viernes, 13 de julio de 2007

Estos días me recuerdan mi infancia

No sé si es el color de la tarde, bañado con el gris luminoso de las nubes que se descargan. No sé si es el vestirse con miles de ropas, incombinables entre sí (total, no existe la más mínima intención de asomarse a la calle), pero este día, y todos los que se le parecen, me recuerdan mi infancia.

Al mirar por la ventana no puedo si no traer a mi memoria algunas tardes, de colores similares, caminando hacia el colegio, con mi paraguas pequeñito, feliz de vencer a los elementos y dispuesta a vivir una nueva aventura (nada de raro que golpeara a una de mis compañeras...).

Para hacerla de oro me falta sólo el dulce sabor de unas sopaipillas pasadas. Uuuuuyyy, qué tiempo que no pruebo una de esas!!! Claro que en mi casa no se distinguían precisamente por pegarse a la tradición. A mi madre le cargaba tener que hacer sopaipillas porque lloviera, así que las preparaba en cualquier momento. Pero no importa. Si tuviera un par en mis manos, mi felicidad diaria sería completa, y podría dedicarme a mis labores con una sonrisa más amplia que de costumbre.

Pd.- claro que bien difícil lo veo, porque no me imagino al gato preparándolas... quedará en un deseo, no más.

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