domingo, 29 de junio de 2008

El clamor de los cielos

Mira mi luna brillando en el silencio y la quietud de mi invierno. Mírala, sonríe desde lejos, aquiétala en el temblor inconsciente de tus labios susurrando mi nombre.

Son las alas del destino las que me llevan en su ritmo.

Son mis dedos, vacilantes, quienes me desafían a ser paciente.


Mira mi estela perderse en la bruma. Caen las hojas no escritas que guardan la semilla de mis anhelos. Y es mi rostro el que se desprende en cada lágrima por tu ausencia.

Porque el fin de la espera aún no se acerca.

Porque caigo en el sopor de la vigilia, y mis sueños se retuercen como almas despeñadas.


En mis manos se dibuja una historia de batallas y pesares. Pero el clamor de los cielos anuncia una victoria.

viernes, 27 de junio de 2008

En la ciudad todo es furia

En la ciudad todo es furioso. Las calles ladran, los espíritus cargados de malicia susurran en mis oídos aunque intente no escucharlos. La tarde se enciende en un cúmulo de palabras no dichas, de caricias negadas, de silencios invisibles.

La ciudad se escurre de mis manos como una fugaz sonrisa.

La angustia de la vida en un infierno se hace humo en segundos.

En la ciudad los pasos se pierden entre las hojas y la bruma. La mirada se convierte en dagas asesinas. Los reyes de la calle se duermen en el sopor de la angustia y el fracaso.

Mis latidos me llevan lejos de sus muros.

Dame tus sueños.

Cómo estirar mis manos en un abrazo sin tiempo, cuyos límites se fundan con los colores del atardecer!
Cómo dejar salir de mi boca el aliento que respira en las profundidades del éxtasis en calma!

Cambia el sendero en lo alto del abismo.

Cambian las alas los seres desprovistos de lujuria.

Mi alma empieza otra vez a latir, lejos del polvo, amante del silencio.

Dame tus sueños, para elevarlos sobre la cuenca mágica de mi cuerpo siempre atento!

martes, 24 de junio de 2008

Sigo sin asumir.

Hoy me encontré una nueva cana. Iba camino a una reunión, y en un vistazo furtivo al espejo del ascensor la descubrí. Casi oculta, pasando inadvertida entre los múltiples rizos que hacen de mi cabeza una copia de la melena del colocho iturra.
No sé si la perspectiva de que mi hermoso cabello castaño comience a grisear me da risa o me atormenta. Será que las múltiples vicisitudes de los últimos tiempos me están pasando la cuenta?
Siento ahora un enorme abismo cuando miro hacia atrás, y recuerdo los viejos buenos tiempos de la infancia... qué distante todo aquello! Casi como si mis recuerdos perteneciesen a otra persona, o fuesen imágenes surgidas de un destello de otras vidas.
Será sólo cansancio?
Sé que si escarbo un poco en mis rulos encontraré más pelos blancos. Creo que está llegando el fin de mi primera juventud.
Y sigo sin asumir otras responsabilidades.

domingo, 15 de junio de 2008

Mírame!

Mírame!

Estoy completa, respiro, abro los ojos.

Mírame!

Soy la faz de un sueño destruido, la amarga soledad de un camino sin retorno.

Mírame!

Cargo en mis brazos el desaliento y una pasión extinta en la penumbra.

Soy la voz de un pasado inquietante, de una noche interminable. Soy el estigma de las razas malheridas, el murmullo del viento agitando tempestades, el sabor de la sangre vertida en la arena.

Mírame!

Atrévete a decir de nuevo lo que ves en mis ojos centelleantes.

Mírame!

Se agita el oleaje de mis emociones enterradas.

Mírame!

Y dime si alguna vez así me imaginaste.

Una última caricia.

De dónde viene ahora este desaliento, este dolor por una voz callada desde hace tiempo?

Por qué se cuela en el misterio de mis sueños, y me hace creer que aún lo espero?

Sé que nunca tendré su dicha.

Sé que sus palabras para mí están ahogadas.

Quisiera el destino dejar de atormentar mi garganta!

Olvidar... qué largo es el camino! Olvidar... qué inútil mi resistencia!

Una vez más me cubre la sombra de un delirio en vuelo.

Callaré mis opciones. Ni siquiera tengo derecho a una última caricia en mi rostro.

Cómo explico al mundo...

Cómo le explico al mundo que el alma se resquebraja, que los labios tiemblan, que el anuncio de una dicha se extingue entre voces sin coros?

Cómo se cierran las puertas de un desierto malherido?

Calla el silencio; se cortan las cadenas de ilusiones.

lunes, 9 de junio de 2008

Mis párpados caen...

Mis párpados caen...
Ya no quieren esperar, embriagados de ilusiones, a que el aliento de la noche traiga nuevas palabras de senderos desconocidos.
Ahora saben qué se oculta tras el éxtasis y la distancia.

Mis ojos se limitan a delinear las siluetas de lo ajeno.
Quedé envuelta en el sudor de otros placeres; me sumergí en la gloria, como paloma ardiente, presa de mis propias desdichas olvidadas.

Mi ruina no se extingue con la aurora.
Cabalda desde lejos; como rey embravecido se adueña de mi alma, y no me queda más que ver la destrucción como si a otras tierras llegara.

Cuántas noches más deberé perder antes de recuperar mi espíritu?
Cuántos silencios serán las sombras que acompañen mi sueño?

Ardua es mi ruta. Déjenme al menos conservar mis ropas.

domingo, 8 de junio de 2008

Iluminata

Sólo queda morir para el pasado, dejar que el dolor se ensañe como mil agujas desgarrando mi carne, hasta que ya no sienta nada.

No quiero mirar atrás. No tiene caso; a qué acumular una y mil caídas como piedras que cabalgan sobre mi espalda. Mejor olvidar; olvidar que la luna brillaba, olvidar los contornos del amanecer en una ventana pequeña. Olvidar la canción improvisada, el brillo en la mirada, y las dulces palabras que se vertieron como veneno por mi sangre desbocada.

Sólo queda dejar que el tiempo pase, que mi memoria sea cada vez más estrecha. Sin pudor, sin vergüenza; después de todo, sólo queda aprender que los sueños y las ilusiones nunca se hacen realidad.

Esta vez puedo correr sin temores a esconder mis lágrimas. No habrá más alivio para la angustia de mi pecho que el sonido eterno del mar embravecido. No habrá llamadas, ni huellas de pasos que busquen mi sendero. Moriré al pasado, como cada día perece en los brazos de la noche que le sigue.

Mi corazón ya no resiste más remiendos. Tal vez sólo deba dejar que se aniquile, y que nazca de nuevo, cual fénix ligado sólo a su grandeza. Tal vez la respuesta sea dejar de latir, convertirse en polvo y arena, hasta que un nuevo aliento de vida suspire en mi alma, y me traiga de vuelta, ajena al desconcierto y la tristeza.

Quizás es la ruta que debo tomar para ser libre de verdad.

Esta vez...

Esta vez quisiera llevar mi alma al lugar sin memoria, donde las piedras del pasado ya no importen, y sólo existan mis huellas borradas en la arena.

Dibujar surcos sobre mi piel herida...

Que sea el viento quien recoja mis plegarias. Ya no habrá fondo, ni testigos; me marcharé envuelta en un halo de plata, y mil espejos reflejarán mi nombre en la oscuridad.

Esta vez quiero sellar mis labios con una canción decepcionada; mis dedos sólo vagarán sobre la superficie inmaculada de nuevos papeles para grabar silencios y murmullos.

Dicen que el dolor sólo cava hondos surcos en el alma, y entre más profundos, más amor pueden contener.

Sólo me pregunto, entre una y mil caricias desplomadas, si habrá un mañana en que mis ojos no sangren, si mi corazón se enfriará y sólo responderá con sonidos en las piedras. Si mi cabello caerá, y los sueños jamás se harán realidad.

Después de todo, cómo podría creer que serían ciertos?

viernes, 6 de junio de 2008

Recuerdos para atesorar

Qué somos? Pocos instantes atrás me enfrasqué en una conversación con una amiga sobre personas que ambas conocemos, y con las que nos ha tocado trabajar. Me comentaba sobre alguien "¿sabes? como jefa es pésima, pero es una linda persona".

No puedo aceptar eso. Es decir, no creo que seamos una multiplicidad de personalidades alojadas por horas en un soporte llamado cuerpo. Cumplimos roles, es cierto, pero en el fondo somos sólo 1 persona. No podríamos ser una persona como trabajadora, otra como amiga, otra distinta como amante... al final del día, con cuál te quedas? Cuál es la real?

Si utilizamos valores distintos para actuar de acuerdo a la "persona" que actúa en ese momento, cuál es el valor verdadero? En qué momento somos auténticos, y cuándo comenzamos a actuar falsamente?

Sería todo distinto si dejásemos de lado las superficialidades y los roles que se apoderan de nuestra individualidad, y en vez de ser muchas personas en un cuerpo seamos realmente un ser humano, completo e íntegro, que actúa de una forma congruente en las distintas esferas de su vida?

Tal vez hemos actuado demasiado tiempo como seres humanos divididos. Ya va siendo hora de atrevernos a ser quienes somos, en todo momento y lugar. Total, la vida se escapa muy rápidamente; qué recuerdos queremos atesorar para cuando seamos viejos?