
No espero en las sombras. No aguardo una mirada.
Sola, en mi refugio, tejo mis ilusiones, cándida, iluminada, sabiendo que el fulgor del amanecer no puede llegar antes que la aurora.
Y desde el fondo de mi silencio comienza a crecer una llamarada, lentamente, en espiral.
Amanda Cabot.
Julio 22 de 2007.-
En espiral, en ascenso, aguarda el supremo devenir del día.
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