lunes, 9 de julio de 2007

Hoy estuve de santo

Hoy estuve de santo. Como desgraciadamente no existe Santa Lilian en el calendario (creo que existe Liliana, pero yo no me llamo así), de pequeña un tío me celebraba cada 9 de julio, día de Santa Verónica (mi segundo nombre) llegando con algún engañito a mi casa. Bueno, era la única persona que se tomaba la molestia, ya que en mi casa nunca nadie le dio la más mínima importancia al santoral católico.

Generalmente mi santo pasaba desapercibido, pero por alguna extraña razón esta vez lo recordé. Cuando niña era inevitable, ya que para llegar a la casa de mis abuelos paternos debía pasar por una calle llamada 9 de julio, y en mi inocencia pensaba que se debía a mi festividad.

La última ocasión que alguien se acordó fue el año pasado, cuando mi ex, en un intento por recuperar mi confianza, me envió un ramo de rosas. Azules. Pobre, si me hubiera conocido un poco habría sabido que me cargan las rosas azules (habiendo tanta flor bonita, como los Lilium, por ejemplo, y no hay que usar mucha imaginación, ya que ese es mi primer nombre... en fin).

El nombre significa "Verdadera Imagen" (vera=verdadera, icon=imagen). Habrá que hacerle honor!

Hace unos momentos me dio la curiosidad por averiguar de dónde vendría la fiesta, y descubrí curiosos datos de mi tocaya.

"De pequeñita era tremendamente inquieta y solamente su padre le tenía la suficiente paciencia para aguantarle. Su defecto principal era el querer imponer sus ideas y caprichos a los demás. Y así un día invitó a sus hermanas a que la acompañaran a rezar el rosario, junto a un altarcito de la Virgen que ella se había fabricado, y como ellas no quisieron ir, arremetió a patadas contra las costuras que las otras estaban haciendo y telas y costuras rodaron por las escaleras abajo".

"Después de una de sus bravatas tremendas y desproporcionadas, le pareció que Nuestro Señor le decía cuando ella estaba rezando: "Tu corazón no parece de carne sino de acero". Esto la hizo cambiar totalmente en su trato con los demás".

Chistosa la santa. Me pareceré en algo a ella? Quizás en su enclaustramiento voluntario (fue monja capuchina), pero definitivamente sí en lo enojona. Parece que el camino a la santidad no está vetado para los que poseen mal carácter.

2 comentarios:

Pazchina dijo...

mmm hablando de enclaustramiento voluntario...jejeje

Lilian Flores Guerra dijo...

Si po, si a mí nadie me tiene amarrada a mis dulces cobijas...