jueves, 23 de agosto de 2007

Me declaro enloquecida


Me declaro enloquecida por su cristalino mirar, por sus silencios inquietos, por la sangre que derrama al soñar.

Me declaro enardecida y lujuriosa de las lágrimas que brotan de sus labios. Candentes, vibrantes, me atraen como un señuelo y sellan mis profecías con un compás de espera.

Me declaro indefensa ante el ataque de su vuelo. Por su risa contagiosa, que de tanto desearla me envuelve en la bruma y me enseña a conocer el sol del alto cielo.

Me declaro víctima de su encanto sereno, de su voz enronquecida por el humo y los recuerdos. De la noche que me regala, y del día que amanece en su retina.

Me declaro rehén de sus manos quietas, prisionera de sus caricias extintas. Ato mi collar a su madriguera, apago la luz y me duermo en su abrazo lejano.

Me declaro perdida, indefensa, por la distancia que me carcome, y clavo puñales, brillantes como joyas, en los páramos secretos de mi soledad develada.

Me declaro culpable y sentenciada a su destierro; prohibida, enmudecida, por los siglos de mis anhelos, y por el agua que no saciará mi sed y mi locura.

Amanda Cabot.
Agosto 23 de 2007.-
Enloquecida, absorta y sumisa, como un manantial oculto, que espera en silencio la llegada del caminante y sus pies cansados.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga...sigues escribiendo con tanta alma como cuando éramos compañeras en el colegio...impresionas y sorprendes, de verdad...te juro que me daré más tiempo para leerte y coementarte más escritos, porque me encantó el del baile Cuando y tu revolución!...já, já...

Cynthia

Lilian Flores Guerra dijo...

Señora Cynthia, un agrado que pase a verme y reirse un ratito con mis historias (la mayoría de ellas ciertas). Más de alguna vez te toparás con hazañas en que ambas hayamos sido las protagonistas...

Y bueno, la diferencia con la era del colegio es que en esa época lucía un estilo un poquito más "soñador", y no tan carnal y desilusionado como ahora... ay...