lunes, 15 de octubre de 2007

Será posible?


La mujer de la izquierda, al parecer, fui yo en otra vida. No estoy jugando. Mi amiga Paz lo asegura.

Ella fue Lilla Cabot, pintora impresionista estadounidense, nacida en Boston en 1840 y algo. Se casó con un profesor de literatura inglesa llamado Thomas Perry, tuvo tres hijas, la del medio fue bautizada como Edith.

La gracia de esta señora es que a los 36 años recién comenzó a estudiar pintura, y se entusiasmó tanto que agarró camas, petacas y familia, yéndose a Paris a perfeccionarse.

Allá se hizo amiga nada menos que de Claude Monet, quien fue su mentor. Después de una larga temporada en tierras francesas, su marido se consiguió una peguita en TOKIO, y allá se fueron por 8 años.

Se destacó por estudiar a fondo técnicas japonesas, sumando a ello sus estudios de impresionismo, lo que la ayudó a crear un estilo propio y particular que le mereció bastante respeto entre sus pares, llegando incluso a ganar concursos y medallas.

Además escribía poesía, y publicó 4 libros.

Murió en 1933.

Coincidencias?

Mi primer pseudónimo fue Lilian Cabot (el Cabot se me ocurrió un día, así de la nada. Después encontré por ahí que habían unos hermanos argentinos que participaron en la guerra de la independencia, y como siempre he sentido una fascinación especial por la historia bélica de Chile, dije "ésta es la mía"). Ah! y bueno, mi nombre real es Lilian. Que suena sospechosamente parecido a Lilla.

Artista, pintora (no pinto ni el mono, pero siempre me ha gustado el diseño de vestuario y la combinación de colores). Mi estilo favorito es el impresionismo, que tiene orígenes que se mezclan con el romanticismo. Escribía poesía. O sea.

Anoche pensaba que si una de sus hijas se llamaba Amanda o Madelaine me iba a desmayar. Claro que después me di cuenta que el "Amanda" lo saqué de la canción homónima del grupo BOSTON (curiosamente la ciudad natal de Lilla).

Al mirar el autorretrato de Lilla le encuentro un airecillo familiar. La nariz alargada, los ojos grandes café verdosos...

Y lo mejor de todo, es que era una mujer adelantada a su época. No usó el apellido del marido, si no que lo agregó al final, y cuando le dio la locura creativa partió a Francia. Siempre he creído que viví en Francia en otra encarnación... si no, de dónde sacaría el nombre La Madelaine para mi empresa?

Más coincidencias? Su casa era casi centro de reunión de artistas, lo que me suena ligeramente parecido a mi afán de rodearme de músicos. Creo que con mi historial podría armar un par de bandas... y completitas.

Ah! y la vida en Japón... por qué me serán tan cercanas las reflexiones del Zen? Como si no aprendiera, si no que redescubriera conocimientos en mi interior.

Otra más. A la socia le bajó medio tardecito el ímpetu creativo, lo que se parece un poco a mi tardío redespertar literario.

Ahora sólo me falta conocer a un Tomás y que sea profesor de algo, y me desmayo.

5 comentarios:

Pazchina dijo...

Bueno querida:
En algún rinconcito de la ciudad luz nos encontramos (en q condiciones no se y en que momento anterior tampoco)pero desde allí que viene esta maraña de situaciones que nos rodea...

Lilian Flores Guerra dijo...

A mí me tinca que la maraña viene de antes... nadita de raro que anduviéramos en las cavernas preguntándonos por qué nuestros cazadores eran tan insensibles cada vez que tocaba repartir la presa...

Pazchina dijo...

Jajajajajaja

Anónimo dijo...

Me he deleitado leyendote, el comentario lo dejo aca porque el tema ´da para una opinión, los otros, ¡¡muy bien narrados Amanda!!, algunas cosas mucho mejores que las que envias el grupo, te felicito, en cuanto a esto, busca en el biografia de ella, si tanto te interesa, sus temores, de que murio, lo físico, o su entorno no siempre tienen algo que ver, el el alma la que va en transito, en todo caso, ¡interesante el tema ahh!, cariños. Binah

Lilian Flores Guerra dijo...

Binah! gracias por visitarme. Tus comentarios son muy valiosos para mí. Y sí, me pasa que sólo algunas cosas las mando al grupo, generalmente aquellas de las que me he desprendido un poco de la carga emotiva, y puedo recibir críticas sin que me demuelan el alma.
Espero seguir viéndote por acá!!! Cariños.