Es una enfermedad, un rito de dioses crueles. Caída en tiempo libre, desangrada, murmurando un nombre prohibido que no está a mi alcance.
Es un mal, un tormento incesante. Diéronme a beber veneno, mortífero elíxir, y ahora se adueña de mi alma y me hace odiar las horas, todas, que se deslizan silenciosas a mi lado.
Es una parodia, la triste representación de un payaso desahuciado.
Habrá en algún momento paz para este espíritu torturado?
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