Así es. Lo reconozco. No he escrito nada en mi antiguo blog hace bastante tiempo. Lo que sucede, a decir verdad, es que ya no me siento identificada con él. Es decir, la motivación, los sucesos, los cambios (tanto internos como externos) son parte de un capítulo que considero ya cerrado, y por lo tanto, su sólo nombre me hacía sentir como ajena a él.
Pero como el bichito va en la sangre, e indica que si mi cartón dice "periodista" al menos es porque me gusta darle a la tecla, acá vamos de nuevo, no sé si iniciando una nueva era (capaz que mañana ya me dé lata volver a escribir, una nunca sabe), pero al menos con ganas de decir que aquí estoy, sigo viva, y bueno, de repente a alguien le interese saber en qué va mi atribulada existencia.
Aviso de antemano que no pretendo ser entretenida ni nada de eso, así que si me dan ganas de mandar a la humanidad al carajo en estas líneas, espero que no se sientan identificados. Son sólo peleas con uno de mis "yo" internos (son varios, a veces los identifico con cartas del tarot... otras veces con los pitufos. Depende de cómo me haya levantado).
Por qué "Amanda Cabot"? Re simple: Cabot era el apellido de mi pseudónimo cuando escribía con ganas (lo saqué de la historia de Chile, no es de puro pirula que soy), y Amanda, bueno, me gusta mucho ese nombre y la canción ídem de Boston. Aunque algunos se rían de mí porque me encanta el rock medio añejo. Sorry.
Nota de la foto: fue tomada por mi hermano menor un día X en Pichilemu, este verano recién pasado. Me veo como "buenita", no? Las apariencias engañan. Mejor ni me acuerdo en qué terminé esa noche (y en realidad, no me acuerdo).
Amanda C.
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