domingo, 24 de junio de 2007

Me quedo con tu sonrisa

Me quedo con tu dulce gesto, con tus manos grandes sujetando las mías. Me quedo con tu sonrisa, amplia, segura, burlesca de mis dichos y cariñosa con mis arranques.

Me quedo con tus labios gorditos, golosos, que entre más mordía más me esclavizaban.
Me quedo con tu piel, con los contornos de tu cuerpo, limpio y sereno, con tus brazos fuertes que me llevaban hasta el éxtasis y el desmayo.

Me quedo con tus ojos cansados. Con el brillo que a veces logré despertar en tus pupilas, con el suave parpadear de tus horas relajadas.

Me quedo con tu aliento. Con tus dedos recorriendo suavemente mi vientre hundido.

Me quedo con tus manías. Con los pequeños estremecimientos cuando mis caricias recorrían tu espalda.

Me quedo con tu boca suave dibujando símbolos secretos desde la punta de mis pies.

Me quedo con mi mejilla apoyándose en tu pecho. Con la suave luz del sol de invierno que nos cubría, y el beso que en mi frente dejaste como despedida.

Me quedo con un jirón de tu alma, que se prendió sin buscarlo de mi sangrante corazón.

Por siempre, por la eternidad.

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