Y si muerdes mi saliva mientras aún estoy viva?
Déjate caer por mi ventana antes que me olvide del sabor de una mirada. Toma mis ofrendas como dones encantados; antes que el tiempo haga trizas mis cabellos, y que el sol deje de brillar ante mis pasos.
Y si enciendes esta hoguera con la sal de tus heridas?
Hazme bendecir el cielo y sus horas. Calma mi sed de lucha, llévame a una escena donde nadie apunte mis defectos; dime que soy bella, y que pasarías el tiempo sólo escuchando el eco de mi voz en sueño.
Y si corres, te levantas y olvidas tus cadenas?
La luz de mi cuarto está aún encendida. La puerta sigue abierta; no olvides que otra brisa estival traería lluvia y recuerdos, cerrándola por dentro.
lunes, 3 de diciembre de 2007
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