
Que tu despertar sea bello, con la luz guiando tus pensamientos, con una sonrisa amplia dando vida a tu faz.
Que en tus horas las alegrías se vayan tejiendo, suavemente, como pequeñas ilusiones cogidas de la mano.
Que en el silencio la paz te envuelva, y el calor de tu pecho rodee tu semblante.
Que ni una sola mano enemiga se alce contra ti. Que las gentes se abran paso ante tu andar, y que encuentres colores en cada rincon que visites.
Que las tareas sean cosa simple, y no te invada el desaliento.
Que en tu mirada brille el reflejo de tus sueños.
Que éste sea para ti un buen día.
Amanda Cabot.
Septiembre 10, 2007.-
Que el claro amanecer despeje el camino de piedras y dolores.
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