jueves, 4 de octubre de 2007

Los hombres no crecen

Me salió medio feminista o amargada esa frase, pero cada día que pasa me convenzo más de que es cierto: los hombres han sido, son y serán por siempre unos niños.

Conversaba esta tarde con una amiga, estupenda y amorosísima ella, que tras 3 años de relación aprox. con un especímen de categoría ultra especial está esperando un hijito. Nótese que hablo de un bípedo de la estirpe más compleja e inmadura: los treintones que tienen una banda de rock. Niños grandes, que soñaban con pisar un escenario y rodearse de fans, y que con su primer sueldo se compraron la tan anhelada guitarra, bajo o batería, o el amplificador de voz, o el teclado...

La última gran pelea de mi amiga con su novio fue debido a que, a sus cinco meses de embarazo, ella le pidió que tratara de mover un poco los horarios de ensayo de la banda, ya que el bloque vespertino de cada sábado el joven lo dedica a la música, quedando la pobre sola en su casa. A mi juicio, el de ella y el de cualquiera que tenga sentido común, la petición no fue nada del otro mundo, pero provocó un cataclismo de magnitudes XL. Casi llorando le reclamó el muñeco que sentía que estaba perdiendo lo que era más importante en su vida, que estaba dejando de ser él, etc etc. Portazos, gritos, abandono del hogar y ausencia de tres días, para luego volver en estado de intemperancia y pidiendo perdón en nombre del amor.

Yo no tengo nada en contra de la expresión artística. Al contrario, soy una convencida de que cada ser humano tiene un talento especial, y que si lo desarrolla y le gusta puede hacer algo decente y que sea provechoso para él mismo y para el resto. Pero no me cabe en la cabeza cómo puede un pailón de 33 años, con un buen trabajo, con estudios, que está formando una familia, pretender tirar todo por la borda porque no puede dejar de lado el rock'n roll? Si ni siquiera vive de eso! Si es un cacho, muchas veces, que más que una entrada económica es una permanente fuga de recursos, que acarrea múltiples responsabilidades y pocas satisfacciones!

Igual creo que es más difícil para mí dimensionar lo que implica estar en una banda. Lo que yo humildemente hago es una creación individual, y gracias a dios no tengo que coordinarme con nadie para escribir. Pero cómo para alguien va a ser más importante su hobby que el futuro de su familia, su bienestar, su propia felicidad?

Sexo, drogas, alcohol y rock'n roll. No me digan que no, porque estuve a fondo en ese oscuro mundo y gracias a todos los santos y unos cuantos agregados dije "hasta luego, muchas gracias". Cabros chicos, hombres que ya están en edad de soñar en grande, de mirar en su interior y no tienen más obligación que ser felices y hacer felices a quienes quieren, y en vez de eso se sienten importantes arriba de un escenario, firmando autógrafos, tomando como por encargo y después lamentándose por el tiempo y esfuerzo perdido.

Qué pasaría si a mi amiga, en una de esas ausencias, le dan contracciones y debe partir a la clínica? Claro, ella, como toda mujer hecha y derecha, solucionaría el problema y llegaría por sus propios medios a buscar ayuda. Pero y él? Cómo no se lamentaría después, porque no estuvo ahí, porque la dejó sola un sábado en la noche por andar tomando y tocando la guitarra!

Inmaduros, que cuando les dicen que serán padres se iluminan, inflan el pecho y hacen uno y mil carretes para celebrar con los amigos, pero que a la hora de los quiubos, cuando se necesita que estén ahí, sueltan el lloriqueo y se lamentan porque "no puedo participar con mi banda como antes". Si no tienen 20 años, pues!

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