jueves, 31 de mayo de 2007

Ayer decidí que quiero ser feliz.

Sí, es una decisión tomada.

Ahora, qué diablos se hace para aquello?

Tal vez disfrutar con la súbita lluvia y los gloriosos truenos de esta tarde.

O degustar un chocolate bitter sin convidarle a nadie (ni a mi gato).

O ver un programa de TV sin volumen.

O cerrar los ojos y dejarme ir...


4 comentarios:

enrique dijo...

Hola, al parecer nos conocemos.. De casualidad encontré este log.
Cómo estás?
Asi que te gusta el metal, porqué será??
bueno
saludos

Enrique

Ramah dijo...

que falta...querer serlo...el resto es historia de nobelas

Anónimo dijo...

Yo opino que para ser feliz no hay que cuestionarse. Si partes por ahí, todo va a estar mejor.

Lilian Flores Guerra dijo...

Enrique: a ver, a ver, mi memoria me dice que conozco sólo a un Enrique, y que curiosamente es el culpable de mi adicción por el doom metal. Serás aquel? y si es así, cómo se te ubica?
Bueno, si leíste el resto del blog te harás una idea de cómo estoy...
Si eres el que pienso, te mando un abrazo y espero poder conversar más en extenso (saber cómo te va). Si eres otro y te confundí, bueno, lo mismo.
Cariños.

Ramah: amigo mío, creo que tengo para varias novelas medio esquizofénicas, con variedad de personajes aglutinados en mi humanidad.

Anónimo: creo que el Zen te da la razón. Ahora, el camino es largo, para llegar a ello... y la tentación de caer en la trampa es muy grande. Pero gracias por la sugerencia, la tendré demasiado en cuenta.