miércoles, 24 de octubre de 2007

El arroyo y sus piedras ocultas.

Ni mi pasado, ni las ruinas, ni el ronco brotar de mis entrañas tendrá importancia cuando me vaya. Seré libre, con alas destellantes; libre, como una hoja que se mece en la brisa matutina.

Y cabalgaré más allá de mis sueños, guiada por los astros, escoltada por la noche. Mi voz será un canto que deleite los corazones.

Y mis manos ya no tendrán frío, ni mis labios sentirán la sed oscura del calor hecho ceniza.

El arroyo y sus piedras ocultas susurrarán mi nombre en la distancia.

Amanda Cabot.

No hay comentarios.: