jueves, 30 de agosto de 2007

Ultimos acontecimientos de mi atribulada existencia.

Descubrí que por poco dinero se puede comer bien, a unos pasos de mi casa, y sin quemarme las manos ni tener que lavar loza. Es como una pequeña bendición caída sobre mi humilde persona.

También me llegaron las bases para participar en un concurso de relatos eróticos. No gano nada, más que la posibilidad de que mi nombre comience a sonar fuera de mis fronteras (digamos, fuera de mi departamento, porque aparte de este blog aún no publico cosa alguna). Lo malo es que no sé de qué hablaría. Qué historia podría inventar que no me llene el alma de nostalgias, o que no caiga en las banales aventuras sin fondo?

Terminé de ambientar mi casa. Quedó bella.

Mi auto está fallando. Hoy no me atreví a llevarlo al mecánico (al otro extremo del mundo), así que deberé ir mañana.

Trabajé. Y trabajo. Harto.

Vi Fortunato. Aún no sé si es fome o entretenida.

Y así se acaba un nuevo día. Hoy no tengo inspiración. Tal vez mañana salga algo decente de estas manos.

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