Todo el silencio de la noche lo dedico a tu mirada, a esa plácida trascendencia que expira como nube mientras aguardo una respuesta.
Todo el cielo negro se vuelca en tus manos. Escapas de mi memoria, te haces recuerdo y herida, mientras corro a mi destino incierto.
Las fauces del horizonte devoran los nuevos caminos. Te escapas de mi abrazo, resbalas como el agua entre mis dedos, y sólo quedan las palabras vibrando en el espejo.
Todo el silencio de la noche me envuelve, me habla de ti, y me dice que estás lejos.
viernes, 7 de diciembre de 2007
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