Y me iré, con la sonrisa pegada en las gotas de rocío que caigan de mis cabellos.
Me iré liviana, flotando sobre las sedas y los terciopelos que cubrirán mis pasos renacidos.
Porque en mí habitará la gloria, con mañanas plenas y luces de colores, con tardes apacibles, con el susurro impreciso de voces antiguas en mi oído.
Porque mi camino se trazará sobre roca y arena, porque el bosque silencioso acogerá mis lágrimas y me brindará un nuevo día por cada una de ellas.
Porque las flores se abrirán cuando las mire, y el viento hará una pausa para oir mi voz recitando un poema.
Será un nuevo amanecer para mi alma.
miércoles, 17 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario