viernes, 29 de agosto de 2008

De viajes y descubrimientos

Me encanta viajar. Dejarme llevar por el aroma impreciso de cada lugar que visito. Descubrir el brillo o la pesadumbre en los ojos de quienes se cruzan en mi ruta, sentir en mi cara el calor particular de cada rayo de sol, que es siempre el mismo pero cambia de una latitud a otra...

Pero no me gustan esos viajes estresados tipo "descubra Europa en una semana". Cómo puedes percibir la magia de cada espacio, respirar las miles de historias que palpitan en las esquinas, si sólo haces un paseo apurado bajo el mando imperioso de un guía que quiere terminar rápido la ruta?

Hay que vivir en cada sitio! no importa que uno se pase las vacaciones completas en un solo pueblo polvoriento. Recorrer sin más indicaciones que el pulso y el instinto; descubrir rincones desde el particular punto de vista de cada uno; saltarse las rejas y dejar que los pies te lleven...

Y la gente. La gente que da vida a cada sitio es la que mejor puede mostrar su alma. Ellos jamás te llevarían a los sitios de las postales! La idea es que te abran su corazón, y conquistes su confianza para que te muestren los sitios prohibidos, aquellos vedados a los ojos del intruso y sus monedas incansables. Si lo logras, claro.

Cuántos espacios esperan para que los descubra!

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