domingo, 9 de diciembre de 2007

Que otra vez será...

Anoche vi a un chico demasiado guapo. En exceso. Chasconcito, mediana estatura, joven (of course), y para variar, músico. Qué extraña fijación tendré con esa maldita raza!

Luego, al mirar el resto de la concurrencia, noté que habían varios especímenes dignos de ser observados. De hecho, mi amiga insistía en mostrármelos, en su afán por hacerme despertar de mi sopor sentimental.

Pero no hay caso. Puedo ver y requete ver, pero tal vez nunca pueda ser como aquella desquiciada de antes, que cuando se le metía un prospecto en la cabeza, de alguna manera sutil siempre lo conseguía. Ahora poco hay de eso. Con suerte me atrevo a mirar a alguno, y ya estoy pensando en el desastre que resultaría, por lo tanto me limito a observar escondida tras mi vaso de coca light.

Quizás cambiando de aire recupere las fuerzas, y pueda tener una actitud más amigable. Pero creo que mi labor en Santiago ya terminó, y sólo debo terminar de subir la cuesta para poder encaminarme a mi santuario personal.

Tal vez entonces me atreva a sonreirle a los chicos descarados que me observen en la calle, o en la disco, o en un bar. Por ahora, que otra vez será...

Pd.- el guapo menor de edad de ayer se parecía a Smith, el joven y apuestísimo actor que Samantha se conquista en la serie Sex and the City. Maestra!

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