domingo, 16 de septiembre de 2007

El punto de no retorno

No, amiga, esta vez no llegué a ese punto.

Esta vez creo que tomé en cuenta todo mi confuso historial, que al margen de ambientarse en distintas locaciones tiene muchos puntos en común, como una especie de patrón de conducta.

Me demoro, a veces demasiado, pero siempre llego a un nivel en que cualquier cosa, un detalle, una palabra, me hacen dar vuelta la página sin posibilidad de retorno. Eso lo sabes, amiga, porque siempre te causa admiración que pueda decir "basta" sin posibilidad de arrepentimiento, y ni las flores, los ruegos, los anillos, son capaces de hacerme cambiar de opinión. Pero sabes? Eso no es admirable. Es sólo una reacción visceral, que se transforma en una especie de mandato.

Pero ahora... ahora no llegué hasta allí. Creo que hubiera seguido igual por un tiempo, no sé cuánto, tal vez unos días, unas semanas (nunca sé cuándo será), pero inexorablemente habría llegado.

Me dijiste que sería difícil, que dolería bastante. Acá estamos, tratando de hacernos la idea. Aunque ya casi no hay sensación amarga desconocida; siempre existe la chance de descubrir un sufrimiento nuevo.

Esta vez me prometí a mí misma que crecería, que sería fiel a mí antes que a nadie, y que aunque me costara lágrimas de sangre lo cumpliría. Para eso están estas páginas. Seguro ellas sabrán recibir mis descargos, como siempre.

Amiga, vamos a bailar. Vamos a salir, no sé, respiremos aire nuevo, aunque esté plagado de humo. Volvamos a ser las reinas de cada lugar que visitemos. Quizás no nos demos cuenta, pero más temprano que tarde olvidaré el pasado reciente, y seré la Lily que siempre quise ser.

Bueno, ya partí con el pelo. Veremos cómo sigue.

2 comentarios:

Pazchina dijo...

Me parece fantastic! bueno es un paso más hacia ti, hacia la Lilian que hay en el fondo, caminando a encontrar su reflejo en el espejo, sin disfraces, sin maquillajes.

Pazchina dijo...

Bueno lo del maquillaje... en realidad para salir a celebrar este reencantamiento con la vida es justo y es necesario (un poquito) para sentirnos bellas y hermosas je.