Hoy me animé mucho con el juego de la Roja. Con mi padre teníamos una ardua discusión hace semanas sobre si la llegada de Bielsa tendría positivos resultados. El le tenía fe al DT, pero no a los jugadores. Yo esperaba que sí rindieran.
Y así ha sido. En el partido contra Suiza (que por una jugarreta del destino no vi) pese a la derrota ya se saboreaba una manera distinta de hacer las cosas, lo que se vio ratificado hoy con la victoria en Viena.
Me gusta esto de que los jugadores sean obedientes profesionales, que descubren que haciendo un buen trabajo colectivo pueden sacar chispas al pasto y marcar con un sello especial el estilo de la Roja. Hubo contundencia en el ataque, y eso se agradece.
Ojalá no sea una volada propia del entusiasmo por el "juguete" nuevo (Bielsa y su estilo), si no que por fin los muchachos se tomen la pega en serio, y dejen de lado el maldito "pase atrás" característico del juego chilensis, que creo que con suerte se vio 1 vez en el partido hoy (con los consecuentes reclamos del DT).
Hoy me dio gusto ver una Roja (paradojalmente de blanco) atacando, atancando, multiplicando sus hombres en el campo enemigo; a los jugadores desdoblándose en funciones, con muy pocos errores. Sí los sentí ligeramente empaquetados, como muy cuidadosos de seguir las pautas (con la excepción de Alexis Sánchez, que se mandó un par de lujos), pero confío en que la seguridad en sus capacidades les dé mayor soltura y jueguen no sólo eficientemente, si no también de manera "bonita".
Mi héroe de hoy? Rubio, obvio. Porque se mandó un golazo de antología, que le dio confianza a todo el país futbolístico. Y en general todos, porque pese a ir ganando 2-0 no se echaron para atrás, y siguieron buscando descuentos. Así me gusta Chile, mi alma!

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