martes, 24 de junio de 2008

Sigo sin asumir.

Hoy me encontré una nueva cana. Iba camino a una reunión, y en un vistazo furtivo al espejo del ascensor la descubrí. Casi oculta, pasando inadvertida entre los múltiples rizos que hacen de mi cabeza una copia de la melena del colocho iturra.
No sé si la perspectiva de que mi hermoso cabello castaño comience a grisear me da risa o me atormenta. Será que las múltiples vicisitudes de los últimos tiempos me están pasando la cuenta?
Siento ahora un enorme abismo cuando miro hacia atrás, y recuerdo los viejos buenos tiempos de la infancia... qué distante todo aquello! Casi como si mis recuerdos perteneciesen a otra persona, o fuesen imágenes surgidas de un destello de otras vidas.
Será sólo cansancio?
Sé que si escarbo un poco en mis rulos encontraré más pelos blancos. Creo que está llegando el fin de mi primera juventud.
Y sigo sin asumir otras responsabilidades.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El azar me ha llevado a tu página y con lo poco que he leído ya me he vuelto una incondicional. Puse en google una frase que ayer leí accidentalmente "las palabras no dichas son rosas enterradas" y saliste tú con tu blog.
Y al leer este fragmento, me he sentido tan identificada que no he podido evitar escribirte. Enhorabuena! éres otra de mis fuentes de inspiración..

Lilian Flores Guerra dijo...

Gracias por tu comentario, y bueno, bienvenida cada vez que quieras leer un poco.
El azar nos marca a veces caminos inexplicables...