viernes, 6 de julio de 2007

Qué lindo es ser chilena!!!

Me gusta la gente oportunista. Esa que recibe como caído del cielo un regalito, y sabiendo que está en el momento preciso y en el lugar adecuado, aprovecha la ocasión, y cambia la historia de su vida.

Por eso me encanta Nicolás Medina. No sólo porque sea de la U, si no porque silenciosamente, sin estruendos ni lucirse demasiado en cualquier parte, agarra la pelotita cuando cae en sus pies, y marca el gol que tanto necesitamos.

Esta noche volví a sonreír, y a sentirme feliz de ser chilena. Y no es por subirme al carro del triunfo (es re fácil colarse en la micro cuando va llena); quienes me conocen saben que sufro, grito, sigo, aplaudo cada uno de los partidos de mi Roja linda de siempre, y que hasta el himno nacional canto junto con los jugadores (costumbre adquirida en las eliminatorias para Francia '98, y que le moleste a quien le moleste, mantengo inalterable aunque llegue a dar vergüenza a los espectadores).

Qué importa que a la selección adulta le estén sacando la mugre en Venezuela, que haya pasado raspando a la segunda etapa (y preparándose a sufrir de nuevo frente a la peor escuadra brasileña que recuerde haber visto), y que tenga a sus mejores jugadores lesionados. Bueno, igual ahí estaremos, para llorar, sufrir, lamentarnos y dar aliento a la distancia a mis muchachos.

Lo que es inaudito, como una sensación nueva de gozo que comienza a recorrerme, es que una selección nuestra tenga rendimiento 100%, que faltando un partido ya esté clasificada en un mundial con cero gol en contra, que no haya que sacar la maldita calculadora de siempre, y que podamos soñar (sí claro, por qué no) con un título, y con proyectar a futuro un equipo de miedo, que le muestre los dientes a los perros grandes, y que le regale por mucho tiempo sonrisas y alegría a mi pueblo, a mi gente.


Recuerdo en la Universidad, en una de mis primeras clases de periodismo informativo, el profesor nos pidió que redactáramos la noticia que más nos gustaría dar. Yo escribí una nota con Chile ganando un mundial, y el profe me criticó no por cómo estaba escrita, si no a título moral, diciendo que le parecía muy pobre que una persona no tuviera más ambición que ganar un mundial de fútbol. Yo me pregunto, ¿y hay una noticia más linda que dar a un país entero, una información que llena de alegría a millones, y les hace levantarse varios días después con un rostro más sonriente? Espero que el tiempo me dé la razón, y que algún día pueda refregarle en la cara a ese periodista amargado su crítica. Viva Chile, mi alma!

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