jueves, 27 de diciembre de 2007

Por qué te asomas por las rendijas de mi vida ciega

Por qué te asomas por las rendijas de mi vida ciega, con tu sonrisa descuidada y la infatigable sed de una boca que no duerme?

Qué buscas en este exilio? La paz para tu alma? Una canción que nadie haya escrito?

Deja que tus pies te lleven lejos de mí. Que mi corazón aún late al ritmo de muerte de mi último amor inconcluso. Que me desangro con cada gesto, y no quiero que lamentes la pérdida de un afecto. Que soy cenizas que aún no reviven, y no quiero cubrir tus ojos con el manto de mi dolor lacerante.

Pero si vienes, y traes tus manos benditas y libres...

Derramaré sobre ti tempestades, fluirán las aguas desde todos los rincones. Mi voz será señuelo y perfidia; ataré mi destino a tu silueta, y caerás a un abismo gritando mi nombre.

Que no hay manera de aquietar mi fiebre. Que no existen razones para ser racional. Esta noche, y todas las que vengan, seré elíxir de dulzura y amargas desazones. Odiarás mi recuerdo, y ansiarás beber de mis semillas.

Porque no hay angustia más ansiada que la del hielo de mi sangre hecha deleite.

No hay comentarios.: