miércoles, 5 de septiembre de 2007

Caminé, por calles y senderos que no había visto.

Caminar no me sirve. Esta tarde recorrí muchas calles, vi cómo el verde florece en las aceras, cómo caían pétalos desmembrados ante mi paso. Pero en mi mente no hubo claridad, sólo demonios y tormentos enmascarados.

Pienso si acaso llegará el día en que despierte y lo primero que venga a mi cara sea una sonrisa. Si abriré los ojos y descubriré nuevos destellos al mirarme en un espejo. Si mis brazos serán cobijados por algo más que mis propias manos ateridas.

Ahora camino, ni rápido ni lento. Sólo dejo que el aire a medias se apodere de mis pulmones. Siento en la piel el roce cristalino del sol, que no alcanza a llegar a mi espíritu.

Quiero paz, pero una tristeza oculta empaña el resplandor nocturno.

No hay comentarios.: