jueves, 8 de noviembre de 2007

Qué más puedo perder!

Qué más puedo perder!

Si ya lo di todo. Mi sangre, mis desvelos, los colores de la aurora resbalando sobre su faz dormida...

Si ya perdí en un vacío imaginario mi pudor y mi vergüenza. Si los sueños se quemaron en la hoguera de mi piel herida, y el fantasma de la locura se asomó más de una vez por mi ventana sin cerrar.

Si las horas dibujaron surcos en mi rostro, y dejé olvidados en su refugio el calor de un abrazo y las mentiras eternas que tanto me gusta escuchar.

Qué más podría perder!

Las plegarias a la luz de una vela, mis propios labios recorriendo los pliegues ocultos de su cuello...

Los silencios quietos, los susurros, la bendita sed de su alma devorándome.

Qué más!

Si ya no quedan lágrimas ni santos a quienes rogar por mi suerte. Mi maldita suerte.

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