lunes, 28 de enero de 2008

Ha llegado el fin de esta aventura

Después de un largo recorrido, mi queridísima Amanda comienza a retirarse. Pasa a ser más un personaje de un sueño casi heroico, una luchadora que pese a los obstáculos y sus múltiples caídas (pasaba en el suelo la pobre) logró ponerse de pie, con una sonrisa y la mejor de sus pintas.

Pero ya su hora ha llegado. Nuevos soles tratan de invadir ahora mi mundo, y Amanda, con su mirada perdida en el abismo que deja atrás, debe decir adiós. O hasta que el camino nos vuelva a juntar.

Gracias por todo, Amanda. Espero darte el lugar que mereces en mi historia.

martes, 22 de enero de 2008

Lo extraño!!!

No sé si es un síntoma de inminente solteronía asumida. O la conciencia de haber pasado un caluroso fin de semana estival sola y encerrada en casa. De allegada, más encima. O la imposibilidad de desenredar la madeja de ideas incoherentes que suelen atacarme como tropa de asalto, y que urgentemente requieren de la comprensión de un par de amables orejas que me escuchen sin criticar.

El caso es que echo de menos a Gatoku. Mi niñito! Debe estar pasándolo increíble en la playa, a donde lo mandé con mis padres para evitar su muerte por aburrimiento y calor. Pobrecito, un par de días en Santiago y ya se estaba rostizando. Sin contar con la enorme cantidad de veces en que me despertaba para que le abriera la ventana, haciendo caso omiso de mi biológica necesidad de conciliar el sueño por un lapso de tiempo razonable.

De verdad lo estoy extrañando. Aunque sé que es mejor mil veces que esté cazando aves incautas en la casa de Pichilemu, antes que estar acá escuchando las locuras de su ama trastornada. Allá no, el perla tiene un escondite fantástico para emboscar a los pájaros que tienen la osadía de picotear las verduras que con tanto afán mi tía Rosa se ha dedicado a sembrar. Hasta vi con mis propios ojos el momento preciso en que de un zarpazo arrebató la vida a uno de esos bichos! Sentí una mezcla de orgullo y temor, considerando que estaba durmiendo con un asesino...

Si es posible lo dejaré todo el verano por allá. Acá es poco lo que puedo darle, ya que paso todo el día trabajando y llego en estado de bulto a la casa. Y bueno, pronto llegará el día en que pueda salir del estado de indigencia en que me encuentro, y encuentre un buenísimo departamento cercano a mi trabajo, donde pueda arrancarse, subir árboles y dejar su huella sangrienta por los techos.

Te extraño, Gatoku!!!

Esperarás mi regreso?

Esperarás a que las horas dejen su huella en el aire, y traigan de regreso las caricias de noche y niebla?

Cuando el silencio se hace cómplice a hurtadillas, robando el misterio de una cita escurridiza. Te arrojas a mis pies, y dominas mi soberbia con tu risa burbujeante, y esa luz eterna que me llena aún en la oscuridad más espesa.

Esperarás bajo la luz extinta de tu madriguera a que mis ropas caigan como pétalos mecidos por el viento, y que el éxtasis de tu vientre en llamas me condene a suspirar por tu abrazo?

Como destellos en el fondo de una quebrada, mi aliento se desinhibe; mi voz recuerda trozos de leyendas, y caigo, domada y fiera, mordiendo la fiebre que consume las viejas heridas.

Esperarás a que tu nombre sea dicha y desvelo en mi sangre, a que las estrellas dejen su rastro sonriente sobre mi piel quemada, y a que de mis manos resbalen, sumisas, las lágrimas sedientas de una pasión renacida?

Y llegaré desde mi mundo paralelo, con el sólo anhelo de murmurar conjuros en el pliegue tibio de tu cuello.

Esperarás mi regreso?

lunes, 21 de enero de 2008

Es acaso la noche pretexto?

Encendería tu cigarro, mordiendo mi labio, mirándote con desafío y soñando con las noches de tu almohada.

Bebería la sal contenida en tu vaso. Rodearía una vez tras otra el pliegue de tus hombros con la punta de mis dedos vacilantes.

Es acaso la noche pretexto para que sigas lejos, para que olvides mi reflejo en el agua? Tengo sed de una caricia lenta, de tu boca rozando el umbral de mi delirio.

Calma mi temblor, dame un destello de armonía. Cruza tus brazos sobre mi espalda, que la oscuridad aún amenaza con apoderarse de mis lentas horas muertas.

Sigue diciendo mi nombre en voz baja, que pronto caeré sobre tus pasos, y llenaré tus días con el color alegre de una risa inquieta.

Esa mirada.

Esa mirada, carcomida por el peso de la incertidumbre, no me hace bien.
No me hace bien ese silencio, esa falta de confianza en el porvenir.

Que dejó mancillada mi alma.
Que me quitó la fe que tenía en las ilusiones.

Esa mirada triste sólo trae congoja a mi espíritu.

Ya no quiero esa sombra ennegrecida en el fondo de mis recuerdos.

domingo, 20 de enero de 2008

Y seré alma nativa

Qué caminos desconocidos pretenden abrirse ahora paso hacia mi faz desnuda! Siempre es más fácil huir, correr como si el alma se me fuera a partir en pedazos nuevamente, y olvidarme de ese halo de vida que se cuela por mis dedos.

Pero quiero romper con ese miedo injusto que me paraliza. Quiero olvidar la mancha infame de mi pasado y sonreir, desvergonzada, ante el elíxir de unas manos ansiosas que procuran devolverme la fe.

Y lanzaré a los vientos un juramento, y seré alma nativa. De mi pecho desbordarán los sentimientos, y ya la noche no será más tormento si no cómplice y cautiva.

Ya mis lágrimas no serán si no un recuerdo más de tantas aventuras olvidadas.

Este es mi desafío. Ahora sabré si hay corazón digno de tomarlo como cruzada.

viernes, 18 de enero de 2008

Los surcos de mi estela en tu almohada

Qué es esto que me dicen que sucede, cuando el pulso se detiene y el aliento parece enfermo? Cuando las palabras fluyen sin pensarlas, y mis manos se obsesionan con tu piel de arena y marea.

Qué poder ciego se apodera de mis sentidos, y me trae de vuelta el recuerdo de tus caricias sin freno? Un rincón en la arboleda; los astros como testigos caprichosos. Los vidrios empañados, y el temor desafiante de ver pasar otras gentes...

Qué conjuro invocaste en mi nombre, que sólo en tu abrazo mi boca encuentra descanso? En el ritmo de tu prisa, en mis dedos corriendo sobre tu espalda, y el sonido del agua eterna cubriendo nuestros pasos.

Quizás pases las horas observando los surcos de mi estela en tu almohada. Quizás el silencio sea mi cómplice en esta arriesgada maniobra de susurros y cuerpos temblorosos.

Mientras esta luz quiera seguir encendida le enseñaré al viento las canciones que en tu nombre dejo escapar de mi pecho.

jueves, 17 de enero de 2008

Qué susto!!!

Acabo de vivir una experiencia de la dimensión desconocida. Pasan cosas raras en este mundo. Y eso que soy yo la que está loca.

martes, 15 de enero de 2008

No sé qué haces esta noche.

No sé qué haces esta noche, lejano cómplice de mis andanzas que cultivas en mi rostro sonrisas hasta ahora desconocidas.

Miro a mi lado y me pregunto de qué color son los recuerdos que me traen a tu memoria. Cierras los ojos, e invocas nuestras horas mordiéndote los labios, como yo?

Y aunque el mundo diga que es locura siento una caricia nueva que fluye por mis venas; quiero tenerte atado al designio de mis pasos, y a la vez dejar que corras lejos, para encontrarte en un abrazo sin pausas...

No sé qué haces esta noche, ladrón de besos intensos, que apuestas a cada instante el futuro de mi dicha y mi desconcierto. Tal vez mi silueta se perfile en los rincones de tu cuarto, y tus manos aferren el aire pensando que es mi cuerpo susurrante.

Busco la fe perdida en el fondo de tu marea. Podrán ser menos negras mis profundas pesadillas?

domingo, 13 de enero de 2008

La mar estalla.

Y te miro, cortina que luces exuberante, magnífica. Siento que mi sangre corre al compás de tu estruendo, y que me pierdo en cada gota que cae, enaltecida. Que renazco con sólo observar tu grandeza.

Qué parte de mí se mueve a través de tus corrientes? Observo tu cadencia, y vuelvo a creer en la ilusión de que vivo.

Tanto o más mujer que yo misma. La mar alborotada. La mar en calma. Es la madre que me acoge, y me empuja a saber qué ritmo tiene oculto el mundo.

Serena tras el éxtasis. Soberbia en su belleza. Plena como fémina que revive al abrazo de su amante, que entrega sus dones por el simple placer de amar sin ataduras.

La mar estalla. Vuelve el cielo a presentar sus respetos.

Amanda Cabot.
Enero 12, 2008.-

Promesa

"Y no tendrá mi templo secretos para sus dedos inquietos".

Amanda Cabot.
Enero 11, 2008.-

Todo lo que quiero

Todo lo que quiero es perderme en sus ojos de profundo mirar. Dejar que vaguen por mis formas las caricias trémulas de su aliento nocturno. Entrar en la batalla contra el pasado y la nostalgia sonriendo confiada.

Todo lo que quiero es la bendición de su abrazo, y la plácida compañía azul de sus tiempos sin prisa. Inventar historias ciertas sobre el amor y la lujuria, y emborracharme de gloria en cada matiz que deje su huella.

Todo lo que quiero es dormir en su pecho, y despertar con la dulce complicidad de un beso a escondidas.

Amanda Cabot.
Enero 11, 2008.-

domingo, 6 de enero de 2008

Quise creer

Quise creer.

Por un instante fugaz se me ocurrió que el sol dejaba caer su aura sobre mi frente cansada.

Pensé que el día era luminoso, y que la noche traía susurros de cálido abrazo.

Hasta imaginé mis pasos tomada de la mano de un guerrero fiel.

Quise creer.

En su voz vibrante, en la complicidad de sus caricias, en las horas alegres de cantos y juegos, en la agitada fiebre que consumía mi sangre.

Olvidé que mi ruta está marcada por un destino siniestro, y que sin saber por qué no puedo volver a creer.

Que no tomo otras manos que las del frío destierro, y que la luz matutina sólo marca el destino de los elegidos.

Que maldijeron mi nombre, y condenada estoy a mirar mis ojos tristes en el espejo sin tiempo de la desgracia.

Fue bello creer.

Cariño que no me quisiste

Cariño que no me quisiste. Tan distante resultaron mis voces, que preferiste inventar que no existía y simplemente huir ante mi sombra?

No puedo nombrarte, ni siquiera verte, porque no eres el que creí descubrir, y destruíste en un instante cualquier atisbo de sueño que tímidamente se iba levantando desde mis cenizas.

Déjame morir en el silencio. No detengas tu paso siquiera a mirar el despojo de mi alma brillante que queda varado en el camino.

Sólo llévate tu recuerdo, que ya no quiero esos reflejos despertándome en el encierro.

Es una enfermedad

Es una enfermedad, un rito de dioses crueles. Caída en tiempo libre, desangrada, murmurando un nombre prohibido que no está a mi alcance.

Es un mal, un tormento incesante. Diéronme a beber veneno, mortífero elíxir, y ahora se adueña de mi alma y me hace odiar las horas, todas, que se deslizan silenciosas a mi lado.

Es una parodia, la triste representación de un payaso desahuciado.

Habrá en algún momento paz para este espíritu torturado?

Aguardo en el silencio

Aguardo en el silencio que las rendijas de tu amor extinto vengan a mi lado. Que la quietud de la mañana nos encuentre tomados de las manos, como en plegarias, bendiciendo la calma que me deje oir hasta tus pensamientos más ocultos...

Aguardo como una niña embelesada, cuyos ojos se convierten en pozo profundo de sorpresas y maravillas. Como si en la hora que me ata no existieran más que mis recuerdos en tu mente y sobre tus pasos...

Y aguardo simplemente, como se espera que la tarde se pierda en la mirada de los viajeros. Que no sé si tus labios pronuncian mi nombre, ni si tus dedos dibujan en el aire los contornos de mi cuerpo.

Sólo aguardo que un milagro nazca a mis pies.

viernes, 4 de enero de 2008

Romántica viajera

Sí, soy una romántica. Quiero tenerlo todo: que me conquisten con una caricia imprevista, que me regalen canciones de otras eras. Que despierten mis sentidos con murmullos deslizándose por mi piel ansiosa...

Una flor en pleno invierno.

Un abrazo de madrugada.

Es mucho pedir?

Cada vez que tomas mi mano

Este es mi camino, ésta mi silueta recortándose al viento. Es cierto; cargo misterios, busco miradas pero huyo de los miedos.

Si vas a abandonar mi ruta hazlo ahora, sin demoras. No esperes a que mi corazón desborde de anhelos, ni me dejes tendida en el pavimento. Que el recuerdo de las horas negras está demasiado cerca; sus aromas de soledad incierta aún envuelven mis delirios.

Si vas a alejarte de mis pasos sólo di adiós, y vete. No me dejes esperando frente a una hoja en blanco, preguntándome si acaso no fui la más bella ni la más cierta. No enciendas fuego en mi retina, que el vacío aún me amenaza, mirándome a distancia.

Y si tu piel llama aún a la mía déjala que grite, y encuentra mi sonrisa. Que no entiendo más que el lenguaje del roce de tus dedos, y la paz que se apodera de mi alma cada vez que tomas mi mano.

Una experiencia mística con Iron Maiden

Ayer estaba triste. Tras los sucesos de año nuevo, que me devolvieron la sonrisa y las ganas de levantarme en la mañana, me enfrenté inesperadamente a una colisión brutal. Desde el rincón más inesperado de mis afectos recibí una andanada de insultos, merecidos o no da lo mismo, pero que me tuvieron bien cabizbaja no por el calibre de las palabras, si no por la intención que pude sentir en ellas.

Así andaba, molesta, incómoda, hasta que tuve que hacer una cola inmensamente larga en un banco. Pensaba en esos avatares cuando llegó a mis oídos la música inconfundible de Iron Maiden, que generosamente compartía otro chico que estaba en la fila. Fue cosa de empezar a mover el pie siguiendo el ritmo, para sentir que un volcán entraba en erupción dentro de mí.

Y qué tanto? Puede ser que me haya equivocado, que mis decisiones no hayan sido las mejores, pero nadie puede negar que me he hecho pedazos el lomo y la cabeza para sacar adelante mis proyectos. Que ni vida personal he tenido en el último año, por dedicar todas mis energías a trabajar. Que los fines de semana para mí no cuentan, y he postergado mi propio ocio por cumplir con las expectativas que en mí se pusieron. Que incluso cuando no podía levantarme y ni siquiera comía igual lo único que intentaba hacer era prender el compu y seguir produciendo.

Esa soy yo. Medio loca? Loca entera! Vivo en un mundo paralelo; las reglas de la sociedad no existen en mi espíritu, y mientras todos miren hacia el suelo yo estaré buscando el detalle poético en las luces del amanecer.

Pero soy el ser humano más aperrado que conozco, el más jugado, y el que si tiene que sacarse la comida de la boca por los suyos lo hace.

Por eso entiendo que puede haber molestia y hasta enojo hacia mi persona por no haber logrado todo lo que de mí se esperaba. Lo siento; hice mi mejor esfuerzo, más soy humana y tengo límites. Pero eso no justifica que deba recibir una cantidad inconmesurable de insultos gratuitos, que deba aceptar que busquen en mis acciones malas intenciones, y que antes de taparme de malos comentarios y frases siniestras no se acuerden que cada vez que me necesitaron estuve ahí. Porque a final de cuentas eso es lo que vale. La plata se la lleva el viento.

Y Iron Maiden me trajo de vuelta. Sentí cómo corría por mis venas, despertando de su letargo, la energía vital que siempre ha movido mis pasos.

No me verán rendida. Si debo salvarme sola, lo haré, como siempre. Pero no dejaré de ser yo, viva, loca y rematada. Pero llena de un amor incontrolable hacia quienes quiero. Espero que eso no se les olvide.

miércoles, 2 de enero de 2008

Reflejo de estrellas

Dame la paz de morir en cada reflejo de estrellas. De vibrar con los sones enardecidos del viento jugando con mis cabellos. De enloquecer de fiebre y delirios con el roce de tus manos.

Dame la urgencia de un beso en cada momento. De extinguir mi sed milenaria con el calor de tu cuello. De provocarte sin tregua, con tormentos y deleites en la mañana.

Dame un motivo para creer en tu abrazo, y desafiar al vacío entre tu cuerpo y el mío.

Amanda Cabot.

Enero 1 de 2008.-

Agradecida de la vida

Terminé el año echando pericos por lo catastrófico que fue, pero ahora, con la tranquilidad que me da el haber comenzado este nuevo ciclo con el pie derecho, miro atrás y siento agradecimiento.

A los amigos y amigas, pocos pero buenos, que estuvieron a mi lado, compartiendo mis risas y mis lágrimas.

A mi familia, que en bloque se alineó junto a mi lecho y me dio la tranquilidad de saberme querida y aceptada pese a mi locura eterna.

A aquellos que me dejaron, que liberaron su espíritu y marcharon lejos, pero que antes de irse tuvieron un gesto cariñoso para mí.

A los locos amores del verano, que con sus historias, aventuras y sencillez me abrieron paso al mundo, y despertaron en mi espíritu las ganas de volar.

Al frío del invierno, que me hizo encontrar refugio en mis propias cobijas, en mi interior y en mi fortaleza.

A un hombre alado de ojos tristes, que con su paso fugaz por mi ruta encendió el fuego de mi talento olvidado y me empujó al reencuentro con mi vocación renacida.

A toda la experiencia, mala y buena, que me hizo bucear en las aguas más profundas y oscuras, para elevarme un día, limpia de temores y sedienta de vida.

Y a esa noche llena de luces que me trajo el regalo de volver a creer.