lunes, 28 de julio de 2008

La distancia

Y la distancia mancilla su obra, como cruzada profética, se ahoga en su propio canto, y deja la estela sangrienta del delirio acabado.

Se rompen las cadenas de fuego en la niebla.

Se cierran los ojos de los amantes, y la flor desfallece, herida en su destierro.

Es hora de guardar los colgajos. Tal vez en otra vida renazca el frenesí.

sábado, 26 de julio de 2008

Destino que guías mis pasos

Destino que guías mis pasos en la más absoluta inercia, que me dejas exhausta y soñadora por confines desierto.
¿Es ésta mi ruta, el camino que dibujan mis pies, deslizándose serenos sobre la arena sin huellas?

Calma mi ansiedad, descubre tu mano y acaricia mi frente.

Dame un cúmulo de noches claras, con el calor de una almohada en trance. Aquieta mis tinieblas, el fondo amargo de una penumbra que no descansa.

¿Existe un lugar donde mis ojos sólo descubran fuego y el color acuoso de la marea?

Susurra en mis sueños.

Susurra en mis sueños como oleaje tempestuoso después de la calma. Déjame caer entre nubes y silencios testigos.

Quiero brindar a la ausencia mis manos fecundas, mi voz carcomida y renaciente.
Quiero quemar en su delirio el ocaso de una vida cargada de miserias.

Deleita mis anhelos con la magia de lugares que mi espíritu abandonó en otras eras. Llévame de regreso al atardecer inconcluso, a la semilla oculta por milenios, a la mítica espera de mi vientre sin huellas.

Y diré mis oraciones con la vista fija en el horizonte. Con los dedos fríos, hambrientos de lujuria, que ante la lumbre de un hogar lejano tejerán emociones con tu cabello, y respirarán el aroma de las noches que despiertan en la penumbra.

martes, 22 de julio de 2008

Era su vuelo

Era el color de la penumbra envolviendo un ensueño, a media tarde, entre la brisa y los designios de un aviso incomprensible.

Era el espacio divino entre mis manos y un tormento; acantilados quebrándose a la distancia, flores de nácar, y mi espejo, claro y sencillo, buscando la mirada perfecta sobre las nubes.

Y ese fue su vuelo. La respuesta a un silencio inconcluso, el instante de dicha que sólo los dioses son capaces de dibujar.

Era su vuelo. El reflejo de anhelos y caricias, la secreta promesa de un abrazo, y una sonrisa deslizándose por sus dedos.

Su vuelo. La armonía perfecta de una silueta enmascarada.

Su vuelo. Cálida quietud de mis venas bullentes.

Y será su voz cadena en mis manos. Atando mis temores, creciendo en mi delirio, me empujará al abismo, y acogerá mi sombra como caos y tinieblas.

viernes, 11 de julio de 2008

Toma mi mano

Anda, toma mi mano. Respira en mi aliento, con el sutil resplandor de una y cien noches en que mi almohada ha elevado sus plegarias por tus pasos y mis esperanzas.

No dejes de sonreir en la distancia.

¿Serán mis ecos canción en tu memoria?

Veo el destino cómo parece encerrarme otra vez en sus amargos juegos. Me estiro, me condeno, al frío elíxir, a la calma sin zozobras de mi corazón latiendo en soledad.

Mira mis labios, que se mueven apenas, susurrando, anhelando, marcando el compás del silencio. Cambia el color de sombra de estas horas desiertas.

Dame el calor de tu caricia más extrema. Mi piel se convierte en cenizas, temiendo la inercia. Envejezco, el tiempo amenaza con el fin del rubor en mis mejillas.

¿Seré un capítulo más de confusión y amaneceres?

¿Tiemblas cuando escuchas mi voz?

No quiero que esta humana condición me abandone antes de recorrer otra vez el camino a casa.

miércoles, 9 de julio de 2008

De mi boca se escapa tu nombre

De mi boca se escapa tu nombre, con el placer que corre a veces bajo el estanque de mis sueños dormidos.
Murmullo contenido, plegaria en vuelo.

Tu nombre derriba misterios y falsos profetas.
La voz de los árboles rugosos sugiere cerrar los ojos y abandonarme a la brisa.

De mi boca se escapan ilusiones y lamentos, heridas que buscan su exilio. De mi boca, imaginando, zozobrando, como mil escudos que protegen el arco y el delirio.

El agua está en calma

Suaves se deslizan las puntas de los dedos sobr eun papel sin dueño.
El agua está en calma.
Los ritos se convierten en susurros, y una voz palpita en la distancia.

He aquí que somos ídolos, cargando cruces y evitando los desvíos.
El agua sigue en calma.

Y a veces un resplandor de otros períodos se dibuja sobre el filo de las colinas.
El alma está en vilo. La pasión duerme con las nubes, amenazante.

Suenan los ecos malheridos.

Viento norte

Viento norte, que llamas a mi puerta con el delirio de una voz enfebrecida.
¡Calma mis ansias, toma mi angustia y estréllala en el océano!

Viento norte, poder envolvente, eco sin fin de guerreros y espíritus que no descansan.
¡Quita de mi alma este tormento, y dame la paz de tus días más serenos!

Viento norte, látigo en mi carne, susurro en mis mejillas, clamor de mi cuerpo estremecido.
¡Despierta mi silencio, aguarda mi respuesta, que el mundo corre tras tus pasos, y sólo yo quedo esperando el anuncio de la primavera!

Es sólo viento.

Es sólo el viento.
Es el aire grácil y persistente de la noche sin nubes y sin rencores.

Que se lleva en un suspiro ambiciones y sed de dicha.

Que descubre en rincones helados la plácida quietud de un espíritu que se entrega a sus brazos.

Es sólo el viento.
Es la cálida templanza que anuncia tempestades y amaneceres negros.

Que deshoja misterios, y se lleva muy lejos los ecos moribundos, y las páginas silentes de una historia sin escribir.

Que lanza en un torbellino mareas y deshonras.

Que inunda las ventanas, y llama al arrepentimiento a las almas que buscan una excusa para morir.

Y dicen que sólo es viento.

¡Déjame despertar!

Dibuja en mi almohada los ecos de una noche infinita. Trae en tus manos el reflejo sereno de los astros, como amigos, como cómplices despiadados de mis juegos en tu vientre.

¿Acaso el tiempo se escribe con letras de sal, y esperas sin destino?

Sella mi boca y deja escapar sólo un suspiro. Mi espíritu enciende colores y derriba miserias. Suena una nueva canción en el telón de mis ilusiones.

Quiere la luz sacar ventaja, y romper con siglos de melancolía.

¡Déjame despertar, y seguir siendo amante en tus brazos!

Que el tiempo corra.

Que el tiempo corra, y los ríos sean abismos encerrados.
Que la lluvia se vuelva cenizas, y mi andar consuma las horas.
Que el terror sea sólo historias enpolvadas y suplicios enmascarados.
Que la luna brille sobre mi pecho desnudo.
Y que el galope de la espuma corra sobre tu espalda y mis caricias.

Ansias en penumbras

El poder de las palabras se desvanece con el coro del silencio.

¿De qué vale el vértigo, si la sangre no se agolpa en mis mejillas?

Deja atrás tu ceguera, deja el hilo de los recuerdos fluir, y apaga el temblor de tu saliva en el eterno bloque de mis ansias en penumbras.