lunes, 17 de septiembre de 2007

Revivir

Esta tarde vi una película muy bella, de esas que cuando se tiene toda la vida y expectativas por delante evitas mirar, pero que ahora curiosamente me llamó la atención.

Un hombre iba a morir. Estaba en la plenitud de su existencia; estaba casado con una linda mujer, esperaba su primer hijo, tenía una pujante empresa, pero un cáncer al páncreas y los pulmones le daba sólo unas semanas de vida.

La película trata sobre la búsqueda de este hombre de su paz interior, de cómo acepta la muerte inminente, se reconcilia con su pasado (incluyendo una familia de humildes orígenes), y se acerca a la espiritualidad, alcanzando poco antes de morir aquello lla,ado felicidad.

Con Maca hablábamos hace unos días sobre esto. Ella había estado en una reunión de enfermos oncológicos, y de pronto comprendió algo similar.

Tenemos todo para disfrutar de este paso por la vida. Una y otra vez se presentan ante nuestros ojos oportunidades, personas, momentos bellos, que muchas veces por correr tras una felicidad concreta y que llegará "algún día" nos perdemos. Y cuando nos damos cuenta, las oportunidades ya se fueron, las personas se aburrieron de esperarnos, los momentos ya pasaron.

Cuesta comprenderlo, pero no hay más felicidad que la que podemos encontrar en nuestro interior. Sentirnos cómodos con nosotros mismos, disfrutar intensamente cada momento. Esta taza de café que me acabo de tomar; la película vieja del cable que tengo la posibilidad de ver.

En vez de sufrir por lo que se me niega, por lo que afanosamente se mantiene lejos de mí, podría ver la luz que muere en mi ventana y sus miles de colores, respirar la brisa de la tarde mientras camino hacia mi casa, reir con las gracias de mi gato. E imaginar historias increíbles, por el sólo placer de crearlas en mi mente y compartirlas con quien quiera leerlas.

Quizás esa sea la lección de la película que vi, o del encuentro que tuvo Maca con esos enfermos. De no esperar a que tengamos un episodio trágico que lamentar para mirar hacia adentro y vivir la vida que queremos. Mientras aún tengamos tiempo, y no corra en nuestra contra un reloj y sus campanadas anunciando el fin.

2 comentarios:

Pazchina dijo...

Yo tambien la vííííííí! dificil es experimentar el gozo de la vida solo por lo que es, pero no es imposible o por lo menos aquellos momentos en que si lo conseguimos son suficientes para encontrar el sentido a este gran juego en que estamos inmersos. un besote.

Lilian Flores Guerra dijo...

Así es, en realidad. Hasta una tarde caminando y sintiendo la brisa en la cara puede ser muy especial.