martes, 30 de octubre de 2007

La hija cacho.

Siempre he pensado que los hijos son cachos de por vida. Que no existe eso de que el retoño crece, madura y se independiza. Mentira. Lo más probable es que recurra a sus padres cada vez que necesite niñera para una salida furtiva, sin contar las innumerables oportunidades en que uno se aprovecha de su buena voluntad para trámites varios.

Pero ahora me di cuenta que soy un cacho tremendo. Que por dármelas de independiente me he mandado más de un pastelazo, con insospechadas consecuencias, y que a las finales siempre termino recurriendo a mis progenitores por último para el apoyo moral necesario para salirme del lío.

Punto a favor es que no salí con el famoso domingo siete antes de tiempo (ni después tampoco), que siempre fui una estudiante sobresaliente, y que me destacaba en casi cualquier actividad que emprendía.

Más nada es suficiente... el domingo hablábamos con mis padres sobre mi particular situación del momento (que me tiene complementando mis tratamientos con reiki y flores de bach, todo sea por mi salud física y mental), y de pronto en tono de broma les dije:

"No, si la solución es que me encuentre a un marido solvente, un profesional bien establecido, que se preocupe de los gastos y así me dedico a escribir con toda tranquilidad".

Fue una chanza, una talla del momento. Pero mi padre me miró con una expresión casi de felicidad, y me recomendó que cuando me haya instalado en mi nueva casa (si todo sale bien, of course) me busque un huaso con plata y asegure mi futuro y el de mi descendencia.

No supe si reirme o ponerme seria. Por lo visto todos mis votos de independencia y autonomía no han servido de mucho. Tal parece que mi mundo paralelo es DEMASIADO alternativo, y no sirvo para vivir en el mundo real si no es protegida por un macho proveedor. Será así de terrible? Me niego a asumirlo. Sólo que deberé tener presente que soy una hija cacho de categoría especial, y que mejor recurro a los sabios consejos de mis padres antes de dejarme llevar por mis múltiples impulsos y me mande otra embarradita.

lunes, 29 de octubre de 2007

Amanda Cabot sale al mundo...

Qué chistoso. Tengo una hermosa noticia para contar y no hay nadie disponible para escucharla. En fin. El caso es que he dado el primer paso en mi consolidación como escritora de renombre mundial. Me acaban de avisar que estoy preseleccionada para la publicación de un libro compilatorio de poesía en Argentina.

Claro que como nada es perfecto, si quiero seguir en carrera debo dar un aporte módico para que mis hermosos versos salgan publicados (igual no es mucha plata), y eso me da derecho a salir y recibir algunas copias del libro. De ahí sigo en la pelea.

En realidad yo sé que nada en esta vida es gratuito, y no encuentro que sea mala inversión para mi curriculum. Además la premiación y lanzamiento del compilado es a fines de marzo del otro año, fecha en la que justo pretendo visitar la hermana república de la Argentina para ir a cotizar y finiquitar en terreno la publicación de mi libro "Piedras de Río", que pretendo pagar con la devolución de impuestos. Así que no estaría malo.

Creo que haré unas averiguaciones respecto de la seriedad de la Editorial Nuevo Ser (la del concurso) y si es así, y me confirman, le daré el visto bueno e invertiré en mi carrera literaria. Total, viviendo en Pichilemu, si no me convierto en escritora de verdad es porque no tengo talento.

sábado, 27 de octubre de 2007

Vamos Chile, que se puede!!!

Me bajó la nostalgia. Estaba degustando un rico té hace pocos minutos, y de pronto se me vino a la memoria una conversación veraniega con Pete, el dios griego inglés. A él le gustaba mucho el té, y yo pensé que mi humilde Club Ceylán le iba a parecer un desastre comparado con la variedad a la que debía estar acostumbrado, pero no, estaba feliz.

Eso me llevó a rememorar una mañana de domingo, en que ya hartos de tanto carrete y juerga (me tomé en serio eso de mostrarle Santiago) nos dedicamos a flojear. Chile jugaba la Copa Davis contra no sé qué país (nunca sé contra quienes jugamos, y si estamos en el grupo mundial o aspirando a), y como él dormía hacía barra con lenguaje de signos y exclamaciones ahogadas.

Finalmente el joven no estaba dormido, si no que se moría de la risa al ver mis esfuerzos por contener la pasión deportiva, así que se dedicó a ver el partido conmigo. Relataba Solabarrieta, y fueron tantas las veces que dijo "Vamos Chile que se puede", que Pete terminó aprendiéndose la frasecita y alentando al equipo en mi nombre, pese a que le costaba un mundo entender el español de los chilenos (hablamos muy rápido y nos comemos muchas letras).

A eso de las 5 de la tarde terminó el partido, Chile perdió, y nos fuimos al Cajón del Maipo a consolar por la derrota.


Con este modelito me paseé por Santiago en febrero. Esta foto se la saqué en la Piojera, antes de tomarnos unos terremotos. Nunca antes me había parecido tan interesante mi ciudad como hasta ese momento. Vamos Chile, que se puede!

Una cita... qué cosa más rara!!!

Hacía demasiado tiempo que no me encontraba en esta situación. Tanto, que no recuerdo cuándo fue la última vez.

Esta noche tengo una cita, y con un chico al que apenas recuerdo. Tuve que recurrir a mi amigui Paz para que me confirmara que el joven en cuestión era el mismo que se aparecía en mi retina.

Qué chistosa es la vida! Ahora que no me interesa mucho andar saliendo y andando sonriente por la vida me llueven los convites! Anoche me remorí de la risa en una obra de teatro muy freak. Fue como una especie de risaterapia. Incluso por un momento sentí que se me olvidaba la realidad, las angustias, las carreras y los portazos del metro. Sólo reí, y cuando más ganas tenía de seguir, la obra se acabó. Bu! Más encima me vinieron a dejar a la casa... qué más Lady!

Así que mi humanidad esta noche será una pirinola (supongo). Mi amigui también tiene una cita, así que trataremos de coordinarnos para encontrarnos en el mismo lugar y prestarnos ayuda en caso necesario (aunque ella me aclaró que no sería mi chaperona).

Así sea! Quizás mañana tenga otra historia absurda para reirme un poco.

jueves, 25 de octubre de 2007

Por qué existen los jueves?

No me gustan los jueves. Siempre, desde que tengo memoria, ha sido el peor día de la semana. Cualquier cosa negativa, problema, contrariedad, disgusto, que una tuviera que pasar, sucedía un jueves.

Esta mañana Gatoku tuvo deseos de jugar a eso de las 5 am, y por ende, no encontró nada más gracioso que despertarme con sus maullidos para hacérmelo saber. Entre vuelta y vuelta, cerrando la puerta, escuchando el matutino movimiento del vecindario, me dieron las 6.45. Bastó que pensara en levantarme y poner fin a ese matinal tormento, para quedarme dormida y pasar de largo hasta las 9.20. El único problema es que a las 11.00 debía estar en Las Condes para una reunión. Y yo mareada, sin poder moverme!

Cuando finalmente me metí a la ducha, hice mis deberes y logré salir de la casa, iba con 15 minutos de retraso, situación de por si estresante cuando te ha costado un mundo encontrar al ejecutivo y fijar la entrevista.

Metro de Santiago. Lo que antes era una maravilla, ahora se ha vuelto una incomodidad. Son tan escasos los asientos que encontrar uno amerita una lucha sin tregua para apoderarse de él. Como hoy es jueves no encontré ninguno, así que asumí que aún soy joven y me aferré a un pasamanos. Estaba en eso cuando el ejecutivo en cuestión me llama, pidiéndome que posterguemos la reunión para el lunes, ya que esta mañana lo habían comprometido en unas gestiones y no podría atenderme como merezco. Tomé aire, sonreí con la mejor de mis intenciones, y me dispuse con calma a enterar los trámites bancarios que haría después de la reunión.

Nuevamente suena el teléfono, y esta vez era la respuesta a mi gran interrogante de los últimos días. Negativo. Mis mejores deseos, que tengas suerte. Inmediatamente llamé a mi amiga de El Mercurio para que confirmara el aviso en los clasificados (el mismo que debió salir hace dos semanas y por esos misterios de la vida siempre hay una excusa para no publicarlo).

Tomé aire, pensé que todo pasa por algo, y me dispuse a bajar del metro en Tobalaba, Estación Terminal, donde todos los pasajeros deben descender. Insospechadamente la puerta se cerró mientras desalojábamos, golpeándome con dureza en el brazo izquierdo (tengo ahora hinchado y con hematomas) y dejándome atrapada en el carro por unos instantes. Ya a estas alturas me parecía insólito que mi día jueves fuera tan cargado a la negatividad, y no quise perder tiempo convirtiéndome en una más de los querellantes contra el Transantiago.

Menos mal que en el banco me fue bien! Hice todas las gestiones, estuve mucho tiempo, lo que me retrasó para mi siguiente reunión, en la Clínica Alemana. Nuevo llamado, avisando que compromisos posteriores dejarían mi cita para otra oportunidad.

Aproveché de pasar al Hotel Radisson a saludar a unos ejecutivos argentinos que se encontraban en un evento, pero la hora de finalización no llegaba nunca, y me aburrí de esperar. Me fui a mi otro banco a solucionar un inconveniente con mi Redbanc, lo cual no pude hacer porque mi ejecutiva estaba ocupada con uno de esos clientes eternos que no la sueltan nunca. Decidí irme, y mascullando mi rabia por el día tan poco productivo, me dirigí a la penúltima reunión del día, decidida a volver a mi casa lo más rápido posible y meterme a la cama, a fin de que esta jornada infernal terminara pronto.

Siempre han sido malos los jueves, pero esta vez fue demasiado. Si hasta morada y adolorida estoy! Necesito con suma urgencia que mis gestiones lleguen a feliz término, para poner fin a mi vida de peatona y volver a surcar las calles manejando mi autoku.

Espero que esta noche Gatoku se porte como un animal decente y me deje dormir, si no, terminaré arrojándolo por el balcón.

miércoles, 24 de octubre de 2007

El mejor de todos!!!

A mi juicio es el hombre más guapo del mundo. Lo veo en una película, y no importa que sea villano, idiota, profundo, sádico... me quedo embobada mirándolo, y me importa un carajo lo que diga, siempre y cuando salga de su boca.

Sean Bean es inglés (factor ya de por sí sensible para mí), y es guapo hasta que me da dolor de muelas. Me fijé por vez primera en él cuando llenó la pantalla del cine en su rol de Boromir, en el Señor de los Anillos. Poco me importó que tratara de quitarle el anillo a Frodo (yo le habría dado mi joyero completo), sólo me derretí mirándolo, y consideré una injusticia que lo mataran al final. Por qué no mejor se murió Aragorn, y él siguió comandando el grupo, hasta llegar a su natal Gondor?

Desde entonces he estado siempre atenta a sus películas. Amiga Paz, te adoro más que nunca, sobre todo por darte la lata de llamarme casi a la medianoche para avisarme que estaba en el cable...

Y tengo en video una peli como del 98, en que interpreta al amante de Ana Karenina. Cualquiera le pone el gorro al marido con ese especimen!

Paso el aviso, por si alguien quiere ser amable y regalarme algo en mi cumpleaños (que se acerca como una nube de tormenta), feliz de recibir una o varias pelis pirateadas con mi ídolo. Será más fácil de llevar mi celibato imaginándome que un día llegará de incógnito a surfear a Pichilemu, y podré practicar mi speaking in english metiéndole conversa en mi bar de siempre. Dios salve a la Reina, y a todos sus súbditos!




Con este bomboncito me caso, tengo una tropa de hijos y lo sigo por el mundo. Qué trabajo ni que nada! De amor viviría! Si alguien lo ve por ahí, avíseme. Soy un espíritu libre, pero encantada me ataría con cadenas a este modelito. Ay!

En esta hora incierta...

En esta hora incierta, cuando las luces me abandonan y la lúcida y tranquila paz se esfuma de mi alma, quisiera que una palabra tuya me trajera de regreso.

Esperé tanto para oir, para descubrir el roce delicado de tus párpados recorriendo mi rostro. Esperé tanto para inventar historias nuevas, para dejar florecer mi ventana y sonreir con descaro ante los altares.
Esperé tanto para hacer brillar mi piel al sol de media tarde, para murmurar el sonido inconfundible de mis sentimientos más profundos.

Y sólo encontré un vacío, una carcajada del destino, una voltereta y una mano extendida diciéndome adiós.

Es en esta hora, cuando los minutos se vuelven eras, cuando los ruidos nocturnos pueblan mi entorno y me empujan a un camino delirante, que soy débil y me desdigo. Ven, borra de mi memoria tu cruel verdad y hazme creer que sueñas conmigo!

El arroyo y sus piedras ocultas.

Ni mi pasado, ni las ruinas, ni el ronco brotar de mis entrañas tendrá importancia cuando me vaya. Seré libre, con alas destellantes; libre, como una hoja que se mece en la brisa matutina.

Y cabalgaré más allá de mis sueños, guiada por los astros, escoltada por la noche. Mi voz será un canto que deleite los corazones.

Y mis manos ya no tendrán frío, ni mis labios sentirán la sed oscura del calor hecho ceniza.

El arroyo y sus piedras ocultas susurrarán mi nombre en la distancia.

Amanda Cabot.

martes, 23 de octubre de 2007

El desalojo

Esta tarde de pronto, junto con una cálida bocanada de aire que aspiré en medio de la congestión del World Trade Center, me di cuenta que en mi espíritu ya se había producido el desalojo.

Qué sensación más agradable! Sentir por fin que mis acciones, mis pensamientos y hasta mis deseos sólo emanan de mi yo más profundo, ya no del miedo, ni del afán de mantener vínculos y afectos perdidos.

Pero esta vez fue distinto.

Antes, el desalojo era patente para mí cuando dejaba de sentir afecto, preocupación o interés en el, hasta ese momento, culpable de mis tormentos. En el instante en que sólo pensar en el especimen me producía cansancio ya sabía que mi espíritu era libre. Por eso era tan dramático para ellos mi cambio abrupto, mi súbito corte y alejamiento. Hasta hoy hay varios que se preguntan qué fue lo que pasó.

Ahora fue distinto. Mis sentimientos no han cambiado, mis afectos son los mismos, pero ya nome importa. Ya es pasado la tristeza por su indiferencia, el dolor por no compartir sentimientos mutuos... no me interesa. Ya fue, o más bien, ya no fue. Y me alegra saber que no albergo en mi espíritu ninguna clase de ideal romántico o ilusión al respecto. Así sé que todas las decisiones que he tomado en el último tiempo están realmente basadas en mi bienestar y felicidad personal, y no en el afán de arrancar de una situación odiosa, o por provocar algún cambio en su conducta... nada.

Por eso me siento contenta. Porque por fin emprendo el vuelo consciente de mi libertad, disfrutando cada segundo, atenta, alegre. Más temprano que tarde veré que todo este camino ha sido por un motivo importante, y sonreiré pensando en que la vida es perfecta. Y siempre lo ha sido.

lunes, 22 de octubre de 2007

Mi espíritu en vuelo.

Crúzate en mi ruta, encuentra mi mirada y dirige tus pasos a mi encuentro. Has visto alguna vez el color de la luna resbalando sobre una lágrima?

Vacila ante mi andar, pregúntate una y mil veces si mi boca está hecha para morder tus besos. Has escuchado antes cómo una roca se parte, y fluye el agua a través de ella?

Sonríe cuando te abra mi puerta, llega de día, con las manos vacías y el corazón desbordante. Has sentido en tus manos el roce de un árbol que te acaricia con el viento?

Toma mi alma y cobíjala en tu pecho. Hazme reir y llorar al mismo tiempo, dame calor y el hielo matutino en el mismo abrazo. Has probado antes el néctar que, a veces, resbala por el vientre de una mujer que se entrega al amor?

Deja caer los temores, enfrenta los océanos y la perfidia humana, cubre mi sombra con tu abrigo, dame tu vida, toma la mía.

Sólo puedo ofrecerte un corazón que late fuerte, que se desata y genera caricias de tormento. Que baila descalzo en la arena, y suspira bajo los diamantes nocturnos. Que te atará con lazos de terciopelo y te pedirá que abras la jaula de tus deseos.

Hay algo más valioso que mi espíritu en vuelo pudiera entregar?


domingo, 21 de octubre de 2007

Legalmente soltera

Ante la ley soy total y absolutamente soltera, certificado ante notario. O sea, no basta con que el entorno de una se entere que no hay perroku que a una le ladre, si no que hasta el Estado de Chile me solicita que lo acredite con DOS TESTIGOS, que den fe que estoy más sola que un dedo.

Lo chistoso del caso es que recurrí, inconscientemente, a las mismas dos amigas que hace algunos años me ayudaron en similar labor. Estábamos ayer en una atiborrada notaría (que cobra un ojo de la cara y no puede invertir en números de atención) e Ingers recordó que hace unos 4 años estábamos las mismas 3 jóvenes y regias ejecutivas haciendo exactamente el mismo trámite.

La simpatía se nos pasó cuando la chica que atendía vitoreó por todo el local mi nombre y el motivo del certificado. Gracias, pensé, no tenía para qué enterarse todo Providencia que sigo soltera...

Eso me llevó a una profunda reflexión, que en realidad hacía días nos mantenía ocupadas a Paz y a mí (ambas en similar estado civil y emocional). Los prototipos masculinos.

Yo le comentaba acerca de un sueño estrambótico que había tenido con un joven y guapo ejecutivo extranjero, con el que casi tuve un tropezón hace aproximadamente un año. Sería el hombre perfecto, de no mediar el pequeño detalle de un divorcio en pleno trámite (o terapias de pareja? ya no sé en qué va eso, pero el caso es que se estaba separando) y dos pequeños que tienen su misma cara y me llegan a dar susto.

El caso es que ese prototipo de hombre me da miedo. Joven, exitoso, talentoso, guapo (de verdad), y con una personalidad bastante fuerte. El especimen en cuestión es Tauro, el signo que astrológicamente se supone que combina mejor con mi siempre temperamental Escorpión. Muy aterrizado será, pero por un par de muestras me queda claro que un hombre TAN hombre como ese barrería el piso conmigo, no por falta de carácter, si no porque simplemente no podría entender mi patológico sentimentalismo.

Y hablo con conocimiento de causa. Ya tuve, varios años atrás, un pololo con exactamente las mismas características. Y me hizo pebre. Pese a que lo amaba con locura, tuve que dejarlo porque si no, iba a terminar saltando de un puente. Era demasiado insensible! Me hacía llorar por cualquier cosa, y claro, a la larga me pedía perdón con los ojos húmedos, pero los malos ratos y el comienzo de úlcera no me lo devolvió nadie.

Entonces, vuelvo mi vista hacia otro modelito, sacado del lado contrario del mostrario. Sensible, artista, calladito, medio tímido, guapo por cierto (of course), tierno, amable, cariñoso... pero al que hay que sacarle la información con tenazas, porque no dice nada. Y claro, a la larga, termina siendo casi tan malo o peor que los otros, porque su carácter tan... blando? desespera, una nunca sabe qué diablos está pensando, da señales por un lado pero después te sale con un pastel... al final, una queda con el corazón sangrando porque cuando creías que el joven estaba más cerca del espíritu de una, te das cuenta que en realidad has estado perdiendo el tiempo porque el muchacho tenía otros compromisos por otros lados. Es decir, les gusta jugar al misterio, pero a la vez, no perder pan ni pedazo.

Alguna vez aparecerá un especimen intermedio? Es decir, un hombre con los pantalones bien puestos, que no se complique con levantarse temprano y salir a trabajar, que sea delicado y a la vez firme, que no me pesque cuando me enojo por tonteras, que se emocione con mi sensibilidad artística pero que no se complique con mis requiebros, que tenga su mundo pero lo pueda compartir conmigo, que sea alegre, que tenga tema para hablar pero que no hable mucho (un 70/30 estará bien), que sea fiel y correcto y no ande ocultando cosas. Y por supuesto, que sea guapo y sin vicios. Es mucho pedir?

Yo encuentro que no es tanto. Es decir, lo que una ofrece es bastante como para merecerlo. Joven ejecutiva independiente, amante de la naturaleza, escritora, soltera, sin hijos, bella bella, emocionalmente camino a la estabilidad, buena amiga, fiel como ella sola, entretenida, buena para el baile y el canto, trabajadora, amorosa... es decir, no es mucho lo que pido comparado con lo que ofrezco.

En fin, me imagino que muchas de mis amigas leerán esta profunda reflexión y se matarán de la risa. Claro, a los 30 y algo sólo hay dos tipos de especímenes libres: los que están mal de la cabeza y los separados y/o con hijos. Ambos malos antecedentes. Qué le vamos a hacer!

Ojalá no me encuentre en 5 ó 10 años más con las mismas amigas sacando el mismo certificado de soltería. Sería un poco patético que el tiempo pase, una se pegue costalazos y quede en las mismas. Al menos espero que esta vez sea la última, y si no, que pueda repetir lo que le dije a mi abuela cuando pensó que me quedaría solterona: "soltera pero no fanática, toyita".

Y la sueño...

Y la sueño, oculta a los ojos de los mortales, refugio tranquilo de mis anhelos y dolores extintos.

La sueño, cobijando mi pasado, dibujando mi presente, con la magia radiante de los lugares pletóricos de secretos. Con el rumor insistente de los árboles y sus cuentos, milenarios y perfectos, dando forma a nuevas historias surgidas de mi alma.

Y hacia allí me iré, olvidándolo todo; mi corazón desangrado, la noche eterna de un año oscuro, las lágrimas tercas, la soledad como enemiga y luego dulce compañera.

Tejeré redes que atrapen las ilusiones de espíritus alegres.

Cubriré mi cuerpo con la niebla y un manto bordado con estrellas radiantes.

Respiraré el aire salino, y dejaré que la tristeza se escabulla por mi puerta entreabierta.

viernes, 19 de octubre de 2007

Emprendo el vuelo.

Emprendo el vuelo. Sólo faltan pocas horas, una ficha nueva que caiga y desencadene el espiral de acontecimientos que me llevarán lejos, en alma y cuerpo, donde no me encuentren más que la brisa y el brillo incierto de unos ojos desconocidos.

Y no habré sido para ti más que un ave bella, que un día se cruzó en tu camino y te mostró que existen otros cielos, con nubes más blancas, con colores radiantes y luz en todos los rincones.

Pero mi hora se acerca, y me encamino en mi propia ruta, sonriente, con el rastro casi invisible de unas lágrimas que insisten en caer, ajenas a mi voluntad.

Ya mi abrazo será cenizas, y mi figura sólo un recuerdo. Sabrás el día de mañana que mi corazón de verdad te quiso, como sólo pueden querer las almas que esperan darlo todo y nunca piden nada?

Quizás alguna vez comprendas que no jugaba, que mis pasos eran ciertos, y mi distancia sólo una prueba más de mis palabras sinceras.

Pero estaré en otros horizontes. Ya esta ruta llega a su fin, y se abre un sendero infinito, con la emoción y el vértigo que sólo en nuevas pasiones podré encontrar.

Médicos y dentistas guapos? No, por favor!!!

Históricamente siempre reclamé porque a mis amigas les tocaba la suerte de ser atendidas por médicos guapos. Sentía una envidia enorme al escucharles contar que "el doctor era rico, rico", en comparación con los galenos que me tocaban a mí, siempre viejos medio decadentes, con las manos temblorosas, o jóvenes pero sin comentarios.

Hasta que ayer el destino me puso en mi lugar. Iba yo muy contenta y campante a mi cita con el dentista (para variar sufriendo con la cuenta. Ahora entiendo a mi padre que palideciera cada vez que yo anunciaba que me molestaba una muelita), cuando me topo con un joven, simpático, y guapo dentista.

Ahora comprendí que el destino me había estado protegiendo. Qué vergüenza más atroz, tener que abrir la boca, que te metan artefactos desconocidos, que te cambien la expresión, que te intruseen y claven con esas agujas infinitas, que de puro verlas ya se pone la carne de gallina!!!

Más encima en eso sonó mi celular, y el dentista encantado con mi ring tone, que era súper bueno, no como el suyo, que era prehistórico. Y yo ahí, apenas expresándome con movimientos de manos, en la posición menos sexy que una se puede encontrar!

Al terminar casi salí arrancando, a fin de que si alguna vez me lo llego a topar en la calle no se acuerde de mi indecorosa posición, y sólo me mire con cara de fresco (como suele suceder). Aunque me esperan 8 sesiones más! Tendré que armarme de valor y aceptar la crueldad del destino.

Así que no más doctorcitos guapos, por favor. Prefiero topármelos en la calle, en una disco, en un café, para poder desplegar toda mi simpatía y encanto, antes que me vean en una situación tan poco digna como tener una muela cayéndose, o verde de fiebre y náuseas.

Por dios que era guapo este doc! me encantaba verlo en la serie Hombres de Blanco, hace muuuuuuchos años. Ahora debe ser un viejo decadente, pero prefiero recordarlo así, joven, bello, y fresco como él solo. Parece que desde chiquita me sentí atraída por el lado turbio de la humanidad, fijándome en prototipos desvergonzados, mentirosos y estafadores. Qué le vamos a hacer!

jueves, 18 de octubre de 2007

Será que guardo un secreto?

De pronto miré mi vida y me pareció descifrar una imagen confusa, imaginaria, que siempre he sentido que es el camino que llevaría. Tal vez escrito, tal vez hablado, pero ahora veo que es vivido.

Qué misteriosa es a veces la existencia! Tan diáfana, cuando parece que caes por un precipicio te das cuenta que flotas sobre una nube. Con razón la sociedad se confunde y enloquece, buscando puntos rígidos de apoyo, porque cuesta creer en la magia y la sutileza...

Y tan desconectada que estoy de todo! Si ni el partido de ayer me emocionó tanto (bueno, era Perú), no me dio para hacer análisis ni defender mis colores. Ni menos para escribir comentarios. Tal vez porque todos confiaban en el triunfo. A lo mejor soy mártir de causas imposibles, tipo ferviente seguidora de San Expedito, y me gustan los triunfos dolorosos, las hazañas, y no ganarle fácil a alguien.

Será porque guardo un secreto, que sólo pocos conocen, y que aún no puedo revelar, que me absorbe el ánimo y me tiene en ascuas?

Dejé la espera y las horas muertas.

Dejé la espera y las horas muertas en un cajón, escondidas de mi vista, para no recordarte, para no maldecirte en silencio y caer lentamente en otro abismo.

Y mis manos dejarán de llamarte, mis dedos seguirán siendo sutiles pero ya no extrañarán tocar tus labios.

Y mis piedras, del color de los rios profundos, serán más claras, sedientas de viento y un horizonte trazado por líneas lejanas.

Porque estaré lejos, con el alma en cada palabra, con la dicha de saberme serena, con los pies hundidos en la arena, susurrando misterios, abrazando caracoles, expandiéndome en un conjuro de nubes y bosques, olvidando tu rostro, tu voz y hasta tus ojos transparentes.

Porque naceré del vientre de las rocas, y mis nuevos vestidos brillarán con un fulgor de magia y noches serenas.

Porque sabré que ya de mí te has ido, y mi aliento no invocará más tu nombre.

Ya no soy joven???

Me miro al espejo y me encuentro regia. Sin arrugas, con look juvenil y fresco. No tengo ataduras, tengo un alma libre. A veces se me olvidan los sueños, pero rápidamente vuelven a mi memoria y me recuerdan que debo seguirlos. Sonrío con frecuencia.

Por qué, entonces, ya no caigo en la categoría de "joven"? Veo una convocatoria a un concurso de poesía joven, y yo digo "esta es la mía" y me pongo a ver las bases, y resulta que estoy fuera del rango. Y por un número abultado.

Entonces, qué se define como joven? La adolescencia? El espacio para ser irresponsable, irreverente, de hacer locuras confiando en que al final pagarán otros el precio? La capacidad de beber y beber sin pausas, quedar en estado de coma y despertar al otro día como si nada? El creer que el amor existe y soñar con que un día llegará a tu puerta?

Para mí ser joven es aspirar profundo y llenar la imaginación de colores, reirse de todo y de todos, mirar las estrellas y creer que puedes rozarlas con un gesto... creer que el tiempo lo cura todo, que las lágrimas se secan y no dejan huellas, que las flores se abren exclusivamente para que yo las vea.

Inventar canciones sin fin, y plagiar sin verguenza las frases célebres de otros más románticos y poetas verdaderos. Vestirse a la moda pero con un toque propio, caminar moviendo las caderas al compás de la canción que se escucha en la calle...

Que no soy joven?

Puede ser.

Al final, da lo mismo. Siempre habrá otros concursos en los que participar, y almas cautivas que se emocionen con las palabras que yo pueda inventar.

miércoles, 17 de octubre de 2007

El amanecer de mi alma

Y me iré, con la sonrisa pegada en las gotas de rocío que caigan de mis cabellos.

Me iré liviana, flotando sobre las sedas y los terciopelos que cubrirán mis pasos renacidos.

Porque en mí habitará la gloria, con mañanas plenas y luces de colores, con tardes apacibles, con el susurro impreciso de voces antiguas en mi oído.

Porque mi camino se trazará sobre roca y arena, porque el bosque silencioso acogerá mis lágrimas y me brindará un nuevo día por cada una de ellas.

Porque las flores se abrirán cuando las mire, y el viento hará una pausa para oir mi voz recitando un poema.

Será un nuevo amanecer para mi alma.


Lilla Cabot, mi mentora.

Está bien, puede que sea sólo fantasía emanada de la fértil imaginación de mi amiga Paz, pero es entretenido. Acá hay un par de libros de Lilla Cabot. Si ella sacó sus libros y pintó, cómo no voy a sacar mis libros y hacer mis tejidos?

Ella anda por las calles ruborosa...

Qué buena es esa canción de Adamo! Sí, estoy en la plenitud de mi cebolla escabechada, pero no importa, juro por dios y baghavan que soy muy feliz.

Está pensada en alguien que tuvo el amor de una persona y le importó un carajo. Así es la gente! Por eso he decidido ser célibe. Sí. Célibe.

Después de una exhaustiva reflexión matinal, originada por el real y auténtico dolor en el corazón que me acompañó durante el sueño (de verdad me dolía), llegué a la conclusión que toda la pasión, la ternura, el alma que he puesto en cada relación en los últimos tiempos ha sido pura energía desperdiciada.

Nadie aprecia eso. No pasa de ser un encuentro casual de dos "personas adultas" (me carga esa expresión), después del cual todo sigue con su mismo cauce sin sentido, atado a los convencionalismos, responsabilidades, imágenes, que cada cual se impone y que la sociedad vigila.

Merezco más que eso. Y, en realidad, nadie merece lo que soy capaz de dar. Y lo que tengo la mala costumbre de entregar sin pedir mucho a cambio.

Así que decidí que no voy a exponer más mi delicada humanidad a la barbarie, la lujuria sin sentimientos, y la relación transaccional de placeres de la carne. Desde hoy me declaro célibe, con sólo dos importantes excepciones:

- La aparición imprevista de algún dios griego, de paso por esta angosta faja de tierra, que no me envuelva con palabras imprecisas, que no me provoque dolores, y que deje en mi memoria sólo el recuerdo de su belleza y las risas.

- Que aparezca alguien que de verdad valga la pena. Y claro, como para saber eso una tiene que tomarse su tiempo, veremos si en mi turbulenta existencia se cruza algún mancebo que de verdad merezca que me fije en él.

Si no es así, chao pescao. No estoy para perder mi tiempo, exponerme a contagios extraños, y menos aún, a que me vuelvan a contaminar el alma. Ya mucho tiempo y lágrimas me ha costado volver a mi centro. Y no quiero volver a perder el paso.

lunes, 15 de octubre de 2007

Allí podré olvidar.

Cuántas preguntas quedarán suspendidas, como nubes lejanas que miran en la distancia y se desligan de las alturas que las desgarran.

No hay cabida en mi alma para tanta incertidumbre. No puedo comprender, y se me hace un nudo ciego cada vez que ato detalles y mandatos, verdades a medias, palabras mal escogidas.

Sólo el tiempo y la distancia podrán poner fin a este dolor, tranquilo, pero punzante.

Como un insecto que se mueve hacia la luz que le quitará la vida, kamikaze absurdo, marchar a ciegas hacia el vacío que siempre aguarda.

Cuáles son los sueños que podrán revivir desde el fondo de las cenizas esparcidas en los vientos?

Una maldición. O sólo mala suerte, mala estrella, código ilegible que me empuja a senderos que no debí pisar nunca.

Por qué, entonces, tocaste mi rostro y me besaste? Si en tu alma sólo había espacio para el desaliento, si tenías tu camino trazado, si tu elección estaba hecha, por qué?

Acaso me volví una especie de soporte extra, como la tapita que se coloca bajo la pata para que la mesa no se tambalee?

Si nunca te importó el torbellino que crecía con la fuerza de mil mares, con el vértigo y la emoción que sólo los espíritus atormentados pueden concebir. Por qué me miraste? Por qué?

Y pierdo la vergüenza, muestro mis cartas, grito al viento el amor que se esconde en mi vientre. Y sólo te preocupa si acaso tienes o no la culpa de semejante descalabro.

Qué inhumana se vuelve a veces la vida. Qué injusta, qué déspota, al librarnos de martirios sólo para hacernos caer en pozos profundos.

Pero...

El camino conduce a nuevas rutas.

Otros horizontes sonríen a lo lejos, y me invitan a lanzarme hacia ellos.

Allí podré olvidar que alguna vez dije "te quiero".

Será posible?


La mujer de la izquierda, al parecer, fui yo en otra vida. No estoy jugando. Mi amiga Paz lo asegura.

Ella fue Lilla Cabot, pintora impresionista estadounidense, nacida en Boston en 1840 y algo. Se casó con un profesor de literatura inglesa llamado Thomas Perry, tuvo tres hijas, la del medio fue bautizada como Edith.

La gracia de esta señora es que a los 36 años recién comenzó a estudiar pintura, y se entusiasmó tanto que agarró camas, petacas y familia, yéndose a Paris a perfeccionarse.

Allá se hizo amiga nada menos que de Claude Monet, quien fue su mentor. Después de una larga temporada en tierras francesas, su marido se consiguió una peguita en TOKIO, y allá se fueron por 8 años.

Se destacó por estudiar a fondo técnicas japonesas, sumando a ello sus estudios de impresionismo, lo que la ayudó a crear un estilo propio y particular que le mereció bastante respeto entre sus pares, llegando incluso a ganar concursos y medallas.

Además escribía poesía, y publicó 4 libros.

Murió en 1933.

Coincidencias?

Mi primer pseudónimo fue Lilian Cabot (el Cabot se me ocurrió un día, así de la nada. Después encontré por ahí que habían unos hermanos argentinos que participaron en la guerra de la independencia, y como siempre he sentido una fascinación especial por la historia bélica de Chile, dije "ésta es la mía"). Ah! y bueno, mi nombre real es Lilian. Que suena sospechosamente parecido a Lilla.

Artista, pintora (no pinto ni el mono, pero siempre me ha gustado el diseño de vestuario y la combinación de colores). Mi estilo favorito es el impresionismo, que tiene orígenes que se mezclan con el romanticismo. Escribía poesía. O sea.

Anoche pensaba que si una de sus hijas se llamaba Amanda o Madelaine me iba a desmayar. Claro que después me di cuenta que el "Amanda" lo saqué de la canción homónima del grupo BOSTON (curiosamente la ciudad natal de Lilla).

Al mirar el autorretrato de Lilla le encuentro un airecillo familiar. La nariz alargada, los ojos grandes café verdosos...

Y lo mejor de todo, es que era una mujer adelantada a su época. No usó el apellido del marido, si no que lo agregó al final, y cuando le dio la locura creativa partió a Francia. Siempre he creído que viví en Francia en otra encarnación... si no, de dónde sacaría el nombre La Madelaine para mi empresa?

Más coincidencias? Su casa era casi centro de reunión de artistas, lo que me suena ligeramente parecido a mi afán de rodearme de músicos. Creo que con mi historial podría armar un par de bandas... y completitas.

Ah! y la vida en Japón... por qué me serán tan cercanas las reflexiones del Zen? Como si no aprendiera, si no que redescubriera conocimientos en mi interior.

Otra más. A la socia le bajó medio tardecito el ímpetu creativo, lo que se parece un poco a mi tardío redespertar literario.

Ahora sólo me falta conocer a un Tomás y que sea profesor de algo, y me desmayo.

Piedras de río.

Dos piedras de río me miran desde el espejo, en las sombras. Me observan, me dicen que soy bella, que mi dolor se hace pequeño, que los días pasarán y no dejarán más huellas que el rastro fugaz de unas lágrimas lejanas.

Nunca lo supe. Quería sostener tu mirada, sembrar soles en tu destierro, mover arenas y encontrar siluetas nuevas que pudieras dibujar.

No lo sabré. No dormiré pensando más en tu sonrisa, en el abrazo cálido que alguna vez, pensé, me cobijaría. Sólo seré yo, mis piedras de río, mis manos ateridas, la brisa profunda acariciando mi pelo, y el recuerdo silente de un amor que no encontró camino en su andar.

Amanda Cabot.

Me llevaré algo.

Me llevaré algún recuerdo. Una sonrisa lejana, una voz enronquecida. Las pacientes horas nocturnas, ensimismada y pendiente de una frase, esperando una dulce despedida para dormir en calma.

Pero nada más irá conmigo. Ni ilusiones, ni fantasías, ni el recuerdo amargo de que mientras me besaba pensaba en otra.

No me acompañará el desaliento, ni la lucha, ni la ira. Sólo irán las piedras de río en mis ojos, mi sed y la fuente eterna que vuelque en las almas el clamor incesante de mi pasión extinta.

Amanda Cabot.

Las vueltas de una perfecta y turbulenta vida

Me encanta esta foto! Hoy pensaba en ella, mientras asumía que a la vida hay que dejarla fluir no más, porque solita se va ordenando y mostrándonos su perfección.

Acá tenía, no sé, 4 años? Para variar seguro andaba loqueando y mi hermano, que siempre se ha esmerado en cuidarme (hasta ahora) me tiene sujeta. Este es mi Pichilemu querido, la playa Infiernillo, a una cuadra y media de mi casa. Nos acompaña mi primo Eduardo.

Cómo se ha ido escribiendo el destino, siempre ligada a ese paradisíaco trozo de tierra, bañado por un mar turbulento y bello!

No puedo explicar la sensación que me produce estar allá. Respirar su aire, emocionarme y reir viendo a las gaviotas peleándose por un resto de cuchuflí (son muy cochinas ellas). Correr sobre los roqueríos, poniendo a prueba mi equilibrio y agilidad. Contar ovejas en la espuma, y cantar sin temor a ser escuchada y enjuiciada.

Allá nada importa. Ni los amores desahuciados, ni la eterna búsqueda de una posición. Sólo camino, miro el horizonte y me conecto con mi yo más profundo.

Allá sé que encuentro paz.

jueves, 11 de octubre de 2007

Picándola finita...


Asumida: soy una cebollera.

No sé por qué no me había dado cuenta antes, pero veo que tengo un cultivo de cebollas en mi interior. Algo sospechaba, cuando al escuchar en la calle una canción romanticona se me caían las lágrimas si es que se parecía a mi requiebro amoroso del momento.

Pero ahora me superé a mí misma.

Hace algunos días, buscando música para escuchar en la nochecita (cosa que había dejado de hacer) de pronto me quedé en la radio Imagina, que en esos momentos tocaba alguna de esas canciones que escuchaba en mi niñez. Y me gustó. Y la seguí escuchando.

Y así por varios días.

Me encanta la cebolla! Camilo Sesto es un ídolo, siempre me gustó Emmanuel, veo las películas de Sandro, hasta le paré la oreja a Alejandro Sanz y encontré que sus letras eran bellas!!! Y qué decir de Nino Bravo, Salvatore Adamo, Leonardo Favio, los cantantes italianos y sus voces raspadas... estoy en el cielo. Si hasta Chayanne me cae bien!

Eso sí, debo decir en mi defensa que en mi lista de cebolla picada finita tengo algunas excepciones honrosas, que hacen un poco menos absurda mi romántica devoción:

- Luis Miguel. Me carga! Nunca me gustó, como que no le compro. Esa voz como de cabro cuico, de hijo de gerente que se trata de engrupir a la hija de la nana... además, si una escucha las letras se da cuenta que todas son onda "cumples los requisitos, eres apta para estar conmigo". Pedante.

- Arjona. Es demasiado pickle hasta para mí! Sus canciones sus puros contrasentidos, como versos flaites. A lo mejor rapeados al estilo Pulentos sonarían más decentes, pero por ahora paso.

- Cristian Castro. Es horroroso! Sus canciones son horrendas, las letras estúpidas, no tiene sentimiento para cantar... es atroz!

Y así algunos. Pero debo reconocer que me gustan muchas... qué atroz! Pero bueno, qué le vamos a hacer. Me gusta, y qué?

martes, 9 de octubre de 2007

Los míos.

Quisiera poder regalar más sonrisas a mi gente.

Hoy estuve con la familia de mi tío recientemente fallecido. Había animación en esa casa, con el alboroto de los niños, y la calidez de un hogar que siempre tuvo para mí sus puertas abiertas.

Pero algo faltaba. Se sentía el vacío dejado por la muerte y su paso cruel, y en la mirada de todos nosotros la nostalgia dibujaba círculos y nos daba un brillo melancólico.

Me gustó sincerarme. Sentí el calor de mi abrazo devolviéndome afecto sincero. Supe que no debo dejar que los vínculos se quiebren, porque nos necesitamos, al menos para reir un momento, para comparar nuestras respectivas terapias y tratamientos, para recordar a quien nos dejó sin obviarlo como si no hubiese existido.

Espero que el destino y sus trampas no me envuelva nuevamente, y que no rompa mis promesas, olvidando a quienes me entregan su cariño sin pedirme nada a cambio.

lunes, 8 de octubre de 2007

Sólo yo sé.

Sólo yo conozco los secretos que florecen en la noche errante. Sólo yo, con mis manos que buscan la tibieza y sólo la encuentran en mi propio pecho enardecido.

Sólo yo sé de aquellos dulces sueños arrancados de raíz, quemados al son de tambores sigilosos, enmudecidos ante el ardor de mis lágrimas sinceras.

Descansa. La vida vuelve a su curso. Mis ojos ya no buscarán tu mirada, porque mi alma entendió que mi ternura, mi abrazo, mis horas sin dormir y hasta mis oraciones para ti no significan nada.

Amanda Cabot.

No digas nada.

Ya no digas nada. Las palabras perdieron la ruta, y se esparcieron por el aire, con el suave murmullo de mil secretos.

No invoques mi nombre. Estoy lejos, más de lo que piensas. Mi alma vuela ya buscando caminos sin construir.

No tienes una respuesta a mis plegarias.

No adivinas el ronco lamento de mi silencio.

A tu espíritu enfermo no hay color que le dé vida. Ni siquiera mi risa en la mañana.

Amanda Cabot.



domingo, 7 de octubre de 2007

Menos mal que no pude jugar!!!

Ayer estaba furiosa porque hace semanas compré una tarjeta de prepago de Xperto, para jugar on line. Entre tanto ajetreo, novedades y cosas que han pasado, la tenía en el olvido, pero ayer decidí usarla.

El panorama era alentador, así que le iba al Manchester United, a la U (obvio), a Everton de Liverpool y a O'Higgins. Pero por alguna misteriosa razón el maldito sitio no me funciono; no aparecía el cuadro para entrar precisamente al Xperto, y ahí quedé, rabiando y con $2000 que no pude usar.

Pero acabo de revisar los resultados, y Everton me falló. Estaba feliz por el triunfo de mi equipo y la derrota del enemigo (ambos placeres los disfruté minuto a minuto gracias al CDF), pero me di cuenta que el favorito de Pete cayó de visita. Plop!

Así que aún me quedan intactas las 2 luquitas pa apostarle a Chilito, o mejor, la otra semana jugamos contra el enemigo. De repente me lanzo y le voy con todo al Bulla. A ver si ganamos y me doy otro gustazo.

Qué dices de las horas...

Anoche, mientras esperaba a mi amiga acompañada de un café cortado (que me salió gratis, parece que el mesero quedó encantado con mi estampa) algo surgió de mi interior, que me hizo tomar un par de horrorosas servilletas (se expandían!) y, creyéndome Nicanor Parra (pero más bella) escribí lo siguiente.

¿Qué dices de las horas, que vendrán y traerán dicha, que su sólo paso borrará las nubes de tu rostro y te harán mas feliz?

¿Qué dices de los días, que con su aliento crearán sonrisas nuevas, que al amparo de sus luces poblarán de sueños tu escarcha y despejará de sombras el camino?

Despierta.

Te hundes en el vacío, y ya no estará mi mano para sostenerte.

Te sumerjes en el olvido, y mis ojos ya cubriran otras espaldas y otros anhelos.

Porque creíste que alguna vez todo sería distinto, pero dejaste al mundo pasar sobre tu cuerpo, y mi silueta perderse a lo lejos.

Amanda Cabot.
Octubre 6 de 2007.-

sábado, 6 de octubre de 2007

No puedo dejar de soñar...

No importa que aparezcan grietas en el camino, que me griten desde el frente y me abandonen a mi suerte. No dejo de soñar.

Alguna vez quise ser diosa, dormirme en un abrazo, sonreir desde lo alto y llenar los días de colores. Ahora no lo necesito.

Me tengo, y me basto. Miro por la ventana, veo a las gentes pelearse por un espacio de vereda, y me siento ajena y contenta. No soy como ellos. Mi madera es de otra cepa.

Y los anhelos no me abandonan. Sé que algo vendrá, con calma, con sinceridad, y dejaré atrás las cicatrices y los desprecios. Mi alma está intacta.

jueves, 4 de octubre de 2007

Lo encontré!!!

Estoy emocionada. No sé a quién agradecer, si a dios, a baghavan, a los ángeles, a gatoku... a la vida. El caso es que buscando un documento muy terrenal que necesito para algo no tan terrenal encontré, entre papeles y cachureos, un cuento que escribí a los 17 años. Lo volví a leer, y me sentí nuevamente impregnada de esa antigua magia, que me impulsó a buscar un camino entre las letras, y que pese a la vuelta tremenda que me di me esfuerzo por recuperar.

En esa época me hacía llamar Lilian Cabot. No fue una escasez de imaginación, si no que siempre me ha gustado mi nombre verdadero. Me gusta pronunciarlo, cómo las eles le dan una suave entonación, terminada por una ene infinita...

Me estoy yendo a otro rincón. Acá va el cuento, espero que si alguien lo lee le guste. Ahora miro hacia atrás y trato de descubrir las diferencias y semejanzas con la mujer que en esa época era.


DOS AGUAS

Lilian Cabot. 1992.-

Una luz resbaló sobre su piel. Los brazos colgantes, la frente despejada, sonreía como en sueños. Segura de sí misma. Desafiando al pasado infame que marcó una huella sobre sus hombros, pálido resquicio de un ayer inocente y pudoroso.

Sentía su respiración entrecortada, suspirando a veces, llamándome en voz baja. Como cadenas que se rompen en silencio, mi cuerpo respondía a aquellas mórbidas intenciones, temeroso, conciente de la magia que iba socavando mis dudas, dejándolas en el aire, restándoles importancia.

Buscó una respuesta a su inquieta madeja de emociones. No podía dejar de observarme, los ojos brillantes, los labios entreabiertos; sin vacilaciones, expectante, esperaba el momento solemne en que yo decidiera amarla.

Todo cambió su sentido. La vida misma, sus peligrosos senderos. No podía apartar de mi mente las dulces palabras que estaban guardadas por tanto tiempo, esperando la hora precisa de su alumbramiento, que parecía ser ésta. Sólo quería liberar todo el sentimiento acumulado durante noches en vela, en las que era mi propia sombra fiel y atenta compañera; borrar de una vez por todas las crueles secuelas que aún sangraban en mi alma.

Me besaba suavemente, impregnándome de su esencia. Sin ligaduras. Todo nacía allí mismo. Ni un ápice registrado en la guía de conducta; los ocultos deseos afloraban en aquel instante, sin preguntas, sin exigencias.

¿Cómo explicarle su propia perfección? Era algo demasiado intenso; las palabras no bastaban para cederle toda mi persona. Ni para recibir su entrega. Su maravillosa entrega.

Se lo dije miles de veces. Acariciándola, protegiéndola… ¿De qué? ¡Si, en el fondo, era yo quien necesitaba su abrigo! Pero nada de eso parecía tener importancia. Con sólo tocarla, sentirla, una voz interna me decía que había encontrado mi destino. ¡Después de tanto tiempo! Perdido, buscando en lo más oscuro de la civilización; cayendo en los peores estados, borracho, sediento de cuerpos fáciles. En el fondo, rogaba que no todo fuese así, que algo pudiera sacarme de esta atmósfera turbia, en la que mi cerebro y mi alma no cumplían función alguna.

Y al fin la encontré. Oculta entre sus propios conflictos, batallando cada día contra el mundo instintivo, se hizo perfecta ante mis ojos.

No dudé en perseguirla, correr tras sus leves pasos. Parecía huir; no era fácil hallar su mirada de ojos profundos, en los que un dejo de melancolía delineaba sus contornos, posándose sobre el destino con violencia y ternura entremezcladas.

Así llegó a mí. Tímida y vacilante, al principio. En tan poco tiempo, su camino se fusionó con el mío; y aquí estaba ahora, risueña, latente, demarcando su existencia para siempre.

Aparté un mechón de su frente. Parecía estar viviendo algo irreal, una fantasía. En la oscuridad, podía adivinar sus formas, que mi cuerpo quería seguir conociendo. Su aliento llegaba a mí como un mensaje, rozando mi alma desnuda. No quería romper el encanto de aquel instante, pero mi sentir pudo más.

- Te amo.

Silencio. Un estremecimiento recorrió su rostro, y sutilmente levantó sus párpados.

- Repítelo –me pidió, mientras sus dedos rozaban mis labios.

- Te amo. A ti. Sólo a ti.

Sonrió.

- Yo no sé qué podrá pasar mañana –me dijo-. Pero, ahora siento que te amo –buscó mis manos-. Estoy aquí, dejándome llevar de tu existencia.

La besé con suavidad. Casi al descuido, se acurrucó en mi pecho, envolviéndose con mis brazos. Dormía.

Durante días me mantuvo en pie de guerra. Ninguna noticia, completo desconcierto. Cada noche la llamaba en silencio, buscando el motivo de su ausencia.

Y, sin embargo, no estaba lejos. En el fondo, sabía que nada era mentira, que la suerte había marcado su rumbo. Que no estaba solo. Pero mi temor y mi ansiedad tomaban, a veces, el control de mis pasos, y llevaban mi alma hasta la más horrible desesperación.

Volvió. Mil veces más jovial, transmitiendo su propia seguridad, apagando con sus labios el miedo que aún se anidaba en mi espíritu.

- Somos dos aguas –me dijo una noche. Sentados frente a una hoguera, respirábamos el perfume de su hábitat. –Bajamos desde la helada montaña, y nos juntamos en un paraje.

- ¿Y cómo es el paraje? –me gustaba impulsarla a hablar de su visión de las cosas.

- ¡Caótico! –sonrió. Un beso suave. –Pero, más adelante, cambia el paisaje. Se hace más nítido. Más perfecto.

No sé lo que me espera en el futuro. No temo. Sólo avanzo a impulsos; mis sentidos dominan mi andar. Ya queda poco del miedo que marcaba mis días solitarios.

Mientras un cigarrillo se consume en mi mano, la observo. Sus rasgos, suavizados por el sueño, inspiran una tranquila reflexión. El tiempo corre, inexorable. Su silueta recorre mi madriguera, contagiando el aire con su encanto. Hermosa, terrible, cubierta tan sólo por una transparente alegría. Quiere tenerlo todo; revisando rincones, suburbios, llenándose a palmos con mi mundo.

Los hombres no crecen

Me salió medio feminista o amargada esa frase, pero cada día que pasa me convenzo más de que es cierto: los hombres han sido, son y serán por siempre unos niños.

Conversaba esta tarde con una amiga, estupenda y amorosísima ella, que tras 3 años de relación aprox. con un especímen de categoría ultra especial está esperando un hijito. Nótese que hablo de un bípedo de la estirpe más compleja e inmadura: los treintones que tienen una banda de rock. Niños grandes, que soñaban con pisar un escenario y rodearse de fans, y que con su primer sueldo se compraron la tan anhelada guitarra, bajo o batería, o el amplificador de voz, o el teclado...

La última gran pelea de mi amiga con su novio fue debido a que, a sus cinco meses de embarazo, ella le pidió que tratara de mover un poco los horarios de ensayo de la banda, ya que el bloque vespertino de cada sábado el joven lo dedica a la música, quedando la pobre sola en su casa. A mi juicio, el de ella y el de cualquiera que tenga sentido común, la petición no fue nada del otro mundo, pero provocó un cataclismo de magnitudes XL. Casi llorando le reclamó el muñeco que sentía que estaba perdiendo lo que era más importante en su vida, que estaba dejando de ser él, etc etc. Portazos, gritos, abandono del hogar y ausencia de tres días, para luego volver en estado de intemperancia y pidiendo perdón en nombre del amor.

Yo no tengo nada en contra de la expresión artística. Al contrario, soy una convencida de que cada ser humano tiene un talento especial, y que si lo desarrolla y le gusta puede hacer algo decente y que sea provechoso para él mismo y para el resto. Pero no me cabe en la cabeza cómo puede un pailón de 33 años, con un buen trabajo, con estudios, que está formando una familia, pretender tirar todo por la borda porque no puede dejar de lado el rock'n roll? Si ni siquiera vive de eso! Si es un cacho, muchas veces, que más que una entrada económica es una permanente fuga de recursos, que acarrea múltiples responsabilidades y pocas satisfacciones!

Igual creo que es más difícil para mí dimensionar lo que implica estar en una banda. Lo que yo humildemente hago es una creación individual, y gracias a dios no tengo que coordinarme con nadie para escribir. Pero cómo para alguien va a ser más importante su hobby que el futuro de su familia, su bienestar, su propia felicidad?

Sexo, drogas, alcohol y rock'n roll. No me digan que no, porque estuve a fondo en ese oscuro mundo y gracias a todos los santos y unos cuantos agregados dije "hasta luego, muchas gracias". Cabros chicos, hombres que ya están en edad de soñar en grande, de mirar en su interior y no tienen más obligación que ser felices y hacer felices a quienes quieren, y en vez de eso se sienten importantes arriba de un escenario, firmando autógrafos, tomando como por encargo y después lamentándose por el tiempo y esfuerzo perdido.

Qué pasaría si a mi amiga, en una de esas ausencias, le dan contracciones y debe partir a la clínica? Claro, ella, como toda mujer hecha y derecha, solucionaría el problema y llegaría por sus propios medios a buscar ayuda. Pero y él? Cómo no se lamentaría después, porque no estuvo ahí, porque la dejó sola un sábado en la noche por andar tomando y tocando la guitarra!

Inmaduros, que cuando les dicen que serán padres se iluminan, inflan el pecho y hacen uno y mil carretes para celebrar con los amigos, pero que a la hora de los quiubos, cuando se necesita que estén ahí, sueltan el lloriqueo y se lamentan porque "no puedo participar con mi banda como antes". Si no tienen 20 años, pues!

martes, 2 de octubre de 2007

Su abrazo.

Su abrazo me cobija, su aroma me calma. Extiende su manto de consuelo sobre mi espalda, y me dice "ven conmigo, yo sí te quiero".

Es tan claro el camino que me lleva de regreso, tan diáfano, tan seguro, que a veces me pregunto cómo anduve en otros rumbos, rasguñando mi espíritu, perdiendo mi libre estampa, llorando y maldiciendo el amor en silencio.