domingo, 13 de enero de 2008

La mar estalla.

Y te miro, cortina que luces exuberante, magnífica. Siento que mi sangre corre al compás de tu estruendo, y que me pierdo en cada gota que cae, enaltecida. Que renazco con sólo observar tu grandeza.

Qué parte de mí se mueve a través de tus corrientes? Observo tu cadencia, y vuelvo a creer en la ilusión de que vivo.

Tanto o más mujer que yo misma. La mar alborotada. La mar en calma. Es la madre que me acoge, y me empuja a saber qué ritmo tiene oculto el mundo.

Serena tras el éxtasis. Soberbia en su belleza. Plena como fémina que revive al abrazo de su amante, que entrega sus dones por el simple placer de amar sin ataduras.

La mar estalla. Vuelve el cielo a presentar sus respetos.

Amanda Cabot.
Enero 12, 2008.-

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