en mis heridas, me sumerjo, y mi sed explota al contacto con su néctar.


Amanda Cabot.
Julio 15 de 2007.-
En el éxtasis de tu boca, en tu marca y mi destino incierto.


Dónde?

Si mi voz se vuelve brisa, y tiritan mis lágrimas cuando pronuncio tu nombre. Si el infierno se vuelve dicha, y mis pasos recorren una y otra vez tu camino zigzagueante.

Dónde están tus manos, el color del despertar en tu mirada?

Dónde tu silencio en mi piel, tus susurros, tu sangre recorriendo mis venas?


Amanda Cabot
Julio 15 de 2007.-
Tu aliento quemándome la boca y los dedos...

sábado, 14 de julio de 2007

La pausa...

Tarda en llegar la hora de escribir una nueva historia. Demora mis pasos, me niega el sueño, clava agujas en mi pecho. Me quita el aliento. Me vuelve ermitaña y enemiga de mi propia sombra.

Espero en la penumbra... buscando colores, un cuadro de armonía. Barajo destinos en mis manos temblorosas, me ciego.

Y si esta pausa se convierte en eternidad? Si mi cabello se marchita y mis ojos pierden su brillo?

A qué temor nuevo me he de enfrentar?

viernes, 13 de julio de 2007

Estos días me recuerdan mi infancia

No sé si es el color de la tarde, bañado con el gris luminoso de las nubes que se descargan. No sé si es el vestirse con miles de ropas, incombinables entre sí (total, no existe la más mínima intención de asomarse a la calle), pero este día, y todos los que se le parecen, me recuerdan mi infancia.

Al mirar por la ventana no puedo si no traer a mi memoria algunas tardes, de colores similares, caminando hacia el colegio, con mi paraguas pequeñito, feliz de vencer a los elementos y dispuesta a vivir una nueva aventura (nada de raro que golpeara a una de mis compañeras...).

Para hacerla de oro me falta sólo el dulce sabor de unas sopaipillas pasadas. Uuuuuyyy, qué tiempo que no pruebo una de esas!!! Claro que en mi casa no se distinguían precisamente por pegarse a la tradición. A mi madre le cargaba tener que hacer sopaipillas porque lloviera, así que las preparaba en cualquier momento. Pero no importa. Si tuviera un par en mis manos, mi felicidad diaria sería completa, y podría dedicarme a mis labores con una sonrisa más amplia que de costumbre.

Pd.- claro que bien difícil lo veo, porque no me imagino al gato preparándolas... quedará en un deseo, no más.

jueves, 12 de julio de 2007

Siempre nos tiran a partir!!!




Estoy plenamente de acuerdo con la FIFA con eso de evangelizar en los partidos en contra del racismo. Está bien, me parece loable, además considerando que en Europa hay varios problemas al respecto.

Lo que me molesta de tanta globalización es este afán de colocar árbitros que tienen poca o nula experiencia internacional, con escasas participaciones en partidos decisivos, y que curiosamente siempre nos terminan perjudicando.

Debería estar feliz, celebrando un sufrido pero más que merecido triunfo de mi Rojita frente a los portugueses, bicampeones mundiales en esta categoría. Dominamos todo el partido, y más encima Sánchez nos dio una lección de empuje y garra al hacer todo el esfuerzo del mundo por mantenerse en el partido, pese a una dolorosa lesión.

Pero para variar nos tiraron a partir con el árbitro. De nombre irreproducible, los genios de la FIFA no hayaron nada mejor que poner a un representante de Malasia a dirigir un encuentro entre dos selecciones de países con una respetable tradición futbolística (más allá de la calidad y las vergonzosas escaramuzas de los últimos tiempos).

Craso error. No se la pudo el malayo con los jugadores; mientras a Sánchez lo tapizaron a infracciones y él mutis, un portugués se dio el lujo de quitarle una tarjeta (aunque lo haya expulsado después), se desesperó, echó a dos blancos, y para equilibrar las cosas no encontró nada más gracioso que poner la doble amarilla al goleador Arturo Vidal.

¿En qué piensan los de la FIFA cuando eligen los árbitros? No quiero pecar de segregacionista ni nada por el estilo, pero no entiendo cómo no piensan que los chicos son más sanitos, pero por lo mismo más emocionales, y por lo tanto, se necesitan referees con experiencia, con dominio, que privilegie el juego limpio y sepa meter en cintura a los rebeldes sin empapelar a tarjetas y ponerse histérico mandando jugadores a las duchas.

Inevitable. No pude dejar de recordar a ese monstruo llamado Lucien Bouchardeau (en la foto con pelo, a nosotros nos embarró cuando era un pelado), maldito engendro del demonio que le regaló a Italia un penal por una mano casual de Fuentes, cuando íbamos ganando el partido de primera ronda en Francia 98. De Níger era el perla. Níger. Ni siquiera sé si sigue existiendo ese país (me da lata revisar ese dato), pero dudo que ese árbitro haya dirigido alguna vez un pleito fuera de sus fronteras.

En resumen, aparte de mi dolor de cabeza agobiante, debo vivir ahora con el mal sabor de sabernos en cuartos de final, pero sin Vidal y probablemente sin Sánchez, a quien los portugueses repasaron en el suelo, y claro, Mr. Malayo "ni se dio cuenta".

Qué manera de echarle a perder a una el gustito del triunfo!

Cuando veo a este personaje me da miedo. Es el árbitro más famoso del mundo, Pierluigi Collina. Por qué no ponen gente de esta categoría a dirimir en nuestros partidos? Seguro que a éste no le quitarían las tarjetas, ni tampoco cobraría estupideces para compensar al equipo que va perdiendo.
Bueno, con esa carita, creo que cualquiera la piensa dos veces antes de irse en su contra. Qué susto!

Voy a crear un sol

Con los ojos cerrados, respirando el aire profundo y suave de un atardecer, voy a crear un sol, inmenso, radiante, que ilumine mi sonrisa, que abra surcos en la bruma, y que devuelva a mis manos el calor de su piel intensa.

Voy a unir mil pedazos, figuritas lejanas de colores dispersos, y cubriré el cielo con mi manto fugaz, astro rey, rasgaré la niebla, ahuyentaré demonios y pondré su aura como un farol eterno que guíe mis pasos hacia su despertar.

Y olvidaré el dolor de los años pasados, que no son perdidos si no abarcados, fértil memoria de vida y experiencia.

Con su belleza daré un nuevo arco de triunfo a cada día.

Amanda Cabot.
Julio 12 de 2007.-
Sol, calor, templen mis sentidos y sublimen mi mirada.

miércoles, 11 de julio de 2007

Me persigue una citroneta celeste!

Al principio pensé que era un hecho curioso, luego que era una casualidad. Ahora francamente me estoy alarmando, y si vuelvo a salir a la calle gritaré si otra vez se cruza una en mi camino.

Me persigue una citroneta celeste. No sé si en otra vida tal vez cometí un crimen a bordo de una de ellas, o si es un mensaje subliminal que el destino está tratando de hacerme llegar. El caso es que cada vez que recorro las calles santiaguinas en mi bólido, alguno de estos adefesios me acecha en una esquina, haciendo taco, o simple y macabramente estacionado delante de mí.

En el último mes habré visto unas cinco de estas? O será la misma que como una sombra se pega a mis pasos y me sigue a donde voy? Y es raro, porque podría decir que llevaba años sin ver una.

Qué significa esto?



Este modelo es similar al que me persigue. Agradeceré que si ven una por ahí me avisen, a fin de no incursionar por la calle donde se encuentre. De verdad me está dando susto. Será una enredada señal del más allá?

Llegará el día

Extraño tu voz, tu sonrisa franca.
Extraño tu mirada de ojos limpios y claros, que por momentos se abren y dejan ver un pedacito de tu alma.
Extraño tus manos grandes, la fortaleza que emana de ellas.

Existes en verdad, o es sólo un desvarío provocado por mi sombra, sola en los rincones de esta casa que congela el aliento?

Leo tus líneas. Veo tristeza, veo dolor, pero veo también las ganas de decirles adiós, y abrir la ventana a nuevos colores de atardeceres memorables.

Pronto llegará el día en que de tus labios escapen palabras de valor y esperanza, en que los miedos serán borrados por sueños y alegrías.

Sólo espero poder estar ahí para oirlas, y sentir en mi pecho la certeza de que tus alas emprenden el vuelo.

Amanda Cabot.
Julio 11 de 2007.-
Abrirás los ojos, y sonreirás en la cima de una montaña...





martes, 10 de julio de 2007

En la guerra y en la paz


Amiga, en mis instantes de mayor soledad has estado tomando mi mano. Has visto en el fondo de mis ojos cómo se escapa la angustia, y con tu espada vengadora has atravesado las corazas de mi pecho enfermo.

Amiga, que a cada sonrisa devuelves un gesto amable, que con bondad descartas mis arranques de locura, que despiertas de madrugada para calmar mis pesares.

Amiga, estoy para ti?


Te he escuchado, te he acompañado, te he sostenido lo suficiente? Has encontrado en mi abrazo el consuelo para tus dolores, y en mi voz una alegría para despertar cada día?

Has olvidado por momentos el frío y la desdicha gracias a un gesto mío?

Amiga, he sido para ti siquiera una parte minúscula de lo que has sido para mí?

Dulce compañera de horas intensas y vicisitudes. Sabes que en mí encontrarás una roca contra la cual apoyar tu espalda cansada?

Amiga, cierra los ojos. Recuerda que puedo ser ángel o demonio, pero que caminaré siempre a tu lado.

Amanda Cabot.
Julio 10 de 2007.-
Amiga, en la guerra y en la paz, unidas, erguidas, desafiantes. Pero bellas ante todo.

Mi regalo

Es tu día. Hoy sonríes, abrazas a quienes amas, recibes caricias, olvidas las penas y brindas por un futuro mejor.

La vida se vuelve alegría, tus pasos avanzan con fe, devuelves buenos deseos. La mañana es más luminosa, las horas te obsequian su mejor rostro.

Yo también tengo algo para ti.

Mi regalo es perdonarte, olvidar cada una de las lágrimas que en tu nombre se vertieron, desechar las dudas que por ti se sembraron en mi pecho, y borrar el dolor que fugazmente se ensañó con mi alma.

Y esperar de corazón que tu camino encuentre bellos parajes, que destelles luz desde tu interior, que la nostalgia traiga la sonrisa de un buen recuerdo.

Amanda Cabot.
Julio 10 de 2007.-
Has visto nevar otra vez?




Despierta

Las palabras sólo parecen arrancar nuevos dolores de mi pecho.

En qué rumbos me estoy perdiendo?

Despierta. La noche comienza, pero en mi alma la luna se ocultó hace tiempo.


Amanda Cabot.
Julio 10 de 2007.-
Despierta... el cielo olvidó tu figura.

Una gota

Una gota cómplice se desliza entre mis dedos. Un suspiro innoble se escapa a mi control.
Bajo la luz marfileña del amanecer en penumbras, espero.

Siento la voz de mil voces clamando en mi memoria. Sueños fugaces, heridas que no sanan. Mi culpa se transforma en agonía, y dejo de ser maga por el resto de mis horas.

Acaso me dejarás ir sin una palabra, sin un gesto, sin una mano que me retenga?

Amanda Cabot
Julio 10 de 2007.-
Dejas que mi sombra se aleje sin recuerdos.


lunes, 9 de julio de 2007

El cielo parece olvidarme

De pronto mi fuerza se hace inercia, me tiemblan las manos, pierdo la fe, y dibujo círculos en el suelo. El aire se escapa, se nubla mi mente, y los demonios danzan a mi alrededor, burlándose y quemando las páginas de mi historia.

De improviso una imagen vale más que sus palabras. Se abre un mundo que me esfuerzo en ignorar, pero es evidente y sin misericordia. Mis anzuelos no encontrarán más que piedras, mis canciones se desvanecerán en un tardío olvido, la sangre formará cristales en mis venas.

Quiero creer, levantar la vista y encontrar la frágil belleza de sus ojos sumergidos en mi mirar. Dejarme llevar por la risa, por la promesa de una mañana sin escarcha, por mis pies a salvo de las trampas en la arena.

Y si es cierto que no sé amar? Si es verdad que mi corazón es de acero, que mis cabellos se convierten en serpientes, y que clavo dardos de hielo en las almas de los hombres? Si mis dedos están condenados al frío, y el calor de mi silencio se estrella en mis propios muros de piedra?

No espero dejarlos vencer. Niego sus avances, me atrinchero en mi sed de caricias blancas.

Y sin embargo...

Su voz se aleja y mis brazos quedan extendidos al vacío. Como la estampa de mis más profundos temores.

Amanda Cabot.
Julio 10 de 2007.-
El cielo parece olvidar que aún sigo latiendo...


Hoy estuve de santo

Hoy estuve de santo. Como desgraciadamente no existe Santa Lilian en el calendario (creo que existe Liliana, pero yo no me llamo así), de pequeña un tío me celebraba cada 9 de julio, día de Santa Verónica (mi segundo nombre) llegando con algún engañito a mi casa. Bueno, era la única persona que se tomaba la molestia, ya que en mi casa nunca nadie le dio la más mínima importancia al santoral católico.

Generalmente mi santo pasaba desapercibido, pero por alguna extraña razón esta vez lo recordé. Cuando niña era inevitable, ya que para llegar a la casa de mis abuelos paternos debía pasar por una calle llamada 9 de julio, y en mi inocencia pensaba que se debía a mi festividad.

La última ocasión que alguien se acordó fue el año pasado, cuando mi ex, en un intento por recuperar mi confianza, me envió un ramo de rosas. Azules. Pobre, si me hubiera conocido un poco habría sabido que me cargan las rosas azules (habiendo tanta flor bonita, como los Lilium, por ejemplo, y no hay que usar mucha imaginación, ya que ese es mi primer nombre... en fin).

El nombre significa "Verdadera Imagen" (vera=verdadera, icon=imagen). Habrá que hacerle honor!

Hace unos momentos me dio la curiosidad por averiguar de dónde vendría la fiesta, y descubrí curiosos datos de mi tocaya.

"De pequeñita era tremendamente inquieta y solamente su padre le tenía la suficiente paciencia para aguantarle. Su defecto principal era el querer imponer sus ideas y caprichos a los demás. Y así un día invitó a sus hermanas a que la acompañaran a rezar el rosario, junto a un altarcito de la Virgen que ella se había fabricado, y como ellas no quisieron ir, arremetió a patadas contra las costuras que las otras estaban haciendo y telas y costuras rodaron por las escaleras abajo".

"Después de una de sus bravatas tremendas y desproporcionadas, le pareció que Nuestro Señor le decía cuando ella estaba rezando: "Tu corazón no parece de carne sino de acero". Esto la hizo cambiar totalmente en su trato con los demás".

Chistosa la santa. Me pareceré en algo a ella? Quizás en su enclaustramiento voluntario (fue monja capuchina), pero definitivamente sí en lo enojona. Parece que el camino a la santidad no está vetado para los que poseen mal carácter.

domingo, 8 de julio de 2007

Situaciones ridículas

A la gente suele sucederle cosas absurdas, pero las que me pasan a mí son francamente ridículas. Después de dormirme a las 4 am (para variar ataque de tejido) desperté a las 6 con el cuello chueco! Al parecer la sesión de camilla Ceregem (muy agradable) me descontracturó demasiado, y el frío de la madrugada me pasó la cuenta.

Como no es algo poco habitual, me tomé un antiinflamatorio poderoso y traté de dormir. Desperté peor! Con un complejo ya casi de Jorobado de Notredame, hasta bostezar me dolía.

Llamé en estado de SOS a mi hermano mayor, que vive a 5 minutos, para ver si me podía auxiliar. "Calor local", fue su académica respuesta. Claro que no tengo ni un miserable guatero, y el gato como que no me sirve para esos tratamientos de largo rato (y no me veía con un felino colgando de mi cuello al estilo bufanda). Ya, gracias.

Mi amiga Paz. La desperté a las 10 de la madrugada (sorry), y me dio la genial idea de llenar una botella plástica y envolverla en una toalla. Así que desde esa hora ando con una de mis creaciones amarrada, con un bulto metido en la espalda, a cada rato temiendo que la botella, que quedó achicharrada con el agua caliente, se reviente y me deje chueca y además quemada.

Me veo francamente ridícula. No puedo mover la cabeza ni un milímetro hacia la izquierda, cualquier movimiento de mis brazos puede ser usado en mi contra, y evidentemente no podré manejar. Si casi ni puedo caminar del dolor.

Esta sí que es una situación patética. Más encima no tengo ni almuerzo (y el gato amablemente langüeteó el único pan que me quedaba), así que moriré de inanición hasta ver si en la tarde soy capaz de moverme.

Y yo que hoy haría tantas cosas. Para variar, terminaré viendo tele y tejiendo.

Pd.- Acabo de ver algo más ridículo. El comercial de Ace Natural, con Luis Jara. De verdad que fue verlo y sentirme más aliviada. No soy lo más patético de la existencia!

sábado, 7 de julio de 2007

Sábado de pesadilla

Se sabía que el partido de hoy iba a ser complicado, que Brasil estaba jugando pésimo, pero a la hora de pasar a instancias mayores se pone las pilas y nos pasa por arriba.

Se dijo que los jugadores "estaban picados", que con el numerito del hotel querían hacer un "tapabocas" para todos esos monstruos periodistas, que pretenden que jóvenes talentos estén prácticamente encerrados en una cárcel, a pan y agua, y no entienden que tomarse unos cuantos tragos, hacer pedazos los muebles y ofrecer sexo oral a las camareras son actitudes normales para distenderse y sacarse los nervios ante un partido de la segunda fase en Copa América.

Maní. La misma historia de siempre. Calcada la situación de Francia '98, cuando Chile avanzó, se topó con Brasil, jugó 15 minutos "increíbles", y después nos pasaron una boleta. Llevábamos 10 minutos y ya se veía la trampa, y claro, a los 15 minutos el primer gol. Comenzaba una pesadilla.

La gran diferencia es que ahora fue peor, porque fuimos boleteados por el cuadro brasileño más malo que se haya visto en lo que recuerde (hasta Wagner Love nos hizo un gol, demasiado!), porque se las dieron de lindos y se pasaron por cierta parte no muy académica a todo un país que confió en ellos, porque Acosta tuvo mucho tiempo para generar un plan de juego decente y se dedicó a hacer inventos raros e improvisar, y para poner el broche de oro y como regalito, habrá que pagar la cuenta por daños al hotel que los alojó.

Qué diferencia, qué lección está dando los niños de la sub 20. Calladitos, chiquillos sanos que se entretienen jugando a ser periodistas, que los castigan por llegar 2 minutos tarde, y que tienen la película súper clara. "Si queremos ser campeones mundiales tenemos que ser capaces de ganarle a cualquiera", dijo Arturo Vidal ante la posibilidad de encontrarse con Brasil en la segunda fase. Eso es tener objetivos en la vida. Qué envidia!

Ahora esperar que a Acosta le peguen la dolorosa PLR (y ojalá que le duela harto, por chanta), que se margine a los rotosos que se creen Kiss, y que se haga un trabajo decente para las eliminatorias.

Rescato eso sí a dos figuras: Suazo y el Colocho Iturra. Suazo por lavar el honor mancillado con un lindo gol, porque no se mete en líos y se dedica a hacer su pega, y al Colocho porque siempre saca fuerzas de flaqueza, y cuando peor está jugando Chile, como que se aplica, encara, y se entrega al 100%. Bien por ellos, se merecen todo mi respeto.