sábado, 26 de mayo de 2007

Cuántas horas más he de pasar buscando en el espejo una imagen que aquiete mis pensamientos. Cómo he de vibrar con energías desconocidas; la faz dormida del ayer se me revela en su esplendor, y dibujo círculos, miradas secretas, tormentos oscuros olvidados en los viejos callejones de mi pasado.
Y pienso…

Cada noche me trae una nueva fantasía. Cierro mis ojos con temor, maldiciendo el momento en que la luz herirá mi mente y revelará el cuadro gris de mi agonía.

Y caigo…

Y en la completa incertidumbre del porvenir me muevo como una autómata. Mis manos rozan los objetos sin sentirlos, mi aliento se congela en el aire que envuelve mis pasos. Un veneno curativo se derrama lentamente desde un cáliz sobre mi espalda, gota a gota, en una lenta maraña de sueños fragmentados.
Y espero…

Amanda Cabot – amada verdad que se escapa de la razón…
Mayo 26 de 2007.-

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